“Lleno de vida y experiencia profesional, llegó a Medjugorje y se convirtió en uno de nosotros. Con su dulce sonrisa y la determinación de un hombre que sabe por qué está aquí, inmensamente devoto a la Virgen, ha sido un refugio seguro para nosotros después de tantos años de incertidumbre. Mano extendida del Santo Padre Francisco en Medjugorje”, dijo el P. Miljenko Šteko, provincial de la Provincia Franciscana de Herzegovina, antes del comienzo de la Santa Misa conmemorativa en Medjugorje por el Arzobispo Henryk Hoser.
También dijo que “en medio del dolor humano por separarnos de él, esa alegría diferente no nos deja ni un momento, debido al futuro encuentro en la casa del Padre”.
“Y en este terreno pedregoso que te ha abrazado y amado, seguirá resonando esa antigua ‘Mater Dei, ora pro nobis’, mientras los ojos miran con esperanza el horizonte montañoso y el esplendor del sol poniente, mientras los dedos encallecidos aún recorren el rosario en las manos, mientras que por las mañanas se difunde el aroma de un nuevo día. Y siempre te recordaremos con gratitud. Estamos felices de que hayas estado con nosotros. Le pedimos a Dios que te conceda, por intercesión de la Reina de la Paz, la paz en su eternidad. Quedarás grabado para siempre en nuestros corazones, en nuestras vidas y en nuestro Medjugorje“, dijo el P. Miljenko Šteko al comienzo de la Santa Misa celebrada por el Nuncio Apostólico de Bosnia y Herzegovina, el arzobispo Luigi Pezzuto, en concelebración con el obispo de Mostar-Duvno, Mons. Petar Palić, con el arzobispo de Vrhbosna, cardenal Vinko Puljić, dos obispos más y 95 sacerdotes.
Numerosos parroquianos y peregrinos también participaron de la Santa Misa para agradecer a Dios por el arzobispo Hoser, quien ha hecho mucho por la parroquia de Medjugorje desde 2017. Sobre sus méritos habló en su homilía el nuncio Pezzuto, que conoció al arzobispo Hoser cuando era misionero en Ruanda. En ese momento, como dijo Pezzuto, “era un joven secretario en la Nunciatura Apostólica”. Comentó algunas partes de su biografía y luego subrayó la importancia de la “valiosa contribución que Mons. Hoser hizo aquí, en Medjugorje, en sus tres años de servicio, como enviado especial de la Santa Sede, primero, y luego, como Visitador apostólico con un papel especial para la parroquia de Medjugorje, con una misión de carácter pastoral”.
“Su vida sacerdotal nos edifica, vivida como la de un hombre justo, en el sentido bíblico, profundamente consciente de su realidad: sacerdote del Dios Altísimo. En esta ocasión, quisiera destacar su visible devoción mariana, que lo hizo completamente dedicado al fenómeno de Medjugorje y la realización de la impronta pastoral que el Papa Francisco quiso dar a este lugar”, dijo Mons. Pezzuto, e invitó a “toda la asamblea litúrgica a expresar una profunda gratitud a Dios que envió a Mons. Hoser a Medjugorje, a su familia religiosa (Palotinos), a su familia natural, así como a los frailes franciscanos que lo acogieron”.
“Agradezco especialmente al P. Perica Ostojić, que cooperó con Mons. Hoser durante los últimos tres años, como su secretario. Estamos seguros de que fue acogido en el Paraíso por la Virgen María, a quien sirvió especialmente aquí en Medjugorje, promoviendo su veneración y devoción en clave cristológica y cristocéntrica. Por eso, encomendamos a Mons. Hoser a la Reina de la Paz y a la Divina Misericordia”, concluyó el Nuncio Apostólico en Bosnia y Herzegovina, el arzobispo Luigi Pezzuto, en su homilía en la misa conmemorativa por Mons. Henryk Hoser en Medjugorje.
Al final de la Misa, el párroco de Medjugorje, P. Marinko Šakota, agradeció al cardenal, al arzobispo y a los obispos presentes diciendo: “Gracias al Papa Francisco por enviarnos al arzobispo Hoser, y gracias a Mons. Hoser por todo lo que hizo por Medjugorje, y lo que hizo es realmente mucho y de gran importancia”.