Jean Azar es del Líbano y vino a Medjugorje en 2002 por primera vez. Fue un periodo muy difícil de su vida, con varios intentos de suicidio pero recibió la gracia de la sanación en Medjugorje. “Dios tocó mi corazón a través de Nuestra Señora y desde entonces he caminado con Ella. Muchas cosas cambiaron en mi vida, me volví mejor persona desde que empecé a vivir los mensajes de Nuestra Señora y a meditarlos todos los días. Fui capaz de ver pasar toda mi vida con mis propios ojos, desde la infancia hasta la madurez y sentí que la gracia de Dios estaba conmigo todo el tiempo. Tenía solo un año cuando perdí a mi padre y tres y medio cuando vi a mi maestra muerta por una bomba que explotó en el jardín de mi colegio. Estos dos eventos me influyeron toda la vida, pero ahora soy capaz de ver que lo maravillosa que es la gracia del Señor y que está por encima de todo. Tan solo le doy gracias a mi querido Señor por darme la gracia de venir aquí todos los años. Nunca podré agradecerle lo suficiente a Nuestra Señora el que me lleve a su Hijo cada día”, comentó Jean y añadió que su hermana fue la que le recomendó que fuera después de que ella hubiera leído mucho sobre Medjugorje. “Vió que estaba en una época complicada y me dijo cómo debía intentar venir aquí. Le dije que si Nuestra Señora está en todos sitios, por qué tenía que ir a Medjugorje a curarme. Pero después de leer ese libro, realmente me sentí conmovido. Decidí venir aquí, pero antes le escribí una carta a Nuestra Señora en la que le hacía numerosas preguntas. En mi primera peregrinación, todas mis preguntas tuvieron su respuesta”, afirmó Jean.

Compartir: