La primera conferencia de la tarde del sábado 8 de febrero estuvo a cargo del P. Diego González, en la que habló sobre “La Palabra de Dios, un libro de esperanza”.

Comenzó diciendo: “Hemos escuchado en los testimonios, el Señor nos habla del orgullo o de la actitud de rebeldía. Si me dicen tenés que hacer esto, hago lo contrario. La rebeldía es una reacción negativa ante aquello que sentimos que se nos impone. Es necesario ser consciente de esta rebeldía, para pedir a Dios la gracia, y aunque lo sentimos, ponerlo donde corresponde y organizarlo. Esto se los digo como una recomendación, para no entrar en el acostumbramiento”.

“En varios mensajes de la Reina de la paz descubrimos que nos habla de que nos acostumbramos al mensaje. ¿A ver que dice hoy? Muchas veces, el acostumbramiento nos impide recibir las bendiciones de Dios. Y esta es una tentación humana, no nos sintamos mal por esto, tiene que ver con nuestra humanidad. Todos tenemos algo de rebeldía y nos molesta cunado nos imponen algo. Es pedir al Señor la gracia de no repetirnos…”.

“La Virgen nos ha dado, no solo las cinco piedritas, sino una cantera de piedras para poder caminar en la vida espiritual. La Biblia como un libro de esperanza, porque es una de las piedras que la Virgen nos da. La Biblia es un conjunto de libros escritos por personas inspiradas por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo lo escribió a través de algunas personas a lo largo de la historia. Esas personas son hagiógrafos, es decir, escritores sagrados”.

“El Concilio Vaticano II, abre la Sagrada Escritura para todo el pueblo de Dios, invita a que se traduzca a cada idioma para pueda conocerse la Palabra de Dios, que se acerque, que se hagan talleres, que todos nos acerquemos a la Palabra de Dios. El mismo concilio vaticano II trata de animarnos y nos explica que es un libro al ser escrito por personas concretas en una cultura y un tiempo determinado, se necesita tener en cuenta el contexto histórico, cultural y el idioma. Es decir, no nos enojamos con Abraham al querer sacrificar a su hijo, ni de tener un hijo con su esclava, cuando su esposa se lo pide. La Biblia no tiene un mensaje científico, sino salvífico. Es decir, nos sirve para salvar el alma. Salvar el alma significa aceptar la redención que Dios Padre nos regala a través de Jesucristo, su muerte y su resurrección, aceptar la gracias del Espíritu Santo que nos capacita, nos anima, a llegar a la vida eterna”.

“Nosotros deberíamos tener una Biblia con nosotros siempre, porque si es un libro que nos trae salvación y nos abre las puertas del Cielo, nosotros deberíamos conocerlo. Amén. San Jerónimo traduce la Sagrada Escritura al latín, se va a vivir a Jerusalén, estudia el idioma, se sienta con los textos originales y traduce. Decía san Jerónimo que, si Jesucristo es la Palabra hecha carne, el que desconoce las escrituras, desconoce a Jesucristo. Dime cuanto conoces las escrituras y te diré cuanto conoces de Jesucristo”.

“El Catecismo de la Iglesia Católica en los números 1817 al 1821 nos habla de la virtud teologal de la esperanza. La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los Cielos y a la Vida Eterna por la felicidad nuestra. Ahora pregunto ¿Aspiran a ir al cielo? ¿Están cumpliendo los mandamientos para ir al Cielo? ¿Vivimos los mensajes de la Reina de la paz para ir al cielo? Debemos poner nuestra confianza en las promesas de Cristo, que están en el Evangelio. Si desconozco el Evangelio, no sé cuáles son sus promesas, y cuando voy a orar con Dios, necesito decirle cuáles son sus promesas para pedirle que las cumpla. Señor, tu prometiste esto, por favor ayúdame porque no lo necesito”.

El P. Diego compartió un testimonio personal donde le pide a Dios lo que necesitaba para poder pagar el último semestre de sus estudios, diciéndole lo mismo que le dijo Pedro: “Señor, hemos dejado todo para seguirte ¿qué recibiremos? Y cuando en el último minuto Dios le da a través de una persona el dinero exacto que necesitaba, el P. Diego sintió en su corazón que Jesús le decía lo que le dijo a Pedro ‘El que haya dejado casa, padre, madre, hijos, tierras por mí, recibirá el ciento por uno en esta vida y en recompensa la vida eterna’. Si desconocemos las escrituras sagradas, no podemos pedirle a Dios que cumpla sus promesas, no podemos pedirle cuando necesitamos fiados de su Palabra”.

Luego llegó el momento de la catequesis del párroco de Medjugorje, donde fray Zvonimir Pavičić habló sobre “Medjugorje, modelo de la nueva evangelización”.

“Me alegro mucho de que estemos nuevamente juntos y nos gusta cantar a todos, pero hay que interrumpir el canto para reflexionar un poco. Espero que esta enseñanza los va animar un poco a reflexionar, va a ser corta. El tema de Medjugorje como modelo de la nueva evangelización. A mí no me gusta la palabra nueva, porque tal vez soy anticuado, y siempre pongo el acento cuando veo este adjetivo nuevo. Pero esté termino ha sido impulsado por el santo Papa Juan Pablo II en 1979 cuando quiso dirigir la iglesia hacia la sociedad moderna, lo que había comenzado el Concilio Vaticano II”.

“Entonces fue acuñado ese término, nueva evangelización. El acento no está en ‘nueva’ sino en evangelización. Por eso hay que ver que es la evangelización. La evangelización es la palabra que es igual en todas las lenguas. Y viene de la palabra griega, evangelium que significa Evangelio. La evangelización es llevar el Evangelio. El Evangelio es la noticia alegre. Cuando Pablo dice que da testimonio del evangelio, él dice que el Evangelio es igual a Jesucristo. Que el Evangelio es la persona de Jesucristo. Cuando evangelizamos en realidad nosotros le hablamos a la gente de Cristo. Y a este mundo contemporáneo nuestro, a la sociedad nuestra, queremos llevar a Jesús, por eso he dicho que el acento está en la evangelización y no en la palabra nueva. Porque a veces la gente se pierde en los nuevos métodos y formas de anunciar el evangelio, por lo que a veces el que sufre es el mismo evangelio. A veces, para agradar y gustar al mundo contemporáneo puede suceder que no anunciemos el Evangelio exactamente. Porque el mundo contemporáneo y la sociedad de hoy se diferencia mucho del Evangelio”.

“Estamos en Europa que nació del Evangelio, en la tradición cristiana. Pero vemos que en la sociedad de hoy a menudo rechaza esa tradición, se quedaron otras cosas, se quedaron las fiestas, pero sin embargo, falta el contenido. Pudimos ver hace poco en la celebración de la Navidad, no solo Europa, sino el mundo entero celebra la Navidad, pero sin el contenido verdadero y auténtico cristiano. Y llegamos hasta tal punto que no podemos ni siquiera saludar por la Navidad en la era cristiana, y hablar del nacimiento de Dios. No nos debe suceder eso. Siempre debemos anunciar a Cristo, verdadero y único. En toda su plenitud, en todo lo que Él es, lo que ha dicho y lo que ha entregado a su iglesia. Hoy, por medio del Espíritu Santo nos enseña a nosotros”.

“Es decir, deseando llevar el Evangelio al mundo de hoy. Pero no solo anunciar el Evangelio al mundo de hoy, sino cuando ese Evangelio me es anunciado a mi también. Leyendo y meditando el Evangelio, yo no puedo tomar de Jesús lo que me gusta y dejar de lado lo que no me gusta. No puedo decir que hermoso que Jesús haya amado a todos, yo voy a amar a todos y por otro lado no estoy acuerdo con Él cuando dice que perdone a mi hermano setenta veces siete; o que me reconcilie con mi hermano y después lleve la ofrenda al altar”.

“Si quiero ser de Cristo, si quiero que el Evangelio habite en mí, no puede haber páginas arrancadas. No puedo quitar los temas que quizás son difíciles, porque Jesús es exigente. El Evangelio no es un cuento romántico, es la historia del amor de Dios para con nosotros. Pero sabemos que el amor no es siempre fácil. Cuando amamos a alguien tenemos que estar siempre dispuestos al sacrifico, a moderar nuestros pensamientos y nuestras obras. Estamos en esa escuela como cristianos y el Evangelio debe ser anunciado primero a nosotros. Yo soy el primero que debe ser evangelizado, es decir, que el Evangelio me inunde por entero. Que todos mis pensamientos, palabras y obras sean según el Evangelio. Y entonces de la misma manera podré anunciar a Jesús y al Evangelio en el mundo de hoy”.

“¿Cómo anunciaba Jesús el amor de Dios a los hombres? De manera muy sencilla. Jesús se lo ofrecía a los hombres. Sabe que nos dio a todos el libre albedrío, nos ofreció la salvación y en nosotros está si la aceptamos o no. Debemos aprender de Jesús, ofrecer el Evangelio al mundo, anunciar lo que está escrito y no tener miedo de la reacción del mundo, no pensar en su reacción, sino ofrecerlo. Y eso es lo que nosotros debemos hacer. Y cada uno por su parte, decidirá si aceptará el Evangelio o no. El primer evangelizador fue Jesús, predicaba por toda palestina. Después los apóstoles y sus discípulos llevaron la buena noticia por todo el imperio romano y más allá. Y no fue siempre fácil, en realidad siempre es muy difícil transmitir el Evangelio a los demás”.

“El Evangelio nos son solo palabras, el Evangelio, ya lo dijimos que lo dice Pablo, es Jesús. No puedo quedarme solamente con las palabras, porque los que me escuchan querrán ver en mí el Evangelio, y si no lo vivo, si yo también divido el Evangelio en lo que me gusta y lo que no me gusta, no seré auténtico, no seré de Cristo y la gente no me creerá. Es decir, debemos pertenecerle a Cristo totalmente y no tener miedo de la dificultad del tiempo presente. En los tiempos difíciles es cuando más claramente se ha llevado la noticia del Evangelio. Cuando más fuerte fue la iglesia, era en la persecución. Hoy también vemos que allá donde la Iglesia es perseguida, es allá en donde es más fuerte. Los tiempos difíciles engendran personas y evangelizadores más fuertes. No debemos temer al tiempo difícil porque debemos saber que es la tierra fuerte para la Evangelización”.

“Medjugorje no ofrece nada nuevo, sino que siempre vuelve a lo viejo. Medjugorje es tan sencillo. Vive la vida que cualquier parroquia debería vivir, el rosario, la Eucaristía, la confesión, la veneración de la cruz, la adoración eucarística, el ayuno y otras devociones. Eso es todo lo que habría que vivir en cualquier parroquia. Últimamente se destaca como el modelo de la nueva evangelización, como algo que debería ser el ejemplo para todos y en realizar lo que hay que hacer, que es volver a las fuentes. A la cristiandad original y entonces seremos auténticos y podremos gustarle a la gente. Eso lo escuchamos a menudo en el mundo cuando vemos algo en la tele, cuando alguien se presenta a sí mismo, su proyecto, y si es igual que todos los demás, fácilmente cambiaremos el programa, pero si es original, si tiene algo auténtico, entonces nos gustará quedarnos un tiempo allí, averiguar un poco más y mejor sobre esa persona. Lo mismo pasa con la evangelización, con Medjugorje, ser siempre auténticos, originales, tal como Dios lo ha querido y como lo desea hoy también. Decimos a menudo que Medjugorje es el lugar donde el cielo ha tocado la tierra y abre esa puerta celestial a todos para que podamos superar las dificultades de la tierra”.

“Todos dirán que en Medjugorje es hermoso rezar. Sentimos la paz, la belleza, nos encanta estar allí. Pero lo que también es la fuerza de Medjugorje, es la perseverancia y lo que viven a menudo cunado estén en Medjugorje, lo que viven allí cuando están en peregrinación, tienen que vivirlo en sus casas, en su tierra. Porque la peregrinación no es un tiempo de escape de mi vida, sino que es el tiempo que me mostrará como vivir mi vida con sentido. Por eso es también importante siempre recordar esa perseverancia. Es la palabra que Jesús ha repetido en el Evangelio, velen y oren. Esten siempre dispuestos a orar. Nosotros también en Medjugorje animamos a esa perseverancia de tal manera que cada día tenemos el programa vespertino de oración, no hay ningún día en que descansemos. Esa es la imagen de como los fieles, como los cristianos, los organizadores, no podemos descansar. Yo no puedo descansar de Dios, no puedo decir hoy no voy a vivir como cristiano, no voy a anunciar el Evangelio a nadie, porque lo anuncio con mi vida. Cuando estoy de buen humor, de mal humor, cuando tengo ganas de rezar y cuando no. Siempre tengo que anunciar el Evangelio. María, nuestra Madre, se fue a la montaña a ver a Isabel, a compartir la buena noticia del Evangelio vivo. Nosotros nos consideramos marianos, así que debemos aprender de María, no preocuparnos solo por nuestra propia salvación, sino ocuparnos también de nuestros hermanos y de la salvación del mundo entero. Esa es nuestra tarea y esa es la verdadera y auténtica evangelización”.

“María siempre es nueva, siempre es la misma y siempre es de Dios. Y eso va desde arriba hacia abajo, pero precisamente porque es de Dios vuelve hacia arriba y siempre es nueva. La evangelización será siempre nueva, si es la misma, si está llena de Dios y entonces Dios hará que siempre sea nueva. ¡Que la Virgen María nos ayude en esta tarea!”, y con esta reflexión concluyo fray Zvonimir su catequesis.

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