Hoy en Medjugorje, jueves 12 de septiembre, el programa y las actividades para los peregrinos, estuvo marcado por la visita de Mons. Antonio María Rouco Varela, dada su importancia, no solo para la Iglesia en España, sino también para todos los países hispanohablantes, por su larga trayectoria sirviendo al pueblo de Dios con tanto amor.

Por la mañana temprano visitó la Comunidad Cenáculo donde puedo escuchar el testimonio de dos jóvenes, uno de ellos proveniente de España. El Cardenal arzobispo emérito de Madrid se mostró entusiasmado y escuchó atentamente las historias de vida que compartieron los jóvenes y de cómo el encuentro con Jesucristo en la comunidad cambió sus vidas.

Mons. Rouco Varela nos contó que en el año 2006, el entonces Cardenal Jorge Bergoglio, hoy nuestro Papa Francisco, lo había invitado a Argentina. Contó que en esa ocasión pudo viajar en auto hasta la Patagonia, lo que le gustó mucho. Otro detalle interesante que nos compartió fue que su madre era argentina, de la ciudad de Bahía Blanca, al sur de la provincia de Buenos Aires.

Sobre esta peregrinación dijo: “Es la primera vez que vengo a Medjugorje, peregrinando con un grupo de fieles de Madrid. Es un lugar donde la experiencia de la gracia, el perdón y la misericordia se palpa de la mañana hasta la noche, tanto en el rezo del Rosario, y de manera muy singular en el sacramento de la penitencia y luego en la celebración del sacramento de la Eucaristía. He estado en los lugares de las apariciones, me he dejado guiar por el testimonio de los videntes para entender que pasa aquí, que ha pasado y lo que debe ser un lugar de encuentro con la Virgen, donde a finales del siglo XX y a comienzo del siglo XXI se muestra en la Iglesia, como su Madre”.

Cuando le pedimos que diera un mensaje para los fieles de lengua española, especialmente para los de América Latina, ya que había muchos presentes en la santa Misa, dijo: “Que veneren a María, la Virgen que ellos veneran desde hace siglos bajo distintos títulos. La Virgen de Guadalupe es uno de los títulos más universales, de los más hispanoamericanos. Hay también otras vírgenes, la Patrona de Argentina, Nuestra Señora de Lujan y todas las grandes advocaciones, también las comunes de la iglesia, por ejemplo, la Virgen del Carmen”.

Como estaba previsto, a las 11 horas, se celebró la santa Misa en el salón San Juan Pablo II ante unos trescientos peregrinos provenientes de España y también de diferentes países de Latinoamérica. Mons. Rouco Varela presidió la Eucaristía y junto a él estuvieron concelebrando otros ocho sacerdotes que vinieron a Medjugorje acompañando a los distintos grupos de peregrinos.

“¡Queridos hermanos y hermanas en el Señor! Un saludo especial a los sacerdotes que concelebran conmigo, y a ustedes los peregrinos, que han venido hasta este hermoso lugar donde se aparece la Virgen, hasta aquí, hasta Medjugorje. A esta pequeña ciudad, porque es una ciudad, donde hijos de la misma, desde el año 1981, han dado testimonio de que se les aparece. Hoy la Iglesia celebra a María, bajo la luz de su nombre, ‘María’. Y la Iglesia califica ese nombre como el ‘Dulce Nombre de María’. Hace muy poco celebramos el nacimiento de la Virgen. El nombre que le pusieron sus padres a la Virgen, fue María. María significa paz, luz. San Bernardo, un gran santo, que ha escrito cosas muy hermosas sobre la Virgen, pues dice que el nombre de María es una estrella, una estrella de luz”, comenzó con estas palabras su homilía Mons. Rouco Varela, en la que habló y resaltó las virtudes de la Santísima Virgen María, citando a los Padres de la Iglesia y algunos santos.

“Si hay un ser humano que le dice a Dios ‘Sí’, incondicionalmente, es Ella. Ella nos ayuda a comprendernos a nosotros mismos, y nos dice a nosotros mismos ‘eres amado por Dios’, infinitamente. Que si te has apartado de Él que vuelvas a Él. El camino está abierto, el camino te lo muestra Él. El camino es Él”, continuó.

“Bueno, estamos viviendo, celebrando la santa Misa, la Eucaristía en Medjugorje. La Virgen está muy cerca de Dios, y uno viene a honrarla, a venerarla y a amarla celebrando la Eucaristía en el día del ‘Dulce Nombre de María’. El nombre es algo en la vida muy importante, a quién llamas por su nombre, lo puedes llamar de muchas maneras, pues la última y más entrañable manera es cuando es la expresión del amor que tienes al que llamas por su nombre. Por eso, llamarle a María, ‘María’ en Medjugorje es decirle que sabes su nombre, decirle que se le ama, que se le quiere amar, que se le intenta amar, para que Ella nos enseñe a amar a su hijo”, dijo el Cardenal arzobispo emérito, culminando de esta manera su homilía.

Finalizada la santa Misa, el día continuó en el castillo de Patrick y Nancy donde, después de escuchar el testimonio, almorzó junto a quienes lo acompañan en esta peregrinación, algunos sacerdotes y los anfitriones. Allí conoció más en profundidad esta obra de servicio a los sacerdotes, a los religiosos y a la vida consagrada en general.

Cabe recordar que hace poco más de dos años, durante el Festival de Jóvenes de 2022, también vino por primera vez a Medjugorje el Cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española. Las visitas de estas dos eminencias son sin duda muy importantes para Medjugorje en España, y un incentivo para todos aquellos que todavía no conocen este lugar donde el Cielo toca la tierra.

 

Compartir: