Oremos por la paz en nuestras familias  

“¡Queridos hijos! También hoy los invito a la oración. Sólo con la oración y el ayuno se puede detener la guerra. Por eso, queridos hijos míos, oren y den testimonio con sus vidas de que son míos y me pertenecen, porque en estos días turbulentos, Satanás quiere seducir al mayor número posible de almas. Por eso, los invito a decidirse por Dios y Él los protegerá y les mostrará lo que ustedes deben hacer y el camino que deben recorrer. Invito a todos los que me han dicho “Sí”, a que renueven la consagración a Jesús, a Su Corazón y a mí, de modo que podamos usarlos más poderosamente como instrumentos de paz en este mundo sin paz. Medjugorje es para todos ustedes un signo y un llamado a orar y a vivir los días de gracia que Dios les da. Por eso, queridos hijos, acojan con seriedad este llamado a la oración. Estoy con ustedes, y sus sufrimientos son también los míos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

(Mensaje del 25 de abril de 1992)

Recemos la oración por la familia

Oh, Dios, que en la Sagrada Familia
nos dejaste un modelo perfecto
de vida familiar vivida en la fe
y la obediencia a tu voluntad.
Ayúdanos a ser ejemplo de fe y amor
a tus mandamientos.

Socórrenos en nuestra misión
de transmitir la fe a nuestros hijos.
Abre su corazón para que
crezca en ellos la semilla de la fe
que recibieron en el bautismo.
Fortalece la fe de nuestros jóvenes,
para que crezcan en el conocimiento
de Jesús.

Aumenta el amor y la fidelidad
en todos los matrimonios,
especialmente aquellos que pasan por
momentos de sufrimiento o dificultad.

Unidos a José y María,
te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo,
nuestro Señor. Amén.

(Benedicto XVI)

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