En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
- INVOCAMOS AL ESPÍRITU SANTO
“Ven Espíritu Santo. Quisiera deslumbrarme con tu amor y tu belleza, y dejarte entrar. Pero tú quisiste que yo te descubriera lentamente, para no invadir mi vida sin mi permiso. Quisiera abrirte mi interior para vivir tu amistad. Yo sé que eso me haría feliz, porque ‘tu amor vale más que la vida’ (Salmo 63,4). Pero me cuesta mucho atreverme a vivir un amor tan grande, tan fuerte, tan total. No me atrevo. Poco a poco quisiera descubrir que no hay nada que temer, que tu amor me deja libre, que tu amor es aire fresco que no asfixia. Ayúdame a descubrirlo, Espíritu Santo. A veces me siento tan inseguro, tan frágil, veo que no hay nada firme en esta vida. Me siento como un pequeño gusano débil que se puede destruir con cualquier cosa. Pero tu Palabra me dice: ‘No tengas miedo gusanillo mío. Yo soy tu salvador’ (lsaías 41,14). Eres mi seguridad, un poder infinito que me defiende. Contigo todo terminará bien. Confiar en ti es mi mayor poder. ‘Fuerza mía, para ti cantaré. Porque Dios es mi protección, el Dios de mi amor’ (Salmo 59,18). Ven Espíritu Santo. Amén.”
- LEEMOS EL MENSAJE CON EL CORAZÓN DE MANERA PAUSADA
“¡Queridos hijos! hoy quiero compartir con ustedes la alegría del cielo. Ustedes, hijitos, abran la puerta del corazón a fin de que en su corazón crezca la esperanza, la paz y el amor que solo Dios da. Hijitos, están demasiado apegados a la tierra y a las cosas terrenales, por eso satanás los agita como el viento lo hace con las olas del mar. Por lo tanto, que la cadena de su vida sea la oración con el corazón y la adoración a mi hijo Jesús. Entreguen a él su futuro para que en él sean alegría y ejemplo para los demás con sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado”
- ORAMOS A NUESTRA MADRE CON LAS PALABRAS DEL MENSAJE
“QUERIDOS HIJOS! HOY QUIERO COMPARTIR CON USTEDES LA ALEGRÍA DEL CIELO”
Delante de Ti, Madre de bondad me pongo y me dejo abrazar por estas palabras de amor. Como buena Madre, tu sabes que solo el amor convence, solo el amor levanta, solo el amor transforma. Por eso dejo que tus primeras palabras lleguen a lo más profundo de mi corazón y reanimen mi fe y mi confianza en tu amor. Gracias Madre por hacernos partícipes de la alegría del cielo. Abro mi corazón para que esa alegría se haga en mi fecunda. Gracias porque nos das a conocer y nos enseñas a acoger el amor en su máxima expresión, pues la alegría reboza en el corazón cuando el amor inunda la vida entera. Es verdad Madre, que a veces “la alegría no se vive del mismo modo en todas las etapas y circunstancias de la vida, a veces muy duras. Sin embargo siempre permanece al menos como un brote de luz que nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo. (Evangelii Gaudium 6). Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oramos en silencio y con el corazón.
“USTEDES, HIJITOS, ABRAN LA PUERTA DEL CORAZÓN A FIN DE QUE EN SU CORAZÓN CREZCA LA ESPERANZA, LA PAZ Y EL AMOR QUE SOLO DIOS DA”
Es verdad Mamá, que no hay peor prisión que un corazón cerrado. Intercede por nosotros Madre para que nos animemos a abrir nuestro corazón. Es decir a decidirnos por Dios y a poner todo nuestro empeño en ir a su encuentro. Ayúdanos a tomar la decisión de dejarnos encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. Tú nos enseñas Oh María que el Señor no defrauda, que cuando nos animamos a dar un pequeño paso hacia Él, ya nos espera con los brazos abiertos. Madre ponemos nuestro corazón en tus manos y contigo le decimos a Jesús: Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, he perdido la esperanza y la paz tantas veces pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores. Haz crecer en nosotros la Esperanza, la Paz y el Amor. (Cfr. EG 3) Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oramos en silencio y con el corazón.
“HIJITOS, ESTÁN DEMASIADO APEGADOS A LA TIERRA Y A LAS COSAS TERRENALES, POR ESO SATANÁS LOS AGITA COMO EL VIENTO LO HACE CON LAS OLAS DEL MAR”
Reconocemos Madre Bendita que hemos puesto más nuestro empeño en las cosas y en los intereses de este mundo. Todo eso ha ido creando en nosotros dependencias y adicciones que nos han robado el entusiasmo por vivir. Somos fácilmente sacudidos por el mal que nos aparta y bloquea en nosotros el ánimo y nos va haciendo incapaces de vivir el amor para el que fuimos creados. Hoy tomamos la firme decisión de empezar de nuevo. Creemos en la Misericordia de Dios, que no se cansa de perdonarnos. “Creemos que Él nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Creemos que Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría. Ayúdanos a Madre para que no huyamos de la resurrección de Jesús, que nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!” (EG 3) Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oramos en silencio y con el corazón.
“POR LO TANTO, QUE LA CADENA DE SU VIDA SEA LA ORACIÓN CON EL CORAZÓN Y LA ADORACIÓN A MI HIJO JESÚS”
Gracias Madre por animarnos a orar siempre. Solo la oración abre el corazón y lo dispone al amor verdadero que viene de Dios. Nos enseñas Buena Madre a descubrir que solo de rodillas se puede vencer las insidias del enemigo que nos quiere apartar de Dios y pretende destruir en nosotros la esperanza, el amor y la paz. Enséñanos Mamá a postrarnos delante de tu Hijo en la Eucaristía y adorarlo con todo el corazón. Queremos orar y adorar al Señor viviendo el primero y más grande de todos los mandamientos: con toda nuestra mente, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra alma y todo nuestro corazón. Queremos aprender de Ti a permanecer unidos a Jesús en esa cadena de amor que fortalece y nos da la más grande seguridad y confianza. Madre de bondad, adora y ora con nosotros. Que contemplemos a Cristo con el mismo asombro con que Tú siempre lo contemplaste y lo adoraste aquí en la tierra y ahora lo contemplas y lo adoras en el cielo. Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oramos en silencio y con el corazón.
“ENTREGUEN A ÉL SU FUTURO PARA QUE EN ÉL SEAN ALEGRÍA Y EJEMPLO PARA LOS DEMÁS CON SUS VIDAS. GRACIAS POR HABER RESPONDIDO A MI LLAMADO”
Hoy queremos Madre, respondiendo a tu llamado, entregarnos por tus manos a Jesús y permanecer unidos a Él contigo, a través de la oración con el corazón y por medio de la Adoración Eucarística. Acompáñanos Madre Bondadosa e intercede por nosotros tal como lo has hecho siempre. Sabemos que contamos contigo en este caminar de nuestra fe. Queremos hacer nuestras las palabras del Papa Francisco: “Nunca se dejen vencer por el desánimo. Nuestra alegría nace de haber encontrado a Jesús; nace del saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables. Nosotros sabemos que Jesús nos acompaña y nos carga sobre sus hombros. En esto reside nuestra alegría, la esperanza que hemos de llevar en este mundo nuestro. No se dejen robar la esperanza. Esa que nos da Jesús” (25/03/13) Con estas palabras Madre Misericordiosa, queremos vivir nuestro futuro, entregados a Jesús, siendo alegría y testimonio para nuestros hermanos que no han experimentado el amor de Dios, fuente de la verdadera alegría. Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oramos en silencio y con el corazón.
- DIRIGIMOS NUESTRA PLEGARIA A MARÍA REINA DE LA PAZ
Madre, que nos abrazas y nos reanimas con tu amor. Ruega por nosotros
Madre, que nos compartes la Alegría del Cielo. Ruega por nosotros
Madre, que nos llamas a abrir el corazón a Dios. Ruega por nosotros
Madre, que nos animas a crecer en la esperanza, la paz y el amor. Ruega por nosotros
Madre, que nos alientas a no apegarnos a las cosas terrenales.. Ruega por nosotros
Madre, que nos adviertes de la insidias del mal que nos asecha. Ruega por nosotros
Madre, que nos enseñas a permanecer orando y adorando al Señor.. Ruega por nosotros
Madre, que nos invitas a ser alegría y ejemplo para los demás. Ruega por nosotros
- PEDIMOS LA BENDICIÓN A NUESTRA MADRE
Dulce Madre no te alejes, tu vista de nosotros no apartes….
MARIA REINA DE LA PAZ. RUEGA POR NOSOTROS Y DANOS LA PAZ
P. RAFAEL ZACARIAS GARCÍA
MÉXICO