Interesantísimas Jornadas que se celebraron los días 26 y 27 de abril, tanto por los contenidos, como por los ponentes que participaron bajo un mismo lema RAZONES PARA CREER, realmente el más apropiado en este Año de la Fe que estamos viviendo.

    Un detalle curioso: en muchos de los testimonios surgía por uno u otro motivo Medjugorje, por lo que no es de extrañar que allí estuviera también participando de las Jornadas la Reina de la Paz, presidiendo aquí y allá muchos de los actos que tuvieron lugar.

    Para empezar, se instaló en el stand de información que cubría la información de Medjugorje, parecía como si ella fuera la principal anfitriona, invitando a los que se iban acercando a interesarse por Ella y sus mensajes. De hecho, muchos se han animado a visitarla en Medjugorje… La Virgen María es realmente persuasiva.

    Después estuvo acompañando a Maria Vallejo-Nágera en su impresionante testimonio sobre su conversión. Parecía como si corroborara todo lo que nuestra invitada iba desgranando sobre su vida. por lo que no es de extrañar que allí estuviera también participando de la Jornadas la Reina de la Paz, presidiendo aquí y allá muchos de los actos que tuvieron lugar.

    Por la tarde también estuvo presente en el avance que Juan Manuel Cotelo nos hizo de su próxima película. Ante nuestro asombro, en los dos testimonios que ofreció como adelanto, la Reina de la Paz era la protagonista en la conversión de las vidas de sus personajes, personajes reales. Nada es casual: está en todas partes….

    Por último, presidió la Santa Misa oficiada por el Obispo de Bilbao, Monseñor Mario Iceta, y concelebrada junto a varios sacerdotes. Fue especialmente bonita la ceremonia, celebrada por primera vez en un pequeño salón de actos del Palacio Euskalduna, donde una impresionante imagen de la Reina de la Paz se proyectaba sobre el  improvisado altar, y a su lado, nuestra pequeña imagen de María Peregrina, instalada sobre un alto pedestal blanco, hablándonos ambas, es decir, la misma, de lo más importante: paz, paz y sólo paz. La sala estaba abarrotada. Fueron especialmente cariñosas las palabras que le dedicó el Obispo en su homilía. (Homila Obispo de Bilbao,  apartado homilías).

 

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