Damir Agicic, de Slavonski Brod (Croacia), visitó Medjugorje por primera vez hace 30 años. Desde entonces, viene con regularidad a la Reina de la Paz con su familia o con grupos de peregrinos. Oyó hablar de Medjugorje a uno de sus colegas en su época de estudiante. Se lo comentó a su mujer y ambos decidieron venir a Medjugorje tras su luna de miel en la Costa Adriática en 1983. "Antes de llegar siempre le rezábamos a Nuestra Señora; queríamos venir y darle las gracias por nuestra boda. Ya entonces, al igual que ahora, estábamos convencidos de que vivimos Su bendición en plenitud. Desde el principio sentimos que aquí en Medjugorje las almas se abren a Dios, lo que nos hizo regresar a casa espiritualmente renovados. Más adelante en nuestras vidas, nos convencimos de que recibimos una fuerza espiritual durante aquella visita para afrontar todo lo que nos sucedió después", declaraba Damir. Su testimonio completo sobre Medjugorje se encuentra disponible en la edición del mes de octubre de "Glasnik mira".

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