También este año, todos los participantes fueron nuevamente recordados por nuestro querido amigo, el cardenal Christoph Schönborn de Viena, quien les envió un mensaje:

“Queridos jóvenes amigos!

Habéis venido de nuevo a Medjugorje en gran número. Nadie os ordenó venir aquí en este calor del verano. Lo estáis haciendo como un deseo que parte de vuestro propio corazón, de lo contrario no os habríais molestado en hacerlo. ¿Qué os mueve a venir a Medjugorje? Esto no es una moda, no una tendencia, no sólo un poco de entusiasmo. Esta es la vecindad especial, la vecindad de Gospa que os está atrayendo. Sé que desde Lourdes y otros lugares ella está mostrando su cercanía, lugares donde la gente puede sentir su presencia. ¡Tanta fortaleza y consuelo viene de la cercanía de María! Muchas personas descubrieron la fe en Su presencia, se convirtieron y después de muchos años pudieron ir de nuevo para confesarse y recibir el perdón de Dios. Me emocionó mucho que nuestro Santo Padre nombrara a su enviado especial para la pastoral en Medjugorje, el Arzobispo de Varsovia Praga, Henryk Hoser, precisamente en la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, el 11 de febrero. Fue un signo muy agradable, que señalara las muchas conversiones como uno de los frutos de Medjugorje. ¡Por eso te pido que ores por él! ¡Él es el sucesor de San Pedro a quien Jesús confió a toda la Iglesia! Os pido una cosa más, algo que el Papa Francisco nos recuerda a menudo: la caridad y el amor por los pobres y los pequeños. El que tiene corazón para los pobres de cualquier tipo, no puede fallar en su vida. Hay un gran amor que viene de Medjugorje para las personas necesitadas. Yo estoy con vosotros en mi corazón en estos días y deseo que obtengáis muchas gracias, que tengáis buena confesión y que experimentéis la alegría de una celebración genuina en la comunión con los demás. No permitid que nadie o nada se lleve esa alegría lejos de vosotros. Esa alegría es un testimonio verdaderamente auténtico para este mundo.

Atentamente, Cardenal Christoph Schönborn.