“Representa un honor, una alegría y un premio muy especial”, destacó el Arzobispo Henryk Hoser, Obispo Emérito de Varsovia – Praga, Visitador Apostólico con un papel especial en la parroquia de Medjugorje, cuando recibió el Premio “Obispo Roman Andrzejewski” por todos sus méritos y esfuerzos realizados para el desarrollo de las aldeas polacas. La entrega del premio tuvo lugar el 20 de febrero de 2020 en el auditorio de la Conferencia Episcopal Polaca en Varsovia.

“Tengo que admitir que me sorprendió. No soy jardinero profesional ni agricultor; soy médico de profesión y sacerdote de vocación. Pero, cuando pienso en ello, observo algunas cualidades que hablan a favor de este Comité que me ha concedido el galardón”, declaró Mons. Hoser.

“He sido testigo del trabajo tan duro que exige el campo, un trabajo constante en condiciones muy duras”, destacó, recordando la relación personal de su familia con la agricultura. Mencionó que siendo estudiante de Medicina, en las vacaciones de verano, trabajó como agricultor en el extranjero. Comentó que sus padres eran ingenieros agrícolas y su hermana mayor se graduó en la Universidad de Varsovia en el campo de las ciencias de la vida y que por ello, su familia siempre hablaba sobre agricultura.

El arzobispo Hoser comentó que los agricultores son portadores de la identidad polaca y lo recordaba cada vez que se reunía con ellos.

”Las granjas modernas tienen mucho que ofrecer y la agricultura familiar puede desarrollarse con ellas. Es importante tener el deseo de que los jóvenes polacos regresen a su tierra natal y produzcan alimentos beneficiosos para la salud y el desarrollo de toda la sociedad “, destacó Mons. Hoser, premiado por el Cardenal Kazimierz Nycz.

”El objetivo de este premio incluye todas las dimensiones de las actividades actuales.  Es una persona extraordinaria y multidimensional que puede hacer uso de todas sus experiencias para aplicarlas a todas las áreas que le han sido encomendadas”, destacó el Cardenal Nycz, al mismo tiempo que recordaba la trayectoria de Mons. Hoser, quien trabajó para Iglesia como médico y misionero, después en el Vaticano, en Polonia y ahora en Medjugorje.

Esta ha sido también una oportunidad para honrar la tradición de la familia Hoser, que desde 1844 había contribuido en gran medida al desarrollo de la jardinería polaca. Nos gustaría recordar que la familia desarrolló la granja hortícola más grande de Polonia, si bien más adelante fue confiscada por los comunistas.

Los anfitriones de esta ceremonia fueron D. Sławomir Siwek, Presidente de la Fundación, y el Obispo Artur Miziński, Secretario Principal de la Conferencia Episcopal de Polonia, quienes saludaron a todos los invitados. También estuvieron presentes el arzobispo Salvatore Pennacchio, nuncio apostólico en Polonia, Mons.  Romuald Kamiński, obispo de Varsovia-Praga, así como dos obispos Palotinos, el arzobispo Tadeusz Wojda de Białystok y el obispo Adrian Galbas de Ełko.

La Fundación que concede el Premio ‘Obispo Roman Andrzejewski’ surgió en el año 2004 y honra a las personas que son especialmente meritorias en el trabajo de las zonas rurales, en beneficio del desarrollo cultural y económico de las pequeñas ciudades y pueblos.

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