Testimonio familia Capman

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Fue en diciembre de 1994, paseando por la ciudad de Atlanta, Georgia, EEUU, decidí entrar en una librería y me llamó la atención una hermosa fotografía de Nuestra Señora, Reina de la Paz. Era una fotografía del rostro de la estatua de Tihaljina, la cual jugaría finalmente un papel importante en mi futuro y en el de mi familia. Desde ese entonces me “enamoré” de Nuestra Señora.

Más tarde me enteré que la hermosa fotografía que me dio la bienvenida, estaba relacionada con las apariciones de La Virgen en Medjugorje. En la sección dedicada a Medjugorje, encontré los libros de Wayne Weible. Empecé a leer su primer libro titulado El mensaje. Ese libro hizo un impacto tan grande en mi vida, que después, con el permiso de Wayne, mandamos a traducirlo en el idioma Holandés y Papiamento. El mensaje de Nuestra Señora me conmovió muchísimo. En esa etapa de mi vida, solo iba a misa en ocasiones especiales. No practicaba mi fe regularmente pero poco a poco iba poniendo en práctica lo que nuestra Madre me estaba enseñando con sus mensajes. Las cinco piedritas: La oración, la confesión, la lectura de la Biblia, La Santa Misa y el ayuno. Luego me compré un CD de cómo rezar el rosario y más tarde fui a confesarme por primera vez, después de 20 años.

Después de esa experiencia entendí que debía ayudar a Nuestra Señora a difundir sus mensajes. Mis viajes a la librería se multiplicaron, necesitaba reunir tanto material como fuera antes de volver a casa en mi isla natal Curazao. Regresé totalmente incendiada por Nuestra Señora, a la gente les contaba lo que estaba sucediendo allá en ese pueblito de Bosnia – Herzegovina. También comencé por mandar a traducir los mensajes en nuestro idioma Papiamento, se imprimieron folletos de  cómo  rezar el Rosario y además se empezaron a transmitir  los programas de televisión de Sor  Emmanuel en  un canal regional de la isla. Y así poco a poco se fueron desarrollando muchos proyectos.

En noviembre de 1996, me inscribí para participar en la peregrinación a Medjugorje con Wayne Weible. Fue una experiencia maravillosa. El grupo era bastante grande: unas 200 personas aproximadamente iban a ese viaje, para la mayoría era su primer viaje a Medjugorje pero, la parte más difícil del viaje llegó cuando tuvimos que decir adiós. No queríamos irnos  de Medjugorje y tampoco queríamos separarnos unos de otros. Recuerdo muy claramente que fue en ese momento cuando nació en mi corazón el deseo de traer gente de Curazao a Medjugorje.

De regreso en Curazao me di cuenta que yo había cambiado aún más. Ya no me satisfacía mi trabajo. Así que decidí renunciar a mi trabajo y dedicarme de tiempo completo a ser instrumento de Nuestra Señora. Debo mencionar que trabajaba en el negocio de mi papá.

El deseo que había nacido en mi primera peregrinación, de llevar gente de Curazao a Medjugorje, se hizo realidad en julio de 1998, cuando un grupo de 42 personas, la mayoría de ellas jóvenes, viajaron conmigo a Medjugorje para participar en el Congreso de la Juventud. Fue el primer viaje de peregrinación, de los tantísimos viajes que siguieron después. Me emociona contar que hace dos años, se ordenó sacerdote uno de los jóvenes, Curtis Meris, que fue a Medjugorje en ese primer grupo.

Lo que más me llega al corazón, es lo que ocurrió con mi padre. Después de ver cómo Medjugorje había cambiado mi vida completamente, él decidió combinar un viaje de negocios a Fráncfort con una visita a Medjugorje. Fue totalmente solo, cuando regresó, llegó completamente diferente; fue tanto su cambio quería llevar toda la isla de Curazao a Medjugorje. Al darse cuenta que esto era imposible, tuvo el deseo y la inspiración de traer Medjugorje a Curazao. El resultado fue un complejo: que en el centro tiene una enorme cruz, una capilla, un jardín del rosario, una casa para retiros que hoy en día funciona como casa para ancianos y enfermos terminales que dentro tiene una pequeña capilla dedicada a Jesús de la Divina Misericordia. El proyecto, llamado SERU DI ORASHON, es un lugar de oración y es también nuestra respuesta al llamado urgente de Nuestra Madre en Medjugorje.

Piet, mi padre, dijo que él creía que simplemente fabricarían una colina alta y luego colocarían la cruz en la cima. Pero el arquitecto le explicó que ninguna colina artificial podría resistir una edificación tan pesada. Por lo que le propuso construir un cimiento enorme de concreto debajo de la cruz. Meses después, cuando la colina y el pie de la Cruz estaban listos, trajeron 400 camiones de concreto, 200 para la colina y 200 para el basamento de la cruz. El edificio entero se terminó en el año 2000. La colina tiene 7 metros de altura y la Cruz mide 12 metros de alto, en total, 19 metros [más de 62 pies de altura].

No puedo terminar este testimonio sin mencionar a mi mamá Carmen que ha sido una mujer de oración. Ella pasa horas de día y de noche en oración; considero que sin sus oraciones no hubiéramos podido construir Seru di Orashon.

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