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Mensaje del 25 de Diciembre de 2008
¡Queridos hijos! Vosotros corréis, trabajáis y acumuláis, pero sin bendición. ¡No rezáis! Hoy os invito a que os detengáis ante el Pesebre y meditéis sobre Jesús, a quien también hoy os doy, para que Él os bendiga y os ayude...