Lejos del ruido del mundo, muchos entraron al nuevo año 2025 reunidos en oración en Medjugorje. El programa de oración en la iglesia de Santiago Apóstol comenzó con el rezo del rosario a las 17 horas, a las 18 horas se celebró la misa de acción de gracias y, a continuación, se presentó nuevamente el pesebre viviente frente a la iglesia. La vigilia de oración comenzó a las 22 horas con la adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, y el momento culminante fue la Santa Misa, celebrada por el párroco de Medjugorje, fray Zvonimir Pavičić, concelebrada junto a numerosos obispos y sacerdotes, con la presencia de miles de peregrinos.

Algunos de los países desde donde llegaron los peregrinos a Medjugorje para contemplar una vez más, como decía fray Zvonimir, el misterio de la Encarnación en la noche silenciosa de Belén, son: Bosnia-Hercegovina, Croacia, Polonia, Italia, Alemania, Austria, Ucrania, Eslovaquia, República Checa, Francia, España, Estados Unidos, China, Corea y Singapur…

Al inicio de su homilía, fray Zvonimir Pavičić dijo que con la celebración de hoy concluye la octava de Navidad y que la Iglesia no celebra el año nuevo como lo celebra el mundo: “Para nosotros, al comienzo del año está María, la Madre de Dios, esa fiesta que cierra el círculo íntimo de la celebración del nacimiento de Cristo. En estos ocho días hemos celebrado el nacimiento de Nuestro Señor en el cuerpo de la Virgen María y hoy estamos invitados a reflexionar sobre la maternidad de María”, dijo fray Zvonimir, explicando luego que significa que María es la Madre de Dios.

“Ella concibió por obra del Espíritu Santo. Ella no concibió por obra humana, sino que fue cubierta con el poder del Altísimo, del cielo. ‘Por tanto, el que nazca será santo y será llamado Hijo de Dios’. Así le explicó el ángel Gabriel cuando ella misma se encontró ante aquel misterio. Incluso María no entendió todo inmediatamente, pero creyó en la palabra de Dios. La creyó completamente. Y así ella se convirtió en aquella que toma la iniciativa en la fe. Los padres de la Iglesia afirman que María primero dio a luz a Dios en su corazón, creyendo las palabras del ángel, y luego lo concibió y lo dio a luz en su cuerpo. Por eso fue primero discípula de Dios, y luego también Madre de Dios”, dijo fray Zvonimir, poniendo luego ante nosotros a la Virgen María como guía en la fe, porque: “Ella nos muestra con su ejemplo que debemos confiar siempre en el Señor, aunque a veces su camino nos parezca difícil e imposible.”

Dijo también que en el pasaje evangélico de hoy resuenan los acontecimientos de Belén cuando los pastores encontraron al bebé recién nacido, a María y a José. María meditó en todos estos acontecimientos, como dice el evangelista Lucas: “María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón“.

“María no es una mujer cualquiera. Ella es un modelo a seguir para todas las mujeres. Bendita entre las mujeres. María no es una discípula cualquiera. Ella es modelo para todos los discípulos de Cristo. Por ejemplo, nos anima a guardar estos acontecimientos de salvación en nuestro corazón y meditar en ellos. Porque la fe nace en el corazón. Y la fe requiere reflexión -esa meditación en el corazón- para que el corazón se someta completamente a la voluntad de Dios y la acepte en todo”, dijo fray Zvonimir y explicó qué significa esta meditación en el corazón y cómo podemos seguir a la Santísima Virgen María hoy, en nuestro tiempo.

“María dio a luz a Cristo: el Verbo se hizo carne . Tenemos esa Palabra escrita en los Evangelios. Por tanto, es necesario tomar en las manos las Sagradas Escrituras, especialmente los Evangelios, leerlas, reflexionar sobre ellas, meditar estas palabras y estos acontecimientos en el corazón. De este modo, también nosotros, en el corazón, con los ojos de la fe, podremos mirar al niño Jesús en el pesebre, seguir su vida, su predicación y la obra de redención. María es una persona muy silenciosa en los Evangelios, sólo tenemos unas pocas frases de ella. Pero es una persona que reza en silencio, reflexiona y acoge la voluntad de Dios”, afirmó el párroco de Medjugorje, fray Zvonimir Pavičić, que concluyó su homilía con la invitación “que nuestros propósitos para el nuevo año sean: el rosario, el ayuno, las Sagradas Escrituras, la confesión y la Eucaristía“.

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