Hoy, 3 de agosto, continua en Medjugorje el programa del 33º Encuentro Internacional de Oración para los Jóvenes, que se celebra hasta el 6 de agosto bajo el lema: “Aprended de mí y encontraréis la paz”. Esta mañana, en el programa, después de la oración matutina dirigida por fray Marinko Šakota, habló fray Massimo Fusarelli, Ministro General de la Orden de los Hermanos Menores, llevó la atención de los jóvenes al lema del Festival de este año.
“Acompañados por la Virgen María, podemos confiar en el Señor, ir a Él, estar en relación con Él, un yugo suave que no nos rompe, sino que nos hace llegar a ser verdaderamente quienes somos. En la libertad, la verdadera, podemos encontrar descanso y disfrutar de la paz. Queridos jóvenes, por favor, aceptad esta libertad de fe, llevaos esa libertad a casa, donde viváis, será el mayor don que el Señor, a través de la Virgen María en estos días, os ha dado a vosotros, jóvenes y a todos nosotros. Y no llevéis este don como algo que pondréis en vuestro bolsillo. Y hablad, es más, gritad con vuestra vida que imitar al Señor Jesús es el camino de la libertad, la alegría, la verdadera capacidad de amar, la paz que nadie más sabe dar”, dijo fray Massimo Fusarelli.
Antonio di Tommaso de Italia y Jakov Čolo, vidente de Medjugorje, han dado testimonio esta mañana, expresando su alegría al dirigirse a los jóvenes. Dijo que todos son invitados a Medjugorje por nuestra Madre Celestial.
“Cuando miro la Iglesia, el monte Križevac, la Colina de las Apariciones, ¿no es ese el abrazo de Dios? Somos abrazados aquí por Dios, somos abrazados aquí por nuestra Madre Celestial. Estáis aquí hoy, podíais haber estado en muchos otros lugares, en lugares mucho más hermosos que Medjugorje. Pero habéis sido invitados aquí, y vosotros habéis respondido a este llamado de la Virgen, estáis aquí porque la Virgen os ha llamado y vosotros dijisteis que sí. Y creedme, el descanso más hermoso que podéis tener es el descanso en el Señor”, dijo Jakov, quien también presentó el trabajo de la asociación caritativa “Las Manos de María”, que lleva actuando en Medjugorje desde 2016 y hoy se ocupa de 700 familias.
Un joven italiano Antonio di Tommaso, de 22 años, dio testimonio sobre su familia, que fue sanada con la ayuda de Dios. Creció en una familia evangélica. Su padre fue violento con él y con su madre. Para el 30 aniversario de las apariciones de la Virgen, vino a Medjugorje, con la tía de su madre, quién a menudo le hablaba de la Virgen. En aquel entonces, solo tenía 11 años. Y eso es lo que cambia la vida. Recibió los sacramentos, y luego vino a Medjugorje todos los años hasta cumplir los 16.
“Una noche antes del año nuevo de 2016, sucedió un gran milagro en mi familia. Mi padre se fue a dormir, y a la mañana se despertó como una persona completamente nueva. Lo único que nos dijo fue: “Esta noche Dios me tocó”. Y esa mañana tiró todas las drogas que tenía en la casa, todo cambió, sus ojos, su voz, la expresión en su rostro, e inmediatamente regresó a su comunidad evangélica donde creció. Conoció a muchas personas que le dijeron que yo era el diablo porque asistía a la Iglesia Católica y que al hacerlo traería desgracias a mi familia y, en ese momento de extrema fragilidad mi padre creyó esas palabras y comenzó a prohibirme de profesar mi fe. Si llevaba un rosario alrededor de mi cuello, mi padre lo rompía, tiró todas las estatuas e imágenes que había traído de Medjugorje. Gracias a Dios esta situación duró solo unos meses, porque el amor de Dios hizo entender a mi padre que todos somos hijos de Dios, y la situación en mi familia finalmente se calmó, y borre de mis recuerdos todo lo que había sucedido antes”, dijo Antonio.
Desde ayer, el segundo día del Festival, se encuentra un stand con el lema “Tu rosario por Ucrania”, que recoge los rosarios que los peregrinos quieran dejar, para ser llevados a ese país devastado por la guerra, donde serán distribuidos entre el pueblo ucraniano. El stand está junto a los demás de las distintas asociaciones y comunidades, en la zona frente a la Capilla de Adoración.