Antonio di Tommaso, de 22 años, dio testimonio sobre su familia, que fue sanada con la ayuda de Dios.
Creció en una familia evangélica. Su padre fue violento con él y con su madre. Para el 30 aniversario de las apariciones de la Virgen, vino a Medjugorje, con la tía de su madre, quién a menudo le hablaba de la Virgen. En aquel entonces, solo tenía 11 años. Y eso es lo que cambia la vida. Recibió los sacramentos, y luego vino a Medjugorje todos los años hasta cumplir los 16.
«Una noche antes del año nuevo de 2016, sucedió un gran milagro en mi familia. Mi padre se fue a dormir, y a la mañana se despertó como una persona completamente nueva. Lo único que nos dijo fue: «Esta noche Dios me tocó». Y esa mañana tiró todas las drogas que tenía en la casa, todo cambió, sus ojos, su voz, la expresión en su rostro, e inmediatamente regresó a su comunidad evangélica donde creció. Conoció a muchas personas que le dijeron que yo era el diablo porque asistía a la Iglesia Católica y que al hacerlo traería desgracias a mi familia y, en ese momento de extrema fragilidad mi padre creyó esas palabras y comenzó a prohibirme de profesar mi fe. Si llevaba un rosario alrededor de mi cuello, mi padre lo rompía, tiró todas las estatuas e imágenes que había traído de Medjugorje. Gracias a Dios esta situación duró solo unos meses, porque el amor de Dios hizo entender a mi padre que todos somos hijos de Dios, y la situación en mi familia finalmente se calmó, y borre de mis recuerdos todo lo que había sucedido antes», dijo Antonio.