El pasado 29 de mayo, Marija Pavlovic, una de los seis videntes de Medjugorje, ha visitado la capital de España para ofrecer su testimonio y revelar ante unas dos mil personas los secretos del corazón de la Virgen María.
Ese día por la tarde, los numerosísimos asistentes al encuentro celebrado en la capilla del madrileño colegio de Nuestra Señora de las Maravillas pudieron disfrutar, conmovidos, de un trocito de las vivencias que tienen lugar en el pequeño pueblo de Bosnia-Herzegovina, depositario del mensaje que la Gospa da a toda la humanidad desde hace casi veintinueve años.
Tras el rezo meditado del Santo Rosario, Marija resumió el mensaje de Nuestra Madre en una media hora de gran riqueza y belleza espiritual.
En Medjugorje la Gospa no dice nada nuevo, solo nos repite lo que lleva diciendo durante dos mil años, y que se puede resumir en: la Eucaristía como centro de nuestra vida, la oración en familia, sobre todo del Rosario, el ayuno, la confesión mensual y la lectura de la Biblia.
Puede que algunas personas encuentren decepcionante el hecho de descubrir que es lo mismo de siempre, pero si la Virgen todavía se sigue apareciendo en esta diminuta localidad es para recordarnos que estamos llamados a responder a su llamada.
Desde el púlpito y acompañada por Filka Mihalj, que iba traduciendo del croata al castellano, la vidente recordó que, al comienzo de las apariciones, la Virgen les pedía que rezaran siete Padrenuestros, siete Avemarías y siete Glorias. Hoy, sin embargo, pide que se contemplen tres partes del Rosario al día.
Así, Marija insistió en la importancia de la oración resaltando que sólo en Dios está nuestra paz. La Virgen, añadió, confía en nuestra propia conversión e intercede por nosotros. Por ello pidió poner a Cristo en el primer lugar, exhortando a que el centro de nuestra vida sea la Santa Misa, y que recemos siempre por los que no conocen el amor de Dios. En esta línea, se refirió también a la importancia de formar grupos de oración, y que el primero de ellos debe ser la familia.
En otro momento de su testimonio, la vidente de Medjugorje relató cómo Vicka y Jacob fueron llevados en cuerpo y alma a ver el cielo, el purgatorio y el infierno. Tras describir esta experiencia, destacó la importancia de la libertad del hombre de escoger entre el bien y el mal.
Al término de su intervención, Marija subrayó una vez más que la Virgen nos llama a la santidad y nos pide que seamos Sus manos extendidas para los demás.
Preguntada sobre cómo compagina su vida cotidiana con las apariciones que experimenta diariamente, la vidente señaló que lo hacía con el anhelo de eternidad y el deseo de que la Gospa se quede más tiempo con ella. Eso sí, la Madre está realmente presente en nuestra oración, enfatizó.
Marija se refirió también a la importancia de orar con el corazón. En los momentos de mayor dolor, de desierto espiritual… Dios habla más. En los momentos de sufrimiento, la oración tiene más valor aun. Recemos en nuestra vida cotidiana, cuando estamos tristes Dios está con nosotros, aseguró.
Interrogada sobre cómo frenar el aborto contestó que este crimen es peor que cualquier guerra y que sólo se frena con nuestra conversión personal.
Al concluir el turno de preguntas, y antes de que los asistentes rezaran un segundo rosario, la vidente señaló que entre tanto mal que hay en el mundo, ella ve algo positivo: La presencia de la Virgen entre nosotros es lo más positivo, Ella esta aquí para llevarnos por el camino de la salvación.
Por último, dijo que la Virgen María es Reina y, al mismo tiempo, Madre. Por este motivo pidió que La sigamos e imitemos.
El colofón de esta preciosa jornada mariana fue la multitudinaria celebración de la Santa Misa y la Adoración al Santísimo al estilo de la Parroquia de Santiago Apóstol en Medjugorje…
Iván de Vargas