Queridos hermanos,
Cuánto desea nuestra Madre del Cielo compartir con nosotros, lo que Ella, en el Reino de los cielos ha vivido junto a Jesús, de ahí que no cesa de implorar a su Hijo por nosotros, para que tengamos paz, que dejemos de sufrir y de preocuparnos. Pero es necesario que nosotros pongamos todo lo que está de nuestra parte, pues María va ya para 36 años rogando al Padre por nosotros y no ha llegado la paz tan anhelada, y es que a nosotros nos falta mucho por atender al llamado que, para ésto, nos hace nuestra Madre del Cielo: primeramente la oración, para poder vencer las tentaciones del enemigo; segundo, leer y meditar sobre la Palabra del Señor, para que por medio de su Palabra sepamos ver el camino a seguir y tercero, decidirnos a cambiar nuestros hábitos para poder vivir lo que el cielo nos ofrece.
Por eso. queridos hermanos, oremos para que en un futuro, quizá ya muy cercano, podamos, al contemplar el Divino Rostro del Señor, alcanzar los gozos de los que nuestra Madre nos habla.
Pbro. Alfonso Romero Chávez
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