Hans Schotte, 1995
La Santísima Virgen nunca había hablado así a los hombres de esta tierra, en ninguna parte del mundo, por tan largo tiempo y con tantos mensajes. Este hecho es en sí mismo algo único y sorprendente. Los mensajes no son ni espectaculares ni sensacionalistas como nosotros, los periodistas, esperamos y estamos habituados en el mercado de la información. Muchos mensajes se refieren a repeticiones, a la profundización del contenido, a las ayudas para poder dar pequeños -incluso muy pequeños- pasos en la fe. Son llamados repetidos para, finalmente, hacer y vivir lo que la Gospa ya ha pedido anteriormente. Nos invita ahora a volvernos a Ella para aprender la Fe, para encontrar a Jesús y a nosotros mismos también. Todo esto no es particularmente interesante desde el punto de vista de un periodista. Los mensajes no son evidentemente como las fanfarrias y las noticias que parecen sensacionales un día, pero que “ya han pasado al día siguiente”, como dice el proverbio: “No hay nada más viejo que el día de ayer”. Esto verdaderamente no es así en los mensajes. Son sostén y ayuda para un crecimiento continuo, directo y simple. Fue una emoción que las apariciones continuarán durando cada día más respecto a cualquier otro lugar de apariciones. Fue sensacional cuando duraban ya cinco años. El décimo aniversario fue también una emoción. Quizá lo sea ahora, pronto, el décimo quinto aniversario, si llegamos a ello. Mientras tanto, Medjugorje vive lo cotidiano que apenas y es interesante para los periodistas. Y lo cotidiano conjuntado por millones de esfuerzos por orar, por vivir el Evangelio, por amar al prójimo, por encontrar a Jesús en las pequeñas cosas de la vida de cada día de los niños, de los padres, de los hombres y mujeres, de los videntes y de los sacerdotes. Creo poder afirmar que hoy, después de 5000 días de apariciones, no podemos decir aún cual es el plan de la Gospa y a dónde quiere Dios llevar a nuestro mundo; no podemos todavía medir todos los aspectos de las apariciones de Medjugorje. Una gran parte permanece para nosotros un misterio, oculto a nuestra inteligencia. De ahí que no nos quede otra cosa sino seguir creciendo.
La Gospa nunca demanda algo inmediatamente, no importa de qué se trate. En Medjugorje, hemos aprendido que Ella nos tiene mucha paciencia. Es evidente que Dios podría cambiar nuestro mundo en tres días o en un instante, para transformarlo como El quiera. Pero nosotros, los hombres, qué haríamos con todo ello? Esto “de qué cosa haríamos con todo ello”, es lo que llamamos libertad, que Dios respeta profundamente; lo hemos experimentado en Medjugorje. Esta libertad, determina igualmente nuestro comportamiento hacia quien está alejado de Dios, quien ha sido herido interiormente por los demás en nombre de Dios, que quizá se siente herido por Dios mismo. Muchos se alejan de Dios y de la Iglesia por las fallas de quienes Lo representan. Todos sabemos cuán difícil es acercarse a personas así. Cómo podemos conocer las causas de las heridas de otros y por qué son lo que son, si no somos siquiera capaces de conocer nuestras propias heridas ni por qué es tan difícil aceptar y vivir los mensajes? Quien escucha los mensajes de la Gospa es invitado a dar siempre el mismo paso, a volver a comenzar sin cansarse. No tenemos razón alguna para considerarnos mejores, más religiosos o más abiertos que aquellos [miembros] de nuestra sociedad que no escuchan, que no han querido escuchar o que aún no han escuchado aún los mensajes. Estoy firmemente convencido de que serán sólo los mensajes y no nosotros lo que abrirá el camino hacia Dios a los hombres y mujeres de nuestra sociedad, haciendo posible su contacto con Dios y la experiencia de Dios. Dios nos da a conocer Su existencia a través de los mensajes de la Gospa y del mismo modo tocará a cada persona de esta tierra y de nuestra sociedad con Su amor – cuando y como El lo quiera.
Quiero decir que nos hemos vuelto inútiles para la Nueva Evangelización? Cuál es nuestro papel si esta evangelización reposa en realidad en manos de Dios y en Su responsabilidad, si sólo El es quien puede acercar los corazones que están alejados? Tenemos ahora la responsabilidad de nuestro trabajo con el público y en la difusión de los mensajes? Y cuál es? Qué lugar hemos de dar a nuestra responsabilidad y a nuestro trabajo como periodistas? Las noticias y la transmisión de la información han adquirido una importancia inestimable e incomparable en Europa y en América. Podemos decir que estamos expuestos a una inmensa marea de noticias que determinan nuestra vida, que ejercen una influencia sobre las decisiones en la política, la industria y la vida social así como en nuestra vida privada y personal. Y en cuanto más grande es la medida de lo que queremos admitir o realizar. El desarrollo en el campo de la transmisión de noticias y los mass media perfeccionarán esta influencia de un modo inimaginable y esto, en muy poco tiempo. En el campo de los medios -prensa, televisión, radio- un ejército entero de periodistas se ocupa de nuestra información y desinformación cotidianas. Manejan una inmensa cantidad de información de todo el mundo, para reducirla a un volumen que pueda ser soportado por nosotros. Esta selección es necesaria. Implica una enorme conciencia de la responsabilidad y representa un poder. Las noticias son un poder y una mercancía que puede comprarse y con la cual pueden hacerse negocios. Se compra y se vende.
Quien trabaja con esta mercancía, los periodistas, contribuye de modo decisivo a aquello de lo que se hablará en la sociedad. Es a través de ellos que las noticias se convierten en temas. Ninguna noticia, ningún argumento. De ahí la potencialidad y el peligro, la responsabilidad y la falta de responsabilidad.
Una mercancía puede ser muy fácilmente vendida cuando es interesante para el cliente, cuando parece única o cuando es sensacional. Lo ordinario en una información no es vendible, no pasa. Una información simple será, por tanto, inflada hasta [alcanzar] las dimensiones de lo sensacional, será más o menos modificada, hecha digerible, adornada, revestida para venderse mejor. La cantidad de noticias aumenta, la confianza en la verdad de las noticias que nos presentan disminuye. En efecto, las personas son siempre más críticas y selectivas en cuanto al contenido de una noticia. Corresponde a la verdad? Es verdad lo que promete? Nos volvemos selectivos no sólo a la cantidad y a la impresión de estar sumergidos y de no estar en posibilidad de verificarla, sino sobre todo también a causa de la forma, de la formulación y de la veracidad del autor de dicha noticia. El problema de la veracidad de una noticia, se transforma en el problema de la veracidad del autor. Nos volvemos cada vez más exigentes al otorgar nuestra confianza a la información? Nos volvemos cada vez más incrédulos hacia el contenido de lo que nos es propuesto? Y también es cierto que tendemos a atribuir toda la verdad -y sin ningún sentido crítico- a quien ha ganado nuestra confianza. En nuestra sociedad se puede percibir que la desconfianza aumenta cada vez más. La gente se siente abusada, desilusionada y herida en su confianza, a causa de las informaciones falsas e inexactas. Se siente también herida a causa de la elección, no sólo de lo que se dice sino también de lo que se evita, que no se dice, acerca de la verdad. Sería necesario examinar alguna vez hasta qué punto la gente está herida por lo que los mass media consideran bueno para el mundo y dan preferencia a informaciones negativas. Cómo puede una sociedad desarrollar una conciencia positiva respecto a los valores humanos y religiosos, si no se habla de lo positivo y lo positivo no se vuelve un argumento? Y sobre esta base aparece para nuestra reflexión la cuestión sobre la importancia de Medjugorje y sus mensajes, sobre la forma de su difusión y publicación.
Hace un año, el 25 de Marzo de 1994, la Gospa nos dio un mensaje que, según yo, aborda justamente este problema: “Queridos hijos! Hoy me regocijo con ustedes y los invito a abrirse a Mí y a convertirse, en mis manos, en un instrumento para la paz del mundo. Yo deseo, hijitos, que todos ustedes, los que han sentido el aroma de la santidad a través de estos mensajes que Yo les estoy dando, que lo lleven a este mundo hambriento de Dios y del amor de Dios. Les agradezco a todos que hayan respondido en tal cantidad y los bendigo a todos con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado!”
Ciertamente nosotros no somos los salvadores del mundo! Somos instrumentos en manos de la Gospa. El mundo no está en nuestras manos. Lo que nos toca es ser instrumentos en sus manos. Quizá nuestra importancia no ha sido bien delimitada? Nosotros nos abrimos a Ella para ser instrumentos y no para ser formados como salvadores.
No encuentro en este texto ninguna crítica a nuestra sociedad, ninguna indicación de preferir lo negativo a lo positivo. No veo ninguna acusación contra quien tiene la responsabilidad de difundir las noticias. La Gospa habla, sobre todo, del hombre que desea el bien, habla de este deseo inconsciente de santidad, del hombre que tiene hambre de Dios y del amor de Dios, de eso que los hombres no pueden dar. La Gospa no habla de las tendencias negativas del hombre, ve lo que es positivo, ve en el hombre el punto sobre el cual se puede construir su salvación, donde el hombre puede comenzar a caminar hacia la plenitud de la vida y hacia su realización. Puede un instrumento actuar de manera diversa a la mano que lo guía? Podemos actuar de modo diverso a Ella, ser conflictivos, actuar con arrogancia y acusando a los demás, haciendo distinciones y sin amor por quien es amado por la Gospa, mientras que Ella nos da un ejemplo diferente?
El teólogo Paul Zulehrn, profesor de teología pastoral en Viena (Austria) durante una conferencia para sacerdotes en Padeborn (Alemania) decía, a propósito de la reevangelización de quienes se han alejado de la Iglesia, que, sobre todo, no hay que arrinconarlos para reprenderlos. Mientras más rápidamente se les arrincone, más rápidamente escaparán. Descubro aquí por qué sería muy valioso que debamos controlar nuestro celo y ceder el paso a Dios mismo, que es el único que sabe cómo y cuando puede ser posible un encuentro con Dios para tal o cual persona. Nuestro deber es amar a los hombres y con esto tenemos suficiente quehacer.
En 1984, trabajando en un film sobre Medjugorje, tuve ocasión de conocer y entrevistar al Obispo de Mostar, Mons. Pavao Zanic, quien expresó abiertamente sus dudas y su aversión. Ya desde esa época me preguntaba por qué Dios, en Su sabiduría y providencia, no hubiese previsto para Mostar antes de las apariciones un Obispo que fuera favorable a los acontecimientos de Medjugorje. Reflexionando humanamente, podríamos preguntarnos la misma cosa incluso hoy y no comprenderíamos las relaciones interiores y por qué Dios, en Su libertad, nos da nuestra propia libertad. Es debido a que no comprendemos por qué las cosas son como son, ni por qué la gente es como es. En el plan de salvación de Dios, esto evidentemente no tiene importancia alguna. Quizá Vicka tenga razón cuando, según su experiencia, dice que la Virgen ama de modo igual a todos los hombres, incluso a los que nosotros no amamos. También esto es un misterio que nos será revelado sólo en otra realidad.
Nuestra tarea es seguir el llamado de María, dejarnos tocar por sus mensajes. No existe razón para que esto sea diferente para quien no ha tenido la experiencia de Medjugorje. También ellos habrán de dejarse tocar por el llamado de la Gospa. Ella llama y nosotros debemos esforzarnos por cumplir este llamado, esforzarnos por probar que se aparece verdaderamente y con seguridad en Medjugorje. Acaso no creemos que sea capaz de llamar también a quienes pensamos que deben ser llamados? A veces se tiene la impresión que Medjugorje es un terreno de juego donde se pueden obtener trofeos. No corremos quizá el riesgo de bloquear el camino de Medjugorje a quienes nosotros queremos transmitir “nuestro Medjugorje”?
Lo que es verdaderamente interesante para el mundo de hoy, que tiene hambre de Dios, es el mensaje que Dios es Amor, que El restaura las caídas y las heridas, que El ama a cada uno de nosotros personal e individualmente. Tenemos necesidad de experimentar esto que duerme en alguna parte, dentro de nosotros mismos. No creo necesario hacer a Medjugorje más interesante decorándolo con pequeñeces ni sensaciones. La posibilidad de llegar al punto en que miremos a los demás y que Dios elija para tocarlos, es bastante remota. No bastaría con decir muy simplemente y cuando se nos pregunte, cómo es que Dios nos tocó? Medjugorje no será mejor ni más activo si nosotros añadimos a los acontecimientos y a los mensajes nuestras propias ideas como decorado. Medjugorje habla de sí mismo a través del papel que la Gospa ha asignado a la parroquia. También las Resoluciones del año pasado expresan este punto: el fenómeno Medjugorje no tiene necesidad de ser aumentado ni corregido. Medjugorje es auténtico. La cercanía de la Gospa es la garantía.
En el trabajo de un periodista existe siempre un peligro: querer subrayar la verdad de aquello que se dice, dando la impresión de disponer de información particularmente importante o exclusiva, o de tener acceso especial a la fuente de la información misma. Todo con el objeto de provocar la aceptación de la información. En el mercado de las noticias, la exclusividad es un medio que tiene mucho efecto: lo vuelve a uno una persona interesante. Esta cercanía a la fuente de información es también una ilusión y casi siempre el signo de una información falsa o manipulada, que se divulga tanto más rápidamente mientras más se acaba la credibilidad del informador. La verdad no depende de la cercanía a la fuente. Muchas veces está al servicio del provecho personal del informador y esto no tiene nada que ver con ser o no ser un instrumento en manos de Dios. Conduce, sobre todo, a convertirse en víctima de su propia fiebre de cazador.
Quiero llamar su atención sobre un peligro de tratar con el público. Desafortunadamente, sabemos que las informaciones falsas se divulgan más velozmente que las auténticas. Quizá porque estamos más abiertos a lo extraordinario que a lo ordinario. Todos los que laboran en el campo de la información, periodistas y otros, tienen aquí una gran responsabilidad. De ahí que yo quiera proponer que los diversos Centros de Medjugorje en el mundo busquen atraer o formar periodistas suficientemente calificados que tengan el oficio de reportero. La difusión de la Fe y de los mensajes me parece igual de importante, si no es que más importante, que la difusión de otras noticias generalmente proporcionadas por especialistas muy calificados.
Para concluir, vuelvo al mensaje del 25 de Marzo de 1994: “Queridos hijos! Hoy me regocijo con ustedes y los invito a abrirse a Mí y a convertirse, en mis manos, en un instrumento para la paz del mundo. Yo deseo, hijitos, que todos ustedes, los que han sentido el aroma de la santidad a través de estos mensajes que Yo les estoy dando, que lo lleven a este mundo hambriento de Dios y del amor de Dios. Les agradezco a todos que hayan respondido en tal cantidad y los bendigo a todos con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado!” Ha dicho “todos”. La Gospa de todos piensa en todos los que han conocido el mensaje y que han reconocido su responsabilidad. No todos tienen que tratar con el público. Numerosas personas de nuestro ambiente nos observan, examinándonos, para saber si Medjugorje puede ser de interés para ellos. Debemos acoger cada vez más el pensamiento de ser un instrumento, dejando traslucir la mano que lo guía. Esto es valido también para la espiritualidad de Medjugorje. Somos responsables de la transparencia de la espiritualidad de Medjugorje. A través de las apariciones y los mensajes, Dios habla hoy a un mundo moderno y contemporáneo, en este tiempo nuestro que esconde tantos peligros para la humanidad, tantas dificultades para la Iglesia, tantos conflictos, que parecen sin sentido, entre los pueblos. La Gospa habla de “la salvación del mundo”, tan necesaria y que está en el plan de Dios. No se trata de un apocalipsis. Es un llamada a un nuevo inicio, a la renovación del mundo. Debemos distinguir el fenómeno de Medjugorje y no confundirlo con otros fenómenos de apariciones. Como una espiritualidad de renovación de nuestro tiempo, no como una restauración de tiempos antiguos. Nosotros, los que tratamos con el público, tenemos la responsabilidad de hacer posible la continuidad del desarrollo de la auténtica espiritualidad de Medjugorje, que es poner en primer lugar los mensajes y no los deseos generosos de querer estar unidos a Medjugorje. En vista de que los acontecimientos no han concluido, me parece poco oportuno hacer una vinculación entre los mensajes y la escatología general de la salvación. La Gospa ha elegido este lugar para decir lo que dice. Hubiera podido hacerlo de otro modo. Ha elegido hacerlo tal cual y nosotros debemos tomarlo muy en cuenta.
Lo que se deriva de este mensaje es que Dios quiere personas renovadas para una nueva época y una nueva Iglesia. Medjugorje no es, lo creo fuertemente, una simple acción para maquillar a la Iglesia y el mundo en dificultades. En los mensajes se repite que el hombre está llamado a la plenitud de vida con Dios. La Iglesia recibirá un rostro nuevo y un aspecto nuevo. Nosotros estamos llamados a colaborar como instrumentos, debemos pensar entonces en cambiar nuestro trabajo como reporteros, con sus hábitos, sus usos y sus leyes. Debemos redescubrir la dignidad de la persona que recibe la información y, por amor a ella, debemos transmitirle la verdad de que podemos construir la personalidad de quien la escucha, para hacer posible un contacto con Dios. Debemos transmitir las noticias que enaltecen la fama de Dios y Su amor y que a El le satisfacen. Dónde se pueden formar los periodistas dispuestos a [llevar a cabo] esta responsabilidad si no ahí, donde se respira el perfume de la santidad?
Hans Schotte, 1995
Hans Schotte – nacido en 1944. Obtuvo su bachillerato en la escuela secundaria diocesana vespertina en Essen. Los estudios de teología, filosofía y pedagogía, y los estudios de pedagogía de los medios de comunicación los terminó en la Universidad de Bonn. Después de varios años de actividad periodística y de haber ejercido el cargo de director de la oficina periodística de la diócesis de Augsburg, se dedica a la actividad periodística para la obra misionaria católica internacional MISSIO en Munchen. A partir del 1983 trabaja en la diócesis de Augsburg como pedagogo de los medios de comunicación y como periodista de películas. Sobre la base de las experiencias adquiridas en numerosos viajes a través de Asia, Africa y Sudamérica, ha dirigido y emitido una cuarentena de películas documentales para la televisión y con el fin de contribuir al trabajo pedagógico de la Iglesia, entre éstos se hallan dos proyectos televisivos acerca de Medjugorje como lugar de peregrinación. Actualmente, Hans Schotte trabaja en una nueva película sobre Medjugorje.