El arzobispo Aldo Cavalli, visitador apostólico con carácter especial para la parroquia de Medjugorje, dirigió su mensaje con motivo de la fiesta del Nacimiento del Señor.
Esta Navidad debemos plantearnos una gran pregunta que concierne a Dios, que nos concierne a nosotros, que concierne a Jesús y que concierne a María: ¿por qué Dios se hizo uno de nosotros? ¿Por qué Dios quiso hacerse hombre como nosotros? La respuesta nos la da el Evangelio, la revelación de Dios.
¿Sabes por qué Dios quiso hacerse uno de nosotros? Juan, en el Evangelio según san Juan, en el capítulo tercero, escribe: «Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3,16).
Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo único. Dios se hizo uno de nosotros. Dios se hizo hombre como nosotros, por amor, únicamente por amor. Por amor a todos nosotros. Y el Hijo de Dios, por amor, entregó su vida, una vida que comenzó en Belén. La entregó totalmente al servicio de todos nosotros.
Vivió hasta los 30 años como cualquiera de nosotros. Trabajó como carpintero, trabajó para ganarse el sustento. Y así se manifestó la vida de Dios. Luego comenzó a predicar, hasta que, en un momento determinado, entregó su vida por nosotros, hasta la muerte en la cruz, despojándose totalmente por nosotros, para servirnos como Dios de amor a cada uno de nosotros.
La Navidad, si quiero vivirla bien, exige que haga lo mismo: debo amar. Amar significa servir. Amar significa colaborar con el Señor para construir la paz, la paz allí donde estamos.
Amar significa colaborar. Y aquí vemos a María como ejemplo de la Navidad, cuando dijo: «He aquí la esclava del Señor». Esclava significa colaboradora del Señor: estoy al servicio del Señor por mis hermanos y hermanas de todo el mundo.
Amar y servir, servir y colaborar. Si quieres vivir bien la Navidad, recuerda: haz como el Señor: ama, ama y sirve; ama y colabora.
¡Feliz Navidad a todos!
Mons. Aldo Cavalli
