«Queridos hijos, también hoy estoy con ustedes para guiarlos hacia la salvación. Su alma está inquieta porque el espíritu está débil y cansado de todas las cosas terrenas. Ustedes, hijitos, pídanle al Espíritu Santo para que él los transfigure y llene con su fuerza de fe y esperanza, a fin de que estén firmes en esta lucha contra el mal. Yo estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante mi Hijo Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»
Mensaje del 25 de abril de 2015
“También hoy estoy con ustedes para guiarlos hacia la salvación…”
¡Qué gozo contar con esta promesa de la Madre de Dios! ¡Qué alegría debería despertar en nuestros corazones, al saber que la Reina de la Paz permanece junto a cada uno de nosotros, en cada momento del día!
En ocasiones corremos el riesgo de acostumbrarnos a los regalos de Dios y a los mimos de la Virgen. Si es tú caso, es momento de sacudir el acostumbramiento y toda forma de ingratitud que nos hayan robado la capacidad de asombrarnos de tantas maravillas de parte del Señor y de su Madre.
“Su alma está inquieta porque el espíritu está débil y cansado de todas las cosas terrenas…”
La Reina de la Paz mira nuestros corazones, y ella ve que en algunos de sus hijos hay inquietud y falta la paz, debido a la saturación de cosas materiales, de dependencias artificiales que la sociedad de consumo nos ha ido generando.
Ella nos invita a mirar que cosas son realmente esenciales para nuestra vida, y cuales son secundarias. De este modo también se abrirán nuestros ojos para descubrir las necesidades artificiales de nuestras vidas y para ver las necesidades reales de tantos hermanos que sufren la pobreza y para ser generosos en el sostenimiento de las obras de la Iglesia.
Nuestro espíritu débil se irá fortaleciendo y los ojos de nuestra alma se irán abriendo, a media que nuestro espíritu se vaya fortaleciendo por medio de la oración y los sacramentos vividos desde el corazón y por medio de la práctica concreta y perseverante de la solidaridad.
“Ustedes, hijitos, pídanle al Espíritu Santo para que él los transfigure y llene con su fuerza de fe y esperanza, a fin de que estén firmes en esta lucha contra el mal.”
La Virgen María en sus mensajes, nos anima frecuentemente a pedir el Espíritu Santo. Y ella nos da sus mensajes para que los llevemos a la práctica, siendo que cada uno de ellos están en plena concordancia con las Palabras de su Hijo Jesús; y tanto las Palabras del Señor, como los Mensajes de María, son indicaciones que nos señalan como debemos vivir, a fin de tener una vida plena y abundante.
La Reina de la Paz está cerca de esta humanidad doliente y rebelde, a fin de consolarnos y ayudarnos a encontrar el rumbo. Y ella nos recuerda que necesitamos de la fuerza del Espíritu Santo para oponernos al mal en todas sus formas.
Gracias a Medjugorje, son miles y miles los católicos que han regresado al seno de la Iglesia Católica, son multitud los que han crecido en fervor y han cambiado sus vidas, así como también hay personas de otras religiones que a partir de una visita providencial hecha a Medjugorje, han abrazado la fe católica y han encontrado la respuesta a muchas de sus inquietudes interiores.
Satanás odia Medjugorje, simplemente porque odia a Dios, a María y a la Iglesia; y él sabe que Medjugorje se ha transformado en una escuela de oración, escuela de vida, escuela de María.
Cuando los peregrinos regresan a sus ciudades, esta escuela de María se va extendiendo por medio de ellos a casi todo el mundo, especialmente para aquellas personas que no pueden llegar físicamente hasta Medjugorje.
Por lo cual, si en tu ciudad no hay un grupo de oración, tu puedes informarte como formar uno y decidirte a comenzar uno. De ese modo, al unir a la oración personal la oración en comunidad, ustedes serán testigos de los milagros del Señor en la vida cotidiana.
Pero también ten presente que un elemento fundamental para que Dios pueda realizar estos milagros ha de ser la perseverancia. Los inconstantes no logran arrancarle nada a Dios, mientras que quienes gracias a la fe y a la oración perseveran en el camino de constante conversión y no dejan de congregarse en comunidad, ellos son los que logran robarle al Señor los más bellos milagros[1].
“Yo estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante mi Hijo Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
El mensaje cierra con la misma afirmación con la que comenzó, recordándonos que Ella está junto a cada uno de nosotros, intercediendo por nuestras autenticas necesidades, llamándonos incesantemente a la santidad, y agradeciéndonos cada día por nuestra respuesta a las inspiraciones que proceden del Espíritu de Dios.
Oración
Virgen María, Reina de la Paz, tu sabes la necesidad que tengo de tu ayuda para ser perseverante y fiel a tus mensajes, a las enseñanzas de Jesús y de mi madre la Iglesia, por eso libera mi mente y mi corazón de toda actitud de rebeldía, que me impide aceptar con docilidad, con fe y con convicción, todo lo que me enseñas y las inspiraciones que vienen del Santo Espíritu de Dios.
Intercede por mí, a fin de que pueda superar las cadenas de la inconstancia y perseverar en el camino de crecimiento espiritual.
Que con tus enseñanzas y tu ayuda, pueda superar los estrechos límites de mi egoísmo y de mi reducido mundo superficial, a fin de que rompiendo las fronteras egoístas que me encierran, trabaje en el bienestar de todos, a fin de que de ese modo lleve el anuncio de la Buena Noticia de Jesús a quienes aun no le conocen o que no han tenido una experiencia viva de su amor sanador y transformador. Amén.