Los saludo a todos, queridos amigos, y espero que durante estos meses de verano encuentren el tiempo suficiente para descansar. De nuevo, antes de comenzar a reflexionar en el mensaje de este mes, quiero que recordemos lo que nos dijo María para el 16º Aniversario. A través de Ivanka, nos dijo que oráramos con el corazón, a fin de que podamos perdonar y ser perdonados. También nos agradeció nuestras oraciones y el amor que le hemos dado. Espero que cada uno hayamos descubierto ya, de algún modo, que la oración nos da la fortaleza para perdonar y pedir perdón, porque ésta es la primera condición para la paz. Oremos también para que nuestra Iglesia y todos los pueblos que hayan estado en guerra sean capaces de perdonar y pedirse perdón mutuamente. En el mensaje que nos dio Nuestra Señora a través de Marija, nos dijo que Ella nos traía la bendición de la paz. Espero que esta paz se haya derramado en todos y que nos acompañe también en nuestro camino. Al mismo tiempo, deseo que todos hayamos descubierto que realmente podemos convertirnos en portadores de paz y un portador de paz es alguien que tiene el valor, primero que nada, de perdonar así como de pedir perdón en la familia y dondequiera que viva y trabaje. Asimismo espero que nuestra amistad con Dios se haya fortalecido, de tal modo que ninguna tormenta pueda destruirla. María, al inicio del 17º año de su presencia con nosotros, de nuevo nos recuerda la primera tarea que Ella misma recibió de Dios—traernos la paz y ser capaces de convertirnos en portadores de paz.
Marija Pavlovic-Lunetti tuvo su tercer hijo el 19 de julio y su nombre es Marco María. Todo salió bien y ella y su esposo Paolo están muy felices con esta nueva vida. Marija nos prometió sus oraciones y nos pide a todos que oremos especialmente por las familias jóvenes. Deseamos a Marija y Paolo lo mejor y seamos muy conscientes de que el mensaje de paz nos lleva siempre a aceptar y proteger la vida. Los demás videntes están todos en casa y Vicka, Ivan, Jacov y Mirjana son incansables en dar su testimonio a los peregrinos, en lo que concierne a sus experiencias con la Virgen y los mensajes que Ella les ha confiado.
En este mes, vienen siempre bastantes peregrinos y tenemos especialmente muchos de Polonia y de Francia, mientras que cada vez vienen más de Italia. Casi cada semana ha llegado un nuevo grupo de Brasil e incluso los coreanos se han hecho también presentes. La primera semana de Julio fue la ‘Semana de los Sacerdotes’ y participaron cerca de 130. Nuestro lema fue ‘Sacerdotes en la Escuela de María’ y salió tan bien, que a partir de ahora, cada año dedicaremos la primera semana de Julio a los Sacerdotes. Actualmente nos preparamos para el 8º Festival Internacional de la Juventud y esperamos a muchísimos jóvenes. También nos sentimos particularmente contentos por la participación del P. Gianni Sgreva, fundador de la Comunidad ‘Oasis de Paz’, el Hno. Ephraim, fundador de la Comunidad de las Bienaventuranzas, y Sor Elvira, fundadora del Cenáculo, la comunidad que cuida de antiguos drogadictos. En la noche del 4 de agosto, los muchachos del Cenáculo presentarán su obra “El Hijo Pródigo.” Esperamos, pues, que los jóvenes que vengan reciban muchos y nuevos impulsos para vivir con paz, amor, fe y esperanza. En los próximos días, quiero que todos ustedes oren especialmente por los jóvenes, a fin de que puedan ser liberados de todo mal, de cualquier hábito destructivo y muy particularmente que sean protegidos de las drogas y de todo comportamiento inmoral.
En el mensaje de este mes, María de nuevo nos habló especialmente de la oración. Primeramente…
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HOY LOS INVITO A RESPONDER A MI LLAMADO A LA ORACION
Sigue siendo muy claro el hecho de que Medjugorje se ha convertido en lugar de oración. Cuando se habla de Medjugorje, hay que hablar de él más que nada como escuela de oración. Muy a menudo, casi en cada mensaje, María nos ha hablado de la oración y no se cansa de repetir este mensaje. El anhelo más grande de la humanidad es permanecer en contacto con Dios y por eso, María nos dice que abramos nuestro corazón y respondamos a su mensaje. En segundo lugar, dice muy específicamente…
DESEO, HIJITOS, QUE DURANTE ESTE TIEMPO ENCUENTREN UN ESPACIO PARA LA ORACION PERSONAL
Esto seguramente concierne a un punto importante y es que hemos de crear las condiciones exteriores para poder orar. Ya sabemos naturalmente que podemos orar en cualquier lugar y por tanto debemos orar dondequiera. Podemos orar en el trabajo o mientras conducimos el auto, pero aún así debemos tener cuidado también de disponer de un espacio dedicado exclusivamente para orar. Si queremos seguir el mensaje de María, es importante que miremos a nuestro alrededor y busquemos un rincón en nuestra casa consagrado sólo para hacer oración. Por ejemplo, en ese rincón debe haber una Cruz, un Rosario, una Biblia, una vela, un reclinatorio dónde arrodillarse y el silencio necesario para poder escuchar a Dios. Este espacio debe disponerse de tal modo, que siempre ayude a nuestra alma a abrirse a Dios. Es cierto que mucha gente, al construir su casa, piensan en todo menos en un espacio donde se pueda orar. Las condiciones externas para la oración son de gran importancia. Ayudan a tranquilizarse y recogerse y así, en ese estado, es más fácil encontrarse con Dios. Desde el punto de vista de educativo, sería también muy importante que los hijos vean a sus padres orar en ese espacio. Así, los niños serán también conducidos a decidirse por la oración y acostumbrarse a ella mucho más fácilmente. María habla de la oración personal y a fin de entenderlo mejor, podemos abordar este punto desde el lado negativo. Hay gentes que nunca oran cuando están a solas y sólo lo hacen cuando reciben el impulso de alguien más. Este es frecuentemente el caso con los niños y los jóvenes. Cuántas veces sucede que los niños o los jóvenes hacen oración o vayan a Misa con sus padres cuando están en casa, pero cuando están a solas en la escuela o trabajan en otra ciudad, jamás van a la Iglesia. Esto sucede porque la oración en familia –que es tan importante– no tuvo oportunidad de desarrollarse en oración personal. Por tanto, la oración demanda condiciones hemos de atender. Así pues, cada quien debe decidirse por la oración y por un encuentro personal con Dios y esto debe hacerse independientemente de cualquier otra cosa que realicemos. Por ejemplo, si nadie en la familia o en el círculo social ora ni va a la iglesia, tampoco esto debe interferir necesariamente con nuestra oración personal. En este caso, la oración personal se convierte en una condición para que podamos orar en familia y en los grupos de oración, porque quien no puede orar solo tampoco podrá hacerlo con los demás. La oración es un idioma que hay que aprender personalmente para ser capaces de orar en comunidad. La oración personal nos ayuda a orar en comunidad y la oración en comunidad ciertamente ayuda nuestra oración personal. Creo también que hay que pedir la gracia de ser capaces de decidirnos por la oración y que la oración sea nuestra vida. María nos ha dicho muy claramente también que Ella es nuestra Madre y maestra en la oración.
YO DESEO LLEVARLOS A LA ORACION CON EL CORAZON
Ella sabe que también esto debe aprenderse y desea ayudarnos a hacerlo. Asimismo, las dos cosas que nos señaló anteriormente –hacer un espacio para la oración y hacer oración– son asimismo condiciones para orar con el corazón. Nadie puede orar con el corazón si aún no se ha decidido por la oración y esto es en realidad el comienzo de la oración con el corazón. Muchas veces se nos pregunta aquí, en Medjugorje, qué significa esto y también cómo hacerlo. ¿Cómo hay que orar para hacerlo con el corazón? Cualquiera puede comenzar de inmediato a orar con el corazón, porque orar con el corazón significa orar con amor. Pero orar con amor no quiere decir que uno ore bien o que haya memorizado muchas plegarias. Más bien significa que se ha comenzado a orar justamente cuando María nos lo pidió, del modo como lo hicimos todos al principio de las apariciones. Así pues, cuando alguien dice “No sé cómo orar, pero como Tú me invitas a hacerlo, voy a comenzar como pueda,” en ese momento ha comenzado a orar con el corazón. Si alguien se decidiera a orar sólo cuando realmente pueda orar con el corazón, jamás llegará a hacerlo. La oración es un idioma y por eso piensen qué sucedería si alguien dijera que jamás hablará un idioma hasta que pueda hablarlo perfectamente. En ese caso, jamás será capaz de hablarlo, porque incluso quien habla un idioma extranjero comienza por decir cosas muy simples, las practica, las repite y comete errores. Al hacerlo así va creciendo y finalmente aprende el idioma. Hay que tener valor para comenzar tal como podamos y a través de la oración diaria, creceremos también en orar con el corazón. Esto es, pues, la condición para todo lo demás que sigue en el mensaje. María dice…
SOLO DE ESTE MODO COMPRENDERÁN QUE SU VIDA ES VACIA SIN ORACION
A menudo, cuando se lleva un vacío en el corazón, no se está consciente de ello y se buscan cosas con qué llenar dicho vacío. Muchas veces, esto da comienzo al camino de las personas. Si el corazón está vacío, ello es frecuentemente el punto de partida para que muchos busquen lo que es malo. Es en el vacío del alma que comienza el uso de las drogas o el alcohol. Es en el vacío del alma que la violencia es posible. Este es también el caso para todos los demás sentimientos, actitudes y hábitos negativos. Muchas veces, al oír el testimonio de personas que se han convertido, nos enteramos que fue el vacío de su alma lo que las llevó a pecar. Por eso, es importante que nos decidamos por la oración, a fin de llegar descubrir en la oración la plenitud de la vida, plenitud que se transforma en fortaleza para librarnos del pecado, de los malos hábitos y llevar una vida digna de un ser humano. María subraya…
USTEDES DESCUBRIRAN EL SENTIDO DE SU VIDA CUANDO DESCUBRAN A DIOS EN LA ORACION
Dios es la fuente de la vida, la fuente del amor, de la paz y del gozo. Dios es la luz y El es también nuestro camino. Si estamos cerca de Dios, nuestra vida tiene sentido y esto es absolutamente independiente de que nos sintamos bien o mal, de que estemos sanos o enfermos, de que seamos ricos o pobres, porque el sentido de la vida continúa y sobrepasa cualquier situación individual en nuestra existencia. Este sentido, por supuesto, podemos encontrarlo sólo en Dios y de ahí que Dios sea lo único que da sentido a nuestra vida. Aún cuando pequemos u otros pequen contra nosotros, sabemos que todo sucede para bien y que ahí donde abundó el pecado, la gracia también abundará. Cuando nos distanciamos de Dios, vivimos en la oscuridad; y viviendo en la oscuridad, todo pierde su color, todo se vuelve igual, incoloro, irreconocible y ya no es posible encontrar el camino. Por eso es tan importante permanecer cerca de Dios. Al final, María nos implora…
POR ESO, HIJITOS, ABRAN LA PUERTA DE SU CORAZON Y COMPRENDERÁN QUE LA ORACION ES EL GOZO, SIN EL CUAL NO PUEDEN VIVIR
Para nosotros, la pregunta siguiente es, naturalmente, cómo abrir nuestro corazón a Dios y qué es lo que nos impide hacerlo. Es bueno simplemente estar conscientes de que todo lo que nos sucede, lo bueno y también lo malo, puede cerrar y también abrir nuestro corazón a Dios. Cuando una persona le va bien, corre verdaderamente el riesgo de distanciarse de Dios así como de otras personas; esto es, cerrar su corazón a Dios y a los demás. Lo mismo puede sucederle a alguien que sufra, que se cierre y culpe a Dios o a los demás por su sufrimiento. Y una rebelión así contra Dios o los demás abre el camino para hacerlo presa del odio, el dolor o la depresión. Todo ello puede conducir al peligro de perder el sentido de la vida. Generalmente, cuando a la gente le va bien, fácilmente se olvida de Dios y cuando le va mal, de nuevo comienzan a buscarlo. ¿Cuánta gente comenzó a orar sólo cuando el sufrimiento tocó a la puerta de su corazón? Habría que preguntarse en realidad, por qué hay que esperar a que el sufrimiento traspase la puerta de nuestro corazón para abrirlo a Dios. Pero en este punto podemos decir y creer que todo se transforma para bien. Por eso, nunca es bueno decir que es voluntad de Dios que suframos. Porque si lo decimos a alguien, ¿qué pensará de Dios? ¿Qué imagen tendrá de Dios, si Dios quiere nuestro sufrimiento? En vez de ello, cuando sufrimos, cuando nos va mal, no debemos decir que es voluntad de Dios; sino que es voluntad de Dios que, a través de ese sufrimiento, podamos crecer para experimentar también Su paz, amor y confianza. Para entenderlo mejor, pensemos en un niño que sufre y dice a sus amigos, que es voluntad de sus padres que sufra. ¿Qué pensarán los demás niños acerca de sus padres? Obviamente nada positivo ni bueno. Y por eso es bueno que, en el silencio del corazón, pensemos en nuestro comportamiento y veamos qué ha cerrado nuestras vidas a Dios o qué nos ha ayudado a abrirnos a El. El gozo del que habla María es el gozo evangélico, el gozo que Jesús menciona en los Evangelios. Este gozo no excluye el dolor, los problemas, las dificultades ni las persecuciones, porque va más allá de todo eso, hasta llevarnos a alcanzar el camino de la revelación de la vida eterna con Dios, en el amor y el gozo eterno. Alguien dijo una vez, “La oración no cambia al mundo, pero la oración cambia a la persona y la persona puede cambiar al mundo.” Queridos amigos, los invito en nombre de María aquí en Medjugorje: Decídanse por la oración, decídanse a estar cerca de Dios y en El, a buscar el sentido de la vida. Nuestro encuentro con Dios cambiará nuestra vida y será capaz de mejorar, paso a paso, la relación en nuestras familias, en nuestra Iglesia y finalmente, en el mundo entero.
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Con este llamado los invito una vez más a que oremos…
Dios, Padre nuestro, Te damos gracias porque eres nuestro Padre, porque nos llamas a Ti y porque anhelas estar con nosotros. Gracias, porque en la oración, siempre es posible encontrarnos Contigo. Líbranos de todo lo que sofoca en nuestro corazón el anhelo de estar Contigo. Líbranos de nuestro orgullo y egoísmo, de nuestra superficialidad y despierta en nosotros el profundo anhelo de encontrarnos Contigo. Perdónanos, porque muchas veces nos distanciamos de Ti y luego Te culpamos por nuestro sufrimiento y soledad. Te damos gracias porque quieres que, en Tu nombre, oremos por nuestras familias, por la Iglesia y por el mundo entero. Por favor, danos la gracia de abrirnos al llamado de la oración. Bendice a todos los que oran y que, en la oración, puedan encontrarse Contigo y a través de Ti, encuentren el sentido de la vida. Concede también a todos los que oran el gozo que sólo puede venir de la oración. Te rogamos también por todos los que han cerrado sus corazones a Ti, que se han distanciado de Ti porque en estos momentos les va bien. Pero también Te pedimos por todos aquellos que, a causa de su sufrimiento, Te han cerrado sus corazones. Abre nuestros corazones con Tu amor, a fin de que por medio de Tu Hijo Jesucristo seamos testigos de Tu amor en este mundo. Amén.
Fra. Slavko, Medjugorje,
Medjugorje, Julio 28 de 1997