El pasado mes de junio, Teresa, mi mujer, y el que suscribe, junto a Ignacio y Nieves, asistimos a unos de los Retiros que imparte el Padre Jozo en la Isla de Badija (Croacia). En principio no tenía pensado escribir nada acerca de ello pero, a medida que han ido transcurriendo los días, me he dado cuenta del escalón tan importante que hemos subido en nuestra vida espiritual gracias a este retiro.
En primer lugar, el paraje es idílico y mueve a dar gracias a Dios por la Creación. La hospedería del Monasterio es excelente, sus habitaciones, servicio, cocina, etc. no se le puede poner un pero. La traducción inmejorable.
Además tuvimos la suerte de ir con Mary Fernández como organizadora, lo cual es un plus sobre todo lo que ocurre allí. Ella y Manolo son todo un ejemplo de amor y servicio a la Gospa.
Pero lo importante, lo verdaderamente importante, es poder disfrutar de las enseñanzas del Padre Jozo, un santo en vida. Todo lo que os pueda decir del Padre Jozo es poco. Su presencia ya es suficiente. A pesar de su estado de salud y su edad, acrecentados por los padecimientos sufridos, su sola presencia es un ejemplo de lo que ocurre en Medjugorje. El Padre Jozo es un regalo de la Gospa, que nos ha sido entregado sin merecerlo. Sus enseñanzas, claras y profundas, sus ejemplos y parábolas enormemente prácticos, sus gestos, su mímica. Todo en él rezuma eclesialidad, amor a la Iglesia, a la Virgen y a Dios, Uno y Trino.
Impresionantes sus comentarios en los distintos Misterios del Rosario que rezábamos ante el Santísimo. Su amor verdadero a la Biblia (Palabra Viva a la que hay que adorar). La esencia y el porqué del ayuno. La necesidad de la penitencia. Las Misas con la liturgia escrupulosamente bella y devota que nos hacía redescubrir y vivir la verdad y la fuerza sobrenatural de la celebración cristiana. Me estremezco al recordar esos días en los que disfrutamos de la compañía del Espíritu Santo.
Tras asistir al retiro tuve la ocasión de leer la Carta Apostólica del Santo Padre Francisco “Desiderio Desideravi” (Desiderio, por otra parte, es un nombre muy de Medjugorje) y al tiempo de leerla me parecía que nuestro Papa, previamente a escribir la misma, había asistido al Retiro del Padre Jozo, pues con él podemos profundizar y meditar para comprender mejor la belleza de la celebración litúrgica y su papel evangelizador.
Y nos narró, en primera persona, sus vivencias durante los primeros días de las apariciones de la Reina de la Paz. Increíble.
No nos queda más remedio que dar las gracias al Padre Jozo, sin querer hablar más del Retiro, pues lo mejor que podemos hacer es rezar para que Dios quiera que la Virgen os invite a asistir al mismo. Hemos crecido enormemente en nuestra fe y salimos más enamorados aún de Jesús y María.
…. Y después tuvimos la dicha de peregrinar nuevamente a Medjugorje, en los días en que se celebraba el 41º Aniversario de las Apariciones. De nuevo decenas de miles de personas y cientos de sacerdotes respondiendo al llamado de la Gospa. Y la Reina de la Paz a nuestro lado, andando en medio de nosotros.
El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres. ¡VIVA LA GOSPA!