Haz la novena con la Comunidad Magníficat en este día con el siguiente video:
https://youtu.be/OozlAST_s7k
Oración Inicial
Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un
rayo de tu luz.
Ven, Padre de los pobres,
ven, dador de los dones,
ven, luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
suave alivio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el ardiente estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh, luz santísima,
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles!
Sin tu ayuda
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está sucio,
riega lo que está seco,
sana lo que está enfermo.
Doblega lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está desviado.
Concede a tus fieles
que en Ti confían,
Tus sagrados dones.
Dales el premio de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.
Amén. Aleluya, Aleluya.
V. Envía Tu Espíritu Señor y será Una nueva creación.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos
Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, concédenos por este mismo Espíritu, gozar siempre de su consuelo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
CUARTO DÍA
(LA ORACIÓN)
Si la conversión es el mensaje más importante, la oración es el más persistente de María. Prácticamente, en todos sus mensajes, llama a la oración. Cuando comenzaron las apariciones, recomendó: «recen todos los días el Credo, siete Padrenuestros, Avemarías y Glorias en honor de las cinco llagas de Jesús, por las intenciones del Papa y para pedir el Espíritu Santo». Luego pidió rezar diariamente una parte del Rosario; y en ocasión de la Vigilia de su Asunción a los Cielos, el 14 de agosto de 1984, las tres partes todos los días. Más adelante, invitó a las familias a orar una media hora antes de iniciar las labores y media hora, como acción de gracias al finalizar el trabajo del día. También recomendó la Adoración a Jesús Sacramentado, el Vía Crucis y la Veneración a la Cruz. Para pedir después, que durante la jornada cotidiana, se llenarán hasta los espacios más pequeños con jaculatorias. Después en el año 2000 pidió formar grupos de oración, y dijo: «¡Queridos hijos: que la oración sea la vida!» La oración, por consiguiente, es la vida del cristiano. A través de sus mensajes la Virgen desarrolla una auténtica pedagogía de la oración cristiana. No con formas o expresiones novedosas, sino adaptándose a las ya conocidas y avaladas por el Magisterio de la Iglesia. La oración no debe ser jamás una actividad paralela a las demás, sino la vida misma del creyente. La Virgen ha superado la antigua oposición y dialéctica entre contemplación y acción. Nos hace descubrir con sus mensajes que el hombre esta llamado hacerse oración y la oración hombre. Ella espera que los fieles en el tiempo presente y con sus agitados ritmos de vida, retomen la vida de oración continua. A la pregunta del por qué pide tantas oraciones?» Responde: «Miren a su alrededor y dense cuenta cuán grande es el pecado que domina en el mundo. Por tanto, oren para que triunfe Jesús» 13-9-84.
Otro aspecto de la vida de oración que la Virgen desea suscitar en sus hijos, es que ésta se debe desarrollar «con el corazón.» Se trata, sobre todo, de asociar siempre, -evitando las distracciones- la mente y los sentidos a la oración interior del amor; en serenidad, paz y afecto. La oración con el corazón es uno de los aspectos relevantes de la espiritualidad de Medjugorie: «oración necesaria para los tiempos que se viven -dice María- y para adquirir la auténtica conversión.» En uno de sus mensajes dijo:
«¡Queridos hijos!: También hoy los invito o todos a la oración. Sepan, queridos hijitos, que Dios concede gracias especiales en la oración; por lo tanto, busquen y oren, para que puedan comprender todo lo que les ofrezco aquí. Yo los invito, queridos hijos, a la oración con el corazón; sepan que sin la oración no pueden comprender todo lo que Dios programa a través de ustedes. Por lo tanto, oren. Deseo que a través de cada uno se realicen los designios de Dios. Que pueda crecer y madurar cuanto Dios les ha otorgado en el corazón. Por lo tanto oren para que la bendición de Dios los pueda proteger de todo el mal que los amenaza. Yo los bendigo, queridos hijos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!» 25-4-87
PRECES
Unidos a María, figura e imagen de la Iglesia que un día será glorificada, presentemos nuestras oraciones a Dios Padre en favor de todos los hombres.
- Por la Iglesia, pueblo de los creyentes: para que en todos sus miembros sea llamada dichosa por haber creído que la Palabra de Dios se cumplirá. Roguemos al Señor.
- Por todos los que lo han dejado todo para seguir a Cristo: para que sepan, como María, escoger la mejor parte y entregarse totalmente a lo único necesario. Roguemos al Señor.
- Por los jóvenes y los adolescentes: para que aspiren siempre a realizar en su vida ideales de pureza y caridad, imitando a la siempre Virgen María. Roguemos al Señor.
- Por los que han perdido a los que aman: para que encuentren en María el afecto y la protección de una madre que recibió esta misión de su Hijo en la cruz. Roguemos al Señor.
- Por los matrimonios y las familias cristianas: para que sean escuelas de amor y de aprecio a la vida frente a quienes quieren la muerte de los inocentes que todavía no han nacido. Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros: para que sepamos conservar todo lo referente a Cristo y al Reino de Dios, meditándolo en nuestro corazón por medio de la oración. Roguemos al Señor.
Oración
Padre de bondad, que estos deseos que te presentamos encuentren eco en tu amor generoso, y que nos ayude la intercesión poderosa de la Madre de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
El Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Lc 1:46-55.
(Gloria al Padre)
Consagración al Corazón Inmaculado de María
Oh, Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad, muéstranos tu amor. Que la llama de tu Corazón, María, descienda sobre todos los hombres. Nosotros te amamos inmensamente. Imprime en nuestro corazón el verdadero amor, así tendremos un deseo continuo por Ti. Oh María, dulce y humilde de Corazón, acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado, Tú sabes que todos los hombres pecan. Concédenos por medio de tu Corazón Inmaculado, ser curados de toda enfermedad espiritual. Haz que siempre podamos contemplar la bondad de tu Corazón maternal y por medio de la llama de tu Corazón haz que nos convirtamos. Amén.
Instrumento de Paz
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz: Donde haya odio, lleve yo tu amor, donde haya ofensa, lleve yo el perdón; donde haya discordia, lleve yo la unión; donde haya error lleve yo la verdad; donde haya duda, lleve yo la fe; donde haya desesperación, lleve yo la esperanza; donde haya tinieblas, lleve yo la luz; donde haya tristeza, lleve yo la alegría.
Oh Maestro, haz que yo no busque: Ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, sino amar. Porque, dando, se recibe, perdonando, se es perdonado; muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén.
Invocaciones a María Reina de la Paz
(Para todos los días)
María Santísima, que al recibir el anuncio del Ángel Gabriel concebiste en tu seno virginal a Jesucristo «Rey de la Paz», concédenos bajo tu protección y auxilio, ser en el mundo auténticos instrumentos de paz:
Para que la paz reine en el corazón de todos los hombres, especialmente, en quienes procuran la violencia,
R/. María Reina de la Paz, Ruega por nosotros.
Para que la paz reine en todos aquellos que no han experimentado en sus vidas el amor de Dios, R/
Para que la paz reine en todas las familias, R/
Para que la paz reine siempre en la Iglesia de Cristo y se empeñe en difundirla, R/
Para que la paz reine en las parroquias y comunidades cristianas, R/
Para que la paz reine en nuestros planteles educativos y lugares de trabajo, R/
Para que la paz reine siempre en nuestro país, R/
Para que la paz reine en todo el universo. R/
Oración
Concédenos, Señor, a tu hijos el don de tu gracia, para que cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la poderosa intercesión de la Virgen María, consigamos aumentar tu paz en nuestros corazones, nuestras familias y en el mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén