También este año estamos cerca de la Pascua, de la resurrección del Señor, que está vivo, ¡vivo, vivo!
En estos días, especialmente el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado Santo, la noche de Pascua, revivimos lo que Jesús nos dejó en las últimas horas, en los últimos días de su vida. Todas estas son cosas fundamentales, esenciales y profundas para un cristiano.
¿Qué nos ha dejado Jesús en estos días? Primera hora: Jueves Santo. Nos dejó el sentido de la vocación que tenemos: servicio, servicio, servicio. En el Evangelio de Juan: Jesús toma un recipiente, lo llena de agua y lava los pies de los discípulos. Lo que solo hacían los esclavos, gente que no valía nada. Luego dice a sus discípulos y a todos nosotros: si yo, el Señor, el Maestro, les lavo los pies, así también deben hacerlo ustedes. La vocación debe convertirse en un servicio a los demás. La misión debe convertirse en un servicio a los demás. Este punto es fundamental en el Evangelio. La misión de Jesús fue un servicio a todos nosotros, se hizo esclavo de todos nosotros para salvarnos y transmitirnos a todos el bien de Dios Padre. Lo primero que el Señor nos enseña profundamente: nuestra misión que debe crecer, crecer, crecer para servir mejor a nuestros hermanos y hermanas y al mundo entero. Segunda cosa: la cena. Entonces Jesús, dicen los apóstoles que son los únicos testigos de este hecho, Jesús toma un pan y dice algo extraño sobre el pan: este es mi Cuerpo ofrecido por ustedes. Hagan esto en memoria mía. Después de la cena, una copa de vino, lo mismo. Cosa extraña, palabras extrañas: Este es el cáliz de mi sangre por la alianza nueva y eterna, ofrecida, derramada por ustedes y por todos, por la multitud, para el perdón de los pecados. Por otra parte: hagan esto en memoria mía. Él nos dejó el memorial de su muerte y resurrección. Jesús murió de una vez por todas. Jesús ha resucitado de una vez por todas. Memorial significa: Jesús hoy actualiza de nuevo, actualiza el significado profundo de su muerte y resurrección. Memorial, que Jesús repite dos veces en las palabras de la consagración, de la transformación del pan y del vino: memorial significa actualización de su muerte y resurrección. Con esta actualización, Jesús permanece siempre con nosotros en todas las partes del mundo, siempre con nosotros en todas las partes del mundo. Y siempre celebramos el memorial de Su muerte y resurrección.
¿Qué nos ha dejado en estos días? Muerte en la cruz, el Viernes Santo. Esa muerte que tiene un significado profundo. Él, el Señor Jesús, tomó sobre sí los pecados del mundo. Él tomó sobre sí todos los pecados. Los que yo he hecho, los que tú has hecho, los que yo hago, los que tú haces, los que yo haré. Todo el mundo está ahí. El Señor no es como nosotros, es grande, es inmensamente grande. Esas palabras del Antiguo Testamento: aunque tus pecados sean muy grandes, más rojos que la púrpura, yo soy más grande que tus pecados. Aquí está Jesús: los tomó sobre sí mismo y, al morir, los hizo morir a todos. Aquí está Pablo que escribe: Al que estaba sin pecado, Dios lo hizo pecado por nosotros. Y en la cruz, Jesús, al morir, destruyó, eliminó todos nuestros pecados, de una vez por todas, de una vez por todas, como se repite varias veces en la Carta a los Hebreos. En la cruz, Jesús nos salvó. Él es mi Redentor, él es tu Redentor, él es mi Salvador, él es tu Salvador.
¿Qué ha hecho en estos días? ¡Ha resucitado, está vivo! Y Pedro, cuando predique, dirá: Lo he visto, he hablado con él, he comido con él. ¡Vivo, vivo, vivo! Y Jesús vivo siempre nos acompaña. Él ha reabierto el camino de la vida, la resurrección, la inmortalidad para nosotros. Perdido por la humanidad en Adán. Él nos ha vuelto a abrir esta increíble puerta de acceso a Dios, que es Su Padre y nuestro Padre. Nos hace vivir, vivir, vivir para siempre. Esta es la Pascua del Señor. Celebrando el memorial de su muerte y resurrección, celebrando el memorial de su vida nueva que nos la da a todos nosotros, celebrando el memorial de su pasión en la cruz, donde perdonó todos los pecados.
Acerquémonos con entusiasmo, con confianza, acerquémonos con una esperanza que es la certeza de que, en el Señor, nosotros en esta Pascua podemos redescubrir el camino de la santidad y podemos entrar en un camino que crece, crece, crece en responsabilidad, santidad y gracia.
¡Feliz Pascua a todos!