La familia Theler (Suiza) -compuesta por Ezekiel, Rebecca y su madre Bárbara-lleva varios años viniendo a Medjugorje, si bien en esta ocasión el verdadero motivo de su peregrinación ha sido la grabación de su primer CD de música espiritual en las instalaciones de Radio Mir Medjugorje. Fue en Medjugorje, lugar de oración y paz, donde experimentaron una sanación tanto física como espiritual y donde hablaron sobre lo que vivieron ese último diciembre, cuando el libro de su esposo y padre, el Sr. Hubert Theler, “Piedras vivas” se presentó en Medjugorje. En esta ocasión, Rebecca y Ezekiel compartieron cómo intentan dar gloria a Dios utilizando sus talentos y su música, así como lo importante que es para ellos la confianza en Dios y cómo han sido testigos de Dios para sus amigos protestantes. También destacaron cómo había influido Medjugorje en sus vidas. Su madre afirmó que sus hijos son un regalo inmenso para ella por el que está continuamente agradecida a Dios y de los que aprende muchísimo.

Ezekiel comentó: “Esta clase de paz no se puede sentir en ningún otro lugar, sólo se puede vivir en Medjugorje. Cuando me hice cristiano de verdad y quise profundizar en mi fe, comencé a leer más y me di cuenta de que mis conocimientos no eran suficientes. Como tenía muchos amigos protestantes, empezamos a debatir sobre Dios cuando nos veíamos. Yo les hablaba de la Virgen y de la Santa Misa. Era un auténtico debate en el que ellos me hacían preguntas a las que yo respondía. Lo importante era que hablaba sobre cosas que tenía que vivir por mi mismo -el papel de María, por qué necesitamos la Santa Misa, por qué estamos así… Durante la época anterior a mi encuentro con Dios, solía preguntarme por qué no podía ser feliz y empecé a darme cuenta del motivo: ponía toda mi confianza en las personas y me fiaba de ellos en lugar de fiarme de Dios. En una etapa de mi vida estuve viviendo en el extranjero separado de mi familia, yo solo. Comencé a preguntarme dónde podía poner mi confianza y qué debía hacer. Pude darme cuenta de que la confianza que solía tener antes de ese momento concreto era algo superficial y comencé a vivir mi vida de fe de diferente manera desde entonces. Anhelaba conocer a Dios a través de los libros, de la música, de conversaciones con otros… No hacía más que buscar donde profundizar cada día más en mi conocimiento sobre Dios y la fe.”

 

Rebecca explicó por qué iban tanto a Medjugorje: “Venimos a Medjugorje para vivir nuestras vidas de manera más auténtica, para ser mejores y poder ser testigos del amor y así llenarnos de él. Es aquí donde lo encontramos. Medjugorje nos llena de Dios, de paz y amor. Esta experiencia de profundizar en nuestra fe nos llegó en una época en la que me enfrentaba a muchas dificultades y problemas y resultó curioso cómo no fui a contárselo a otras personas, sino siempre a Dios. Fue así como, en esa profunda relación con Él, me fui llenando de paz, confianza y fe. Fui consciente de cuánto necesitaba esa relación, de cuánto me quiere Dios y de cuánto le quiero yo a Él.”

 

La Sra. Barbara comentó que el poder estar en Medjugorje era un gran regalo para ella: “Los niños son un don de Dios y es un regalo poder traerles. Quizá sea importante mencionar que mi marido y yo no podíamos tener hijos. Estos niños son fruto de la oración. Cuando llegaron, recé para ser digna de educarlos en la fe y en el espíritu de Dios -y lo hice con mis propias fuerzas de madre. Ahora son ellos los que me enseñan a mi con su música y en su trato hacia nosotros como padres. Le estoy muy agradecida a Dios por llamarme a ser madre. En Medjugorje intento aprender de la Virgen, le doy las gracias por el regalo de la maternidad, por haber tenido hijos y haberlos podido educar también en la fe.”

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