“Queridos hijos! También hoy el Altísimo me permite estar con ustedes y guiarlos por el camino de la conversión. Muchos corazones se han cerrado a la gracia y hecho oídos sordos a mi llamado. Ustedes, hijitos, oren y luchen contra las tentaciones y contra todos los planes malvados que el diablo les ofrece a través del modernismo. Sean fuertes en la oración y con la cruz en las manos, oren para que el mal no los utilice y no venza en ustedes. Yo estoy con ustedes y oro por ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”
Reflexión
Cuando no recorremos el camino de conversión permanente, tomados de la mano de la Reina de la Paz, no tenemos las fuerzas necesarias para luchar contra las tentaciones y nos faltan las fuerzas y la dirección correcta para llevar el amor del Señor a quienes se han hecho sordos a los llamados del Señor y de la Madre.
Por eso la Virgen María nos enseña que la conversión y el acercarse a Dios es un proceso permanente, un movimiento del alma que ha de durar toda la vida, y el medio para caminar hacia él: es la oración, y la purificación interior de nuestros pensamientos, motivaciones, intenciones y emociones, lo cual luego se transmitirá en nuestras palabras, actitudes y decisiones diarias.
Así como quien para leer y ver las letras de un libro con mayor claridad, se acerca cada vez un poco más a la lámpara de la cual surge la luz, también nosotros nos vamos acercando a quien nos enseña a leer en el libro de nuestras vidas, y nos guía a fin de escribir los capítulos que han de venir; sabiendo que bajo la inspiración del Señor, han de ser los capítulos más hermosos.
Para no ser alejados de la luz por las tentaciones del maligno y por la tibieza, tendremos que estar atentos, pues siempre habrá fuerzas que desde fuera, pero también desde dentro de nosotros mismos, querrán arrastrarnos hacia el terreno de la oscuridad. Sin embargo, gracias a la oración, a la fe y a la perseverancia, podremos vencer.
Estos son tiempos difíciles, pero también son tiempos de gracia muy especiales, para quienes saben aprovechar los mensajes de la Reina de la Paz.
Oración
Virgen María, Reina de la Paz, atráeme con tu suavidad y con tu ternura, al encuentro profundo con el Dios de la vida, y átame con lazos de amor, para que ya no pueda apartarme de sus caminos, ni deje de vivir en su voluntad.
Sé que en ti, Madre, mi alma descansa serena y que no tengo que temer de nada ni de nadie, pues cuento con tu protección, y ayuda. Amén.