El P. Desire viene de la Parroquia del Perpetuo Socorro de Abidjan, capital de Costa de Marfil. Fue ordenado sacerdote hace once años y ha participado por tercera vez en el Seminario Internacional para Sacerdotes. Compartió con nosotros su experiencia de Medjugorje:
“Esta es la octava vez que vengo. Ya en mi época de estudiante oí hablar de Medjugorje a los miembros de la Comunidad de las Bienaventuranzas de Abidjan, donde dan a conocer el mensaje de la Virgen y comencé a vivir ese mensaje de las cinco piedras que nos pedía la Virgen. Todo ello me ayudó mucho a mejorar mucho en mi vida cristiana, además de reforzar mi sacerdocio, vocación que sentí desde pequeño, si bien a menudo me intentaba olvidar un poco de la idea. Pero en Medjugorje se renovó esa llamada: la Virgen me volvió a acercar a Jesús. Vine por primera vez en el 2007 -aproximadamente un año después de haber sido ordenado sacerdote- para darle las gracias a la Virgen por lo que hizo por mí. El grupo lo formábamos unas 40 personas y dos sacerdotes. Este otro sacerdote, al igual que yo, sentía el deseo de venir también a darle las gracias a María. Desde entonces y cada vez que puedo, vengo a un retiro.”
El P. Desire aprovechó para destacar lo importante que es para él este Seminario de Medjugorje: “Cada vez que vuelvo a casa lo hago más renovado, más convertido… soy un hombre distinto, lo que significa que no soy yo siempre y únicamente quien invita a otros a la conversión, sino que yo también necesito convertirme cada día y Medjugorje me ayuda a hacerlo; sólo entonces podremos llegar a ser un modelo para los demás. Cuando regreso les hablo siempre a los sacerdotes sobre la importancia de la Adoración del Santísimo. Lo hemos introducido en nuestra parroquia junto con la Adoración mensual para jóvenes”.