“Visité Medjugorje por primera vez en 2011 y desde entonces he estado aquí veinte veces. Desde 2013 vengo con peregrinos. Esta vez es lo mismo, porque vine acompañando un grupo de unos 30 peregrinos de mi diócesis de Castellón. Para mí Medjugorje es lo que Betania fue para el Señor, es un oasis de paz, un anticipo del Cielo. Aquí, por intercesión de la Virgen, en 2013, recibí el don de recorrer el camino más fácil y corto, pero que pocas personas recorren hasta que llegan a Medjugorje, que es el camino de la cabeza al corazón”, dijo el P. Francisco José Cortés, añadiendo que vino a Medjugorje con una fe intelectual y racional, y gracias a la Virgen, esa fe se convirtió en una fe del corazón.
“Personalmente siempre he tenido una relación especial con la Virgen, incluso desde el seminario, y siempre digo que no fui llamado por el Señor, sino por la Virgen. Lo que más me gusta como sacerdote aquí en Medjugorje es la confesión, y como penitente también la confesión. Sin embargo, donde más siento la presencia de la Gospa es en la Cruz Azul. Solía ir allí para las apariciones de Mirjana y me quedaba despierto toda la noche esperando que viniera la Virgen. Aparte de las apariciones, por supuesto, amo mucho la Eucaristía y la adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento del altar, y lo mismo dicen muchos peregrinos con los que estuve en Medjugorje. La Virgen dijo que en Medjugorje terminaría lo que empezó en Fátima. Aquí por fin triunfará su Inmaculado Corazón y el mal será finalmente derrotado. En mi opinión, cuando se logre esta victoria, Medjugorje se convertirá en un centro de peregrinación, tanto a nivel de la Iglesia, como a nivel mundial”, dijo el P. Cortés, y al final agregó:
“Invito a todos aquellos que aún no han conocido Medjugorje a venir aquí. No se puede explicar con palabras. Aquí se puede sentir esa paz profunda, la paz que es Cristo mismo, la paz que sólo la Virgen puede darnos cuando oramos y abrimos nuestro corazón, cuando nos entregamos a su amor. Por eso, animo a todos a venir y conocer Medjugorje, a conocer a la Gospa, nuestra Madre celestial, que nos invita a todos a venir a este oasis de paz, a este anticipo del Cielo”.