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Ni la edad ni la enfermedad son un impedimento para poder visitar los principales santuarios y participar en sus ceremonias en tiempo real.
Las nuevas tecnologías permiten hacerlo. Gracias a la web del Estado Ciudad del Vaticano se puede rezar ante la tumba de Juan Pablo II o contemplar la magnífica Ciudad Eterna desde la cúpula de San Pedro.
Sin salir de Italia: también es posible ver la tumba de San Francisco en Asís o el Santuario de San Giovanni Rotondo, donde está enterrado el Padre Pío.
Los principales santuarios marianos también se han modernizado. Es el caso de Fátima, en Portugal… Lourdes, en Francia, Aparecida en Brasil y Guadalupe en México. Se puede rezar ante las imágenes de cada uno de estos lugares como un peregrino más.
Y de América volvemos a Europa, hasta Medjugorje, en Bosnia o hasta Polonia. Allí podemos contemplar el lienzo de la Divina Misericordia que Santa Faustina Kowalska hizo pintar al artista Eugeniusz Kazimirowski en 1934. La congregación a la que perteneció la religiosa ha colocado una webcam para poder contemplar el lienzo y la tumba de Sor Faustina.
Gracias a Internet también se puede visitar Tierra Santa sin moverse de casa. Santuarios como la Basílica de la Natividad de Belén o el Santo Sepulcro en Jerusalén permiten realizar visitas virtuales para conocer con profundidad el estado actual de los lugares donde pasó Jesucristo en vida.