Padre Livio: Queridos amigos, ahora tenemos en directo a Marija de Medjugorje que nos comunicará el mensaje de la Virgen de la Paz de hoy 25 de julio de 2022.
Livio: ¡Hola Marija!
Marija: ¡Hola padre Livio! Un saludo a todos los oyentes de Radio María. Hoy, la Virgen, como cada 25 de mes, nos ha dado el siguiente mensaje:
“Queridos hijos, estoy con vosotros para guiaros por el camino de la conversión porque, hijos míos, con vuestras vidas podéis acercar muchas almas a mi Hijo. Sed testigos gozosos de la Palabra y del amor de Dios, con la esperanza en el corazón que vence todo mal. Perdonad a los que os hacen mal y caminad por la senda de la santidad. Os conduzco a mi Hijo para que Él sea para vosotros Camino, Verdad y Vida. Gracias por haber respondido a mi llamada.”
Padre Livio: Marija, te quiero preguntar: ¿Hoy la Virgen estaba seria o sonriente?
Marija: Debo decir que por un momento se le ha escapado una sonrisa y es muy bonito ver sonreír a la Virgen, además, creo que el mensaje es maravilloso y muy alentador. Este mensaje me ha dado una profunda alegría y creo que es uno de los mensajes más bonitos que nos ha dado. Nos dice que está con nosotros para guiarnos por el camino de la conversión. Ella nos acompaña desde hace más de cuarenta años. La Virgen no se ha cansado de nosotros, nos ama y nos dice que Dios le ha permitido estar entre nosotros. Esta es una cosa por la cual yo agradezco cada día al buen Dios, también por el don de ser instrumento para transmitir sus mensajes y al mismo tiempo viviendo esa conversión a la que la Virgen nos está llamando, lo que Ella llama “escuela de la conversión, camino de santidad, escuela de oración”. Estando cerca de la Virgen se siente el Paraíso. Esto es lo que muchas personas sienten cuando están aquí en Medjugorje y se sienten atraídas por el Paraíso. Una buena amiga me ha dicho que un amigo suyo sacerdote le preguntaba lo que hacía en Medjugorje y ella le respondió que rezaba mucho. Y es que es rezando mucho que se siente el Paraíso, se siente la alegría de ser hijo de Dios, de ser bautizado, de ser invitado al camino de la conversión. Cada día doy gracias a Dios por ser bautizada, por ser cristiana y también por guiarme en este camino. La Virgen lo dice en el mensaje de hoy: “Yo os guío a mi hijo para que Él sea para vosotros camino, verdad y vida”. Yo creo que no solo es camino, verdad y vida, sino también perdón. La Virgen nos lo dice con tanto amor en este mensaje tan rico, tan esencial. Yo creo que en este mensaje hay un poco de todo y me da mucha alegría. También mirando el mundo, en este momento crítico, viendo las guerras, no solamente las guerras activas, sino también las que se están preparando en diferentes lugares del mundo, la Virgen dice: “Perdonad a aquellos que os hacen daño y caminad en el camino de la santidad”. Es decir, yo me acuerdo que en tiempos del comunismo muchas veces nos sentíamos devastados por las amenazas diciendo que íbamos a ir a la cárcel o a un manicomio. Era un tiempo oscuro como lo es también ahora, pero la Virgen nos trae la esperanza. Ella nos trae a su Hijo Jesús y nos dice que Él es camino, verdad y vida, una vida nueva. Esto para mí es un desafío, un desafío como Marija, como madre, como esposa, como misionera (dentro de mis posibilidades). La Virgen nos dice a cada uno de nosotros de ir por el camino de la conversión, para así, con nuestras vidas, poder acercar a tantas almas a su Hijo. Cuando vemos la desesperación, la enfermedad, que no hay esperanza, la Virgen nos dice que con nuestras vidas podemos acercar a Dios a muchas personas. Yo lo he experimentado muchas veces. Yo, como Marija, no puedo dar nada, pero como cristiana puedo dar paz, oración, sonrisas, amor… Es un mundo que se abre al expresar nuestra vocación cristiana.
Livio: Marija, me he dado cuenta de que en los últimos mensajes, al menos desde el mes de enero, la Virgen nos hablaba de Satanás y de la guerra. En cambio, el de hoy está lleno de luz. Pero quería subrayar que últimamente nos dice que Dios le permite estar aquí para guiarnos. Es decir, que quiere poner en claro que Ella es una guía para nosotros que vamos de acá para allá sin rumbo, viviendo en un mundo sin un destino, sin objetivos, sin eternidad. La Virgen subraya que es nuestra guía, obviamente una guía materna que nos instruye con los pastores de la Iglesia, pero sobre todo Ella, en estos momentos de perdición, guía a millones de almas con sus mensajes.
Marija: Sí, nosotros lo vemos a través de tantas personas que han estado en Medjugorje y que cuando viven un momento difícil vuelven porque aquí en este pedazo de tierra encuentran amor, comprensión. Hace poco se ha hecho un retiro para sacerdotes y un día vi a un par de ellos, ya ancianos, que hablaban entre ellos en latín ya que uno era de una parte del mundo y el otro de la otra. Estaban muy felices de poderse comunicar en esa lengua hermana para todos los sacerdotes. Hoy en día los jóvenes usan el inglés para poderse comunicar entre si.
Livio: Marija, debemos entender la importancia que tiene nuestra conversión para poder convertir a los demás ya que nuestra conversión no pasa nunca desapercibida. Si perseveramos, podemos arrastrar a muchas almas y esta es una cosa que podemos hacer todos. Es decir, uno se convierte en apóstol convirtiéndose a si mismo.
Marija: Es verdad. Yo me acuerdo de que cuando estuve en Rusia donde me mandó Juan Pablo II para la Consagración al Corazón Inmaculado de María, que la familia católica con la que estuve, los hijos que tenían, después de cenar salían de casa con las guitarras para ir a cantar canciones de iglesia por las calles. Allí se juntaban con otros de la parroquia y así llamaban la atención a otros que pasaban y que a menudo se juntaban con ellos. Esto sucedía antes de la caída del comunismo. Imagina pues si ahora en nuestras parroquias hiciéramos lo mismo cantando, predicando, leyendo, dando testimonio. Me acuerdo de un vídeo que se veía años atrás en el que un fraile iba al mercado, montaba encima una de otra las cajas vacías de la fruta, se ponía encima y empezaba a leer capítulos de la Sagrada Escritura. Esto sucede sobre todo en Nueva York donde hay frailes conventuales, convertidos, vestidos de gris que van a predicar y que a menudo van con el Santísimo a bendecir por las calles. También en Italia hay jóvenes que muchas veces van de misión a las playas invitando a la gente a ir a las iglesias donde los sacerdotes están disponibles para confesar o bien para responder a las preguntas ya que muchos de ellos se encuentran perdidos por lo que refiere a la fe y tienen muchas preguntas que hacer. Esto es un modo nuevo de evangelización y creo que todos podemos hacerlo con nuestra familia, en nuestra parroquia siendo cariñosos y acogedores con los que vienen.
Livio: Quiero hacerte una pregunta Marija. Yo veo que la Virgen está suscitando a los jóvenes, apóstoles de su Amor, es decir, cristianos convencidos, que se convierten y van por el camino de la santidad y se convierten en instrumentos para la conversión de tantas almas. Es verdad que después de cuarenta años la Virgen ha llegado a formar un número importante de conversiones, de testimonios presentes en todo el mundo pero, al mismo tiempo, vemos que el mundo rechaza la fe de la cruz y se vuelve siempre más pagano. Vemos que un grupo de cristianos se vuelven más cristianos, pero el mundo se aleja siempre más, parece pues que sean pocos los que se convierten por el momento.
Marija: Yo creo que hay un bosque que crece, como dice el proverbio: “Se oye más un árbol que cae, que un bosque que crece” y yo creo profundamente que hay un bosque que crece. Las personas que se enamoran de Dios a través de una visita a Medjugorje, cuando vuelven a sus casas no son los mismos, van cambiando poco a poco, se vuelven mucho más estables en la fe y dan testimonio con su vida. Sabes, quien se enamora de la Virgen, se enamora a la fuerza también de Jesús, porque la Virgen nos lleva a su Hijo. Ella es la más enamorada, la más eucarística, la más adoradora. Ella tantas veces nos ha dicho: “Donde se adora a Jesús, allí también estoy yo.” Es decir, Ella es el Sagrario porque lo llevó en su vientre. Ella es la que adora, la que ama, y yo creo que nosotros debemos llegar a ser como Ella. Tantas veces cuando Ella habla de su Hijo Jesús, se ve esa expresión de enamorada perdida, con un amor que se expresa en cada cosa que dice, con esa gratitud hacia Dios por haberle permitido estar entre nosotros. Es un amor que viene del Paraíso y no se puede describir. La Virgen cuando llega, viene del Paraíso y Ella nos guía diciéndonos que la vida es corta y que nos espera el Paraíso y quiere que nos acostumbremos a él. Ella nos dice que empecemos a vivir el Paraíso aquí en la Tierra, pero nosotros hacemos lo contrario. El amor es tan bello, es tan bonito amar al prójimo, puede ser tu vecino, tu compañero de trabajo o tu hermana que cada cual tiene su vida, pero que sepa que estás ahí, que estás disponible para cualquier cosa que necesite. A veces veo ancianos en sus casas y parece que no necesiten nada y sin embargo les falta esa seguridad. En cambio, hay matrimonios ancianos que viven en sus casas como en un convento, orando y preparándose para el Paraíso, porque cuando se es anciano se es más consciente de que esta vida terrena se nos escapa, se da menos importancia a las cosas materiales y uno se aferra a las espirituales. Esta es una cosa muy bella que Dios ha puesto en nuestro corazón, se trata de otra sensibilidad.
Livio: Marija, ¿te puedo hacer una pregunta un tanto especial?
Marija: Sí, claro.
Livio: Tú esta tarde has visto a la Virgen, has visto los ojos de la Virgen. ¿Los puedes describir? ¿Qué sentimientos provocan en ti?
Marija: Padre Livio, después de la aparición tenemos siempre un gran deseo del Paraíso. Cuando termina te sientes como un pez fuera del agua. La Virgen te transmite ese deseo del Paraíso, sus ojos, su rostro, su belleza…
Livio: ¿Sabes por qué te pregunto esto? Es que hoy estaba trabajando en una entrevista que le hice a Jakov aquí en Radio María cuando era un jovencito y me he quedado muy sorprendido de la descripción que me hizo de los ojos de la Virgen y es por esto que pensé en preguntarte para ver que me decías tú de los ojos de la Virgen. !No me digas que son indescriptibles¡ dime algo por favor.
Marija: Son dulces, son bellos, son profundos. ¿Te acuerdas que una vez a Jakov, en una entrevista que le hicieron cuando tenía creo once años, le preguntaron que cómo se sentía cuando la Virgen lo miraba y él dijo que la Virgen tenía una mirada tan profunda que le parecía que se quedaba desnudo delante de ella? Desnudo en el corazón porque parece que Ella lee nuestro corazón. Sobre todo, ves que los ojos de la Virgen nos aman y esto es imposible de describir. La Virgen tiene expresión de felicidad, de alegría, de Paraíso, de dulzura, de ternura,… Cuando la Virgen te mira, no te puedes quedar indiferente. Se puede pensar que viéndola cada día, uno puede acostumbrarse a Ella y dejar de sentir tan intensamente, pues no, cada día cuando la veo quisiera llorar de alegría porque esos ojos me dan tanta ternura y mi corazón se aparta de todo y siento solo el deseo de ir al Paraíso para poderla contemplar siempre, a cada momento, no solo durante unos pocos minutos al día como hago ahora.
Livio: ¿Puedes decirme si su mirada es alguna vez severa?
Marija: Solo alguna vez tiene una mirada más profunda, pero sí, podemos decir también severa aunque siempre bellísima. Hay momentos en que está seria, pero no quiere decir que le falte dulzura.
Livio: Cuando habla de Satanás ¿qué mirada tiene?
Marija: Normalmente, cuando habla de Satanás, está muy seria y también triste. Aunque al mismo tiempo nos dice con la mirada que Dios es esperanza, que Dios es amor. También en estas situaciones, la Virgen nos ha enseñado en estos años a ser gente positiva, gente con esperanza. Yo cuando oigo a la gente que dice que están llegando los secretos, que llegan las guerras, pienso que debemos pensar que llega el Paraíso porque la Virgen dice que con la oración y el ayuno incluso las guerras se pueden alejar. Ella nos invita a ser oración y ayuno para alejar las guerras.
Livio: Marija, obviamente no debemos olvidar lo que decía el padre Slavko, que el mensaje más importante de la Virgen es su persona.
Livio: Marija, dinos algo también de la sonrisa de la Virgen.
Marija: Hoy, después de la aparición, me he dicho: “Hoy la hemos hecho sonreír” y esto para mí es un triunfo porque la Virgen cuando nos da el mensaje lo hace con mucha dignidad, con mucha realeza, con mucha dulzura, pero también con mucha seriedad. Nosotros ahora leemos sus palabras, pero cuando las escuchas pronunciar por Ella es muy distinto. Esas palabras salidas de su boca parecen música, es un mensaje rico, celestial. Yo cada vez que lo escribo, entro en crisis porque cuando lo leo me parece diferente aunque el mensaje sea el mismo.
Livio: ¿Cómo es su voz?
Marija: La voz de la Virgen es bellísima, es armoniosa, dulce y también profunda porque cuando la Virgen habla toca las teclas más profundas de nuestra alma. Tantas veces, yo cierro los ojos y empiezo a contemplar y pienso qué cierto es eso del Paraíso.
Livio: Es una voz que te enloquece de felicidad.
Marija: Sí, pero no de una felicidad externa, sino de una felicidad muy íntima y profunda. No puedo decir que sea como estar profundamente enamorado sino mucho más que eso y siempre con esa frescura de Paraíso que no se pierde a pesar de los cuarenta años pasados y con la seguridad de sentirte hija suya. Y si alguien me hace daño, yo soy igual de feliz en mi interior porque sé quién soy. Es esa identidad que te da la Virgen como hijo suyo que te hace sentir sereno.
Livio: ¿Has escuchado cantar alguna vez a la Virgen?
Marija: Sí, tantas veces hemos cantado juntas, sobre todo en los primeros años Ella cantaba con nosotros y nosotros cantábamos con Ella. Imagina que cuando se aparecía de noche y no había otra luz que la de la luna y cantábamos a pesar de ser poco entonados, era todo celeste. A Medjugorje, en los primeros años, lo que más atrajo a la gente era el cantar todos juntos a la Virgen con una felicidad inmensa en el corazón. Cuando todo un pueblo canta unido tiene mucha fuerza y puede mover montañas.
Livio: Había oído que la Virgen un día de la Anunciación casi bailaba.
Marija: No bailaba, pero Ella era consciente de que éramos unos niños, unos adolescentes y estaba muy alegre con nosotros. Yo no fui nunca a una discoteca, pero viví aquellos tiempos tan intensamente que no teníamos ninguna necesidad de ello. Esa felicidad que sentíamos en nuestro corazón, ese estar con Jesús y la Virgen, permanece siempre. Es lo mismo que cuando tienes una amistad que no ves por mucho tiempo y cuando vuelve sabes que es una amistad sincera, sin intereses. Así es la amistad con Dios y con la Virgen. Las personas que vienen a Medjugorje se sienten amadas, acogidas y hacen muchos amigos. Algunos encuentran también novio/novia y después se casan y empiezan una vida nueva juntos rezando, amando a Dios, poniendo en sus casas la Sagrada escritura y un pequeño altar. Me acuerdo de un chico americano que vino aquí pensando en entrar en un seminario, conoció a una chica, se casó y ahora, después de ocho años, ya tienen siete hijos. Estos son los verdaderos frutos del amor. Hay matrimonios que no quieren tener hijos porque piensan que el futuro es incierto y no saben lo que les tocará vivir. En cambio, ellos han tenido tantos hijos porque viven con esperanza, porque aman a Dios. Él hizo que se encontraran y fueran esposos. En estos días, durante la misa, en el fondo de la explanada se ve correr a muchos niños de familias numerosas que pasan unos días de vacaciones y ves a los padres tan tranquilos, sin ansia, rezando y mirando a sus hijos como juegan. Ellos no tienen miedo del futuro porque el futuro de esos niños está en manos de Jesús y María.
Livio: Marija, ¿puedo hacerte una pregunta personal? ¿En cuarenta y un años de apariciones cotidianas la Virgen no te ha regañado nunca como madre?
Marija: Sí, sí, la Virgen nos corrige. Me acuerdo que el padre Slavko, que era mi director espiritual, decía: “El desorden exterior es el reflejo del interior”. Por esto, debemos ser reflejo de Dios en las pequeñas y grandes cosas que suceden en nuestra vida porque todo se convierte en un bien. A menudo decimos que no queremos tal vida, como por ejemplo vemos ahora aquí tantos prófugos ucranianos, vemos a madres con sus hijos, pero con un gran deseo de volver a sus casas destruidas para poderlas reconstruir y volver a empezar. Pero, al mismo tiempo, ayer hablando con una de esas señoras me dijo que le gustaría mucho tener en su casa una imagen de la Virgen y yo le dije: “Quédate tranquila que te la regalo yo y la hago bendecir por la Virgen”. Ella se quedó tan asombrada que le parecía un milagro. ¡Estaba tan contenta de poder tener esa imagen! Hay todavía tanta gente a quien le gusta tener las estatuas de Jesús y de María y del Espíritu Santo en un lugar visible donde se ora y se ama a Dios. Nosotros tenemos la costumbre, alrededor de las tres, de hacer una pequeña pausa y rezar la Coronilla delante de una imagen de Jesús Misericordioso que tenemos delante de la chimenea. Estas cosas forman parte de nuestra vida, la oración por la mañana, la oración al mediodía, cuando se va en coche aunque solo sean tres avemarías. Me acuerdo que una vez un chico me dijo que se acordaba siempre de las oraciones que de pequeño habíamos rezado mientras íbamos en mi coche, de esos bellos momentos. Sabes, yo era como el taxista y les decía que para pagar tenían que rezar tres avemarías. Ahora, cada vez que él sube al coche se acuerda de mí y automáticamente reza las tres avemarías y me dijo que, mientras él viviera, iba a seguir haciéndolo.
Livio: Marija, ahora que ya vamos terminando, te quiero hacer una pregunta muy importante. ¿Tú sigues pensando que si rezáramos más intensamente, esta guerra podría terminar?
Marija: ¡Claro que sí! La Virgen ya lo dijo en tiempos de guerra aquí en nuestro país que si rezábamos y ayunábamos más, se terminaría antes. Nosotros creemos profundamente que la paz es posible y por esto, seguimos orando por la paz.
Livio: Debemos pues estar serenos porque la Virgen lo tiene todo en sus manos y la oración hace milagros como parar una guerra.
Marija: Nosotros rezamos, obviamente sabemos que el diablo existe, que no duerme, él es el portador de la guerra, del desorden, de la discordia, cosa que vemos de mil maneras, como con esta pandemia que unos van contra otros por lo de la vacunación enfrentando incluso a hermanos. En vez de pensar que Dios nos ha dado un hermano o hermana con el cual puedo sentirme unido, amado ya que venimos de los mismos padres, nos hacemos la guerra por estupideces. La Virgen nos dice que la vida es pasajera y que debemos fijar nuestra mirada y nuestro corazón en la vida eterna. Como en esta situación de la guerra, esta guerra no la ha querido la gente sencilla sino la gente poderosa y por intereses también de tantas empresas para la reconstrucción de lo que han destruido, son muchas cosas que no podemos entender, pero Dios lo sabe. La Virgen nos dice que no debemos tener miedo porque Dios es nuestra esperanza, Dios es el camino, la verdad y la vida.
Livio: También podemos hablar del inicio del mensaje que nos ha dado tanta esperanza. Es decir, que vale la pena trabajar porque la Virgen ha dicho que con nuestra vida podemos acercar muchas almas a su Hijo. De hecho, salvar almas es lo más necesario, lo realmente decisivo.
Marija: Exactamente. Esto es en lo que la Virgen nos quiere ayudar. Ella nos guía en el camino de la conversión ya que la conversión dura toda la vida. No podemos decir que nos hemos convertido, solo cuando estemos en el Cielo lo podremos decir. Ahora estamos en el momento de una mejora de nuestra vida, nuestra vida personal, espiritual, material y de todo ya que nuestro destino no es el de ser larvas. Dios nos ha dado un potencial para realizar muchas cosas. Yo me acuerdo de cuánto me asombraba el pueblo italiano por su creatividad. El pueblo italiano es un pueblo predilecto por su sensibilidad. Me acuerdo mucho que en el tiempo de nuestra guerra muchos vinieron aquí arriesgando la vida para ayudar al prójimo. También ahora con la guerra de Ucrania muchos han ido con ayuda humanitaria. La verdad es que los italianos son muy sensibles para estas cosas.
Livio: Sí, y te agradezco mucho estas palabras Marija porque es la verdad.
Marija: Es verdad y no debemos acobardarnos, a pesar de que quieren que nos volvamos como zombis. No lo podemos permitir porque somos hijos de Dios y debemos sentirnos seguros de nosotros mismos. Debemos pedirle a Dios que nos dé siempre la fuerza para seguir adelante con nuestra fe. Cuando yendo por las calles vemos esas iglesias tan bonitas que edificaron nuestros antepasados por la fe, debemos pensar que somos ricos en la cultura. Con la guerra, no solo se mata a la gente, sino también la cultura de un pueblo. Quieren eliminar esa cultura destruyendo las iglesias, los monumentos, todo lo que forma parte de nosotros y esto es terrible. Quieren la globalización, pero ¿qué globalización si cada uno de nosotros es diferente? Además en la diversidad está la riqueza. La Virgen nos dijo que quería ofrecernos a Dios como un bouquet de flores, y ¿qué hay en un bouquet? Hay flores de colores diferentes y además están todas juntas y ese colorido es lo que le da esa belleza. Esos colores que vemos en primavera tan hermosos. Yo a veces voy entre las rosas, siento su olor y doy gracias a Dios por esas maravillas. Hemos hecho un rosal para la Virgen y cuando voy a recogerlas hablo con ellas y pienso que si alguien me escucha pensará que estoy loca. Pero es que son tan bonitas, son rosas blancas, son muy sensibles y en su máxima floración son tan bellas y tantas veces me pierdo en ese perfume de Paraíso.
Livio: Marija, perdona, te hago una última pregunta y ya terminamos. En estos cuarenta y un años, ¿con cuántas personas te parece que has estado más o menos? ¿Miles, millones? ¿Qué efecto te hace haber estado con tantísima gente y haber dado testimonio a un número tan grande de personas? ¿Qué sientes dentro de ti?
Marija: Riqueza, porque cada persona que viene a Medjugorje es una riqueza ya que cada una se vuelve un hermano o una hermana, se vuelve un mundo y Medjugorje es un mundo pequeño y al mismo tiempo se vuelve una familia. Poco tiempo atrás me encontré con un papá que había venido con un hijo enfermo terminal de cáncer y además hijo único. Me acuerdo del tiempo bonito que pasamos aquí, era como vivir el Cielo en la Tierra cerca de la Virgen. Por supuesto que rezamos por la curación de su hijo, pero él ya estaba dejando su cuerpo, ya no podía ir a ninguna parte porque estaba en cama y allí en su habitación estuvimos horas rezando con él. Le hablábamos del Paraíso y le decíamos que teníamos envidia de él porque se iba a ir pronto hacia allí. Él nos sonreía con tanta serenidad, no había desesperación alguna en él, no había venido a Medjugorje a pedir la gracia de la curación, pero había recibido la gracia de la fe y esta esperanza del Paraíso empezó a crecer en su corazón. En esos días estuvimos hablando tanto del Paraíso, de la Virgen, de los santos, también de los ángeles que venían con la Virgen por la noche. Por aquel entonces yo no estaba casada, era todavía una jovencita, les quería contar mi experiencia del Paraíso y le decía que hubiera querido estar en su lugar para poder ir antes yo al Paraíso, pero él riéndose me decía que como iba a ir yo si ahora le tocaba a él. Ya le había transmitido ese deseo del Paraíso. Un día que fuimos a la parroquia para la aparición él también vino y después estuvimos en su habitación hablando y rezando. En esos días nació entre nosotros, una amistad que nos iba a llevar al Paraíso, antes a él y después a mí cuando Dios quiera. Estoy segura que fue directamente al Paraíso porque con su sufrimiento ya había pasado su Purgatorio. ¡Cuántas personas nos han precedido! Ya sea por enfermedad o por ancianidad. ¡Cuántas personas que eran niños como nosotros y que ahora son abuelos! Tantas veces digo: “Toda una vida junto a Dios y la Virgen”. ¡Es bellísimo!
Livio: De todas maneras Marija, espera todavía un poco porque necesitamos de ti aquí en Italia (se ríen los dos).
Marija: Cuando Dios quiera. Ahora estamos preparando el Festival de la Juventud, así nos volvemos todos jóvenes de corazón y queremos transmitir esa alegría de la juventud también a los que tienen 90 años porque cuando estamos con Dios y la Virgen, somos siempre jóvenes de corazón, gente de esperanza, gente de Jesús Resucitado. Caminemos pues con esta alegría como la Virgen nos pide.
Livio: Gracias Marija de todo corazón y ahora terminamos con la oración.