ORACION CON EL MENSAJE DE LA REINA DE LA PAZ
25 DE FEBRERO 2015
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. INVOCAMOS AL ESPIRITU SANTO
(Hacemos una oración con nuestras propias palabras, al Espíritu Santo)
2. LEEMOS EL MENSAJE CON EL CORAZON DE MANERA PAUSADA
“¡Queridos hijos! En este tiempo de gracia, los invito a todos: oren más y hablen menos. En la oración busquen la voluntad de Dios y vívanla según los Mandamientos a los que Dios los invita. Yo estoy con ustedes y oro con ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado”
3. ORAMOS A MARIA CON LAS PALABRAS DEL MENSAJE
“¡QUERIDOS HIJOS!”
Me coloco de nuevo bajo tu mirada de amor oh Madre, Reina de la Paz y dejo que estas palabras las pronuncies de nuevo sobre mí. Me siento tan indigno Madre, que a veces necesito comprender mejor cuán grande es este amor que me das aun sin merecerlo. Estoy frente a Ti como un niño que mira y observa a su madre, sobre todo cuando no ha hecho lo que su mamá le ha pedido. Yo soy ese hijo que muchas veces ha equivocado el camino y que Tu como buena Madre, me llamas repitiendo constantemente: ¡querido hijo! Gracias por este amor permanente, Madre bendita; gracias por este amor incansable; gracias por este amor fiel; gracias por este amor que no se acaba; gracias por este amor que perdona; gracias por este amor que me das cada día. Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.
“EN ESTE TIEMPO DE GRACIA, LOS INVITO A TODOS”
Madre bondadosa gracias por acompañar mi camino en estos días de gracia que Dios nos concede. Gracias por que no excluyes a nadie de la oportunidad de volver a Dios. Vienes a llamar a todos a atender el llamado del amor que Dios nos hace en estos días particulares de entrega y penitencia. Ayúdame Madre, a mantener el ritmo de vida que conduce a la salvación en este tiempo, por medio de las prácticas penitenciales y de renuncia a las que somos llamados. Madre, gracias por enseñarme que este tiempo es de gracia, es decir, es tiempo de oportunidad para volver a Dios, pero también es tiempo de renovación interior por medio de la vida sacramental. Oh Madre de la Paz, haz que pueda alcanzar, especialmente en estos días, la paz que reconcilia; la paz que sana; la paz que renueva la vida de Dios en nosotros. Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.
“OREN MáS Y HABLEN MENOS”
Bendita seas oh Madre del Silencio y de la Escucha. Bendita seas porque vienes a enseñarme que la vida de oración trasciende las palabras. En este tiempo hablamos demasiado y escuchamos poco y ahora me llamas a escuchar más y hablar menos; me das a entender que la verdadera oración consiste en escuchar a Dios, más que hablarle tanto. Me enseñas que la oración no se puede quedar en meras palabras, sino que ha de convertirse en un verdadero encuentro de amor, donde el corazón tiene el primer lugar. Me enseñas, Madre, que el verdadero amor se expresa y se vive, más allá de lo que se pueda decir. Eres Madre del silencio, y me enseñas que solo en el silencio del amor, puede escuchar mi corazón la voz de Dios que dirige mi vida cada día, conforme a su voluntad. Me enseñas, Madre bendita, que solo en el silencio de la oración es posible responder contigo a la Voluntad de Dios: ¨He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra¨ Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.
“EN LA ORACIóN BUSQUEN LA VOLUNTAD DE DIOS”
Bendita seas María, Madre de Misericordia, porque te haces testimonio vivo de oración, a fin de ayudarme a buscar a Dios por medio de un camino permanente de intimidad con El. Me enseñas que nadie puede corresponder a quien no ama, que nadie puede seguir a quien no conoce. Me enseñas que solo en la oración es posible conocer a Dios y saber lo que él quiere y desea. Con tu sí generoso, me ayudas a decir si a Dios, con total confianza y me llamas por medio de la oración a crecer en el conocimiento de su amor y de su voluntad. Madre, gracias por acompañarme en este aprendizaje de amor, que es la vida de oración. Gracias por no dejar de persuadirme a dar una respuesta libre y decida a la voluntad de Dios. Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.
“Y VíVANLA SEGúN LOS MANDAMIENTOS A LOS QUE DIOS LOS INVITA”
Gracias Mamá, porque ahora descubro con mucha alegría el sentido vivo de los mandamientos. Me dices: ¨Vive la voluntad de Dios según los mandamientos a los que él te invita¨. Me ayudas a entender que Dios nunca me impondrá nada; que aun cuando él podría cambiar los deseos de mi voluntad, siempre me dejara en total libertad para responder a su amor. Jesús, nos me enseñado que toda la ley consiste en amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a mi mismo. Hoy con tus palabras, Madre bendita, me ayudas a acoger los mandamientos de Dios como una invitación a amar con la inmensidad de su mismo amor; me ayudas a descubrir que su voluntad se cumple en mí, cuando mi corazón está abierto a amarle a El sobre todas las cosas y a mi prójimo como a mí mismo. Ayúdame Madre a vivir la gracia del amor para cumplir la voluntad del Padre, tal como lo hizo tu Hijo Jesús; tal como lo has hecho tú misma. Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.
“YO ESTOY CON USTEDES Y ORO CON USTEDES”
Madre Santísima, eres Madre de la libertad y en esa libertad me educas; me reiteras tu presencia y tu ayuda constante, a fin de que libremente me pueda dejar conducir por Ti, hacia Dios. Madre, hoy decido entregarme como tú al amor de Dios, en el silencio de una oración viva. Quiero Madre, descubrir con el corazón, más que con las palabras, la voluntad de Dios en mi vida y corresponderle con todas mis fuerzas. Te agradezco que estés conmigo y que no solo ores por mí, sino también conmigo, porque eso significa que te haces maestra y guía de mis esfuerzos en la oración. Ora conmigo para enseñarme a descubrir la voluntad de Dios y a responderle con total disposición y confianza. No dejes Madre de acompañarme en el caminar de cada día, para que el desánimo que aparece constantemente frente a mí, no me haga apartarme del camino que conduce a la verdadera vida. Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.
“GRACIAS POR HABER RESPONDIDO A MI LLAMADO”
Oh María Madre nuestra, tu jamás pierdes en mí la esperanza. Como buena Madre, esperas de mí una respuesta favorable a tus palabras; aun antes de que lo haga me ofreces tu agradecimiento, no porque te haga yo un favor al responder a tu llamada, sino porque al hacerlo soy yo el primer favorecido; al hacerlo puedes conducirme hacia Dios, a hacia quien, Tu como buena Madre, quieres que vayamos todos. Gracias por tu invitación. Gracias por estar conmigo. Gracias por orar conmigo. No dejes Madre de venir a mí y buscarme siempre para llevarme por el camino de la santidad y del amor. Padre Nuestro. Ave María. Gloria. Oremos en silencio.
4. DIRIGIMOS NUESTRA PLEGARIA A MARIA REINA DE LA PAZ
Madre, que nos amas incansablemente. Ruega por nosotros
Madre, que nos invitas a todos hacia Dios. Ruega por nosotros
Madre, que nos llamas al silencio del amor. Ruega por nosotros
Madre, que en la oración nos enseñas la voluntad de Dios. Ruega por nosotros
Madre, que nos descubres el sentido de la ley de Dios. Ruega por nosotros
Madre, que permaneces y oras siempre con nosotros. Ruega por nosotros
Madre, que nos educas en la libertad de responder a Dios. Ruega por nosotros
5. PEDIMOS LA BENDICION A NUESTRA MADRE
Dulce Madre no te alejes, tu vista de nosotros no apartes….
MARIA REINA DE LA PAZ. RUEGA POR NOSOTROS Y DANOS LA PAZ
P. RAFAEL ZACARIAS GARCIA