Está en marcha el 27º Retiro Espiritual Internacional en Medjugorje para organizadores de peregrinaciones, guías de Centros de Paz, de grupos de oración y de asociaciones caritativas de Medjugorje. Alrededor de 300 organizadores de peregrinaciones, guías de Centros de Paz, de grupos de oración y de asociaciones caritativas de 40 países están participando en este retiro espiritual. El día de ayer, (16 de marzo de 2022), el párroco de Medjugorje, fray Marinko Šakota, dirigió la Adoración Eucarística, y acto seguido, expuso su reflexión en este retiro, en la que habló de la oración, y cómo Jesús nos enseña a orar, pero también invitó a la oración por la paz en Ucrania.
“Darle algo a Dios no esta en el primer lugar en la oración. No, sino recibir. Porque Dios quiere darnos. En realidad, ya nos había dado mucho, antes de que le preguntáramos. Es por eso que la Virgen tan a menudo nos invita a abrir el corazón. Y el corazón se abre para recibir algo. Mejor dicho, para acoger a Alguien. Porque Dios quiere darse a sí mismo a nosotros. Principalmente en la Eucaristía, en la palabra y en el pan. Él quiere darnos su amor. Él quiere llenarnos de su amor. Y quiere que demos a los demás lo que hemos recibido”, dijo fray Marinko Šakota, subrayando la invitación de Jesús a la vigilia.
“¡Velad, porque no sabéis ni el día ni la hora! La razón de la vigilia es que no nos quedemos sin el Espíritu Santo, porque precisamente la vigilia y la oración son las que hacen posible que Él venga. Es necesario velar porque el mal actúa y engaña al hombre. El mal es como un ladrón. Nos roba fácilmente el amor, la paz, la alegría, la comunión fraterna, y esos son los dones del Espíritu Santo. El maligno nos quita el aceite, “apaga la lámpara”, nos roba razones para amar a los demás, para saludar a los demás, para perdonar…”, dijo fray Marinko Šakota, entre otras cosas, y después de él dio la enseñanza fray Danko Perutina.
Al principio, cuando vio los carteles con los nombres de los países que han venido a este retiro espiritual, fray Danko dijo que la sede de las Naciones Unidas no estaba en Nueva York, sino en Medjugorje, “donde se han unido las naciones”. Luego saludó a todos los participantes del retiro que vinieron de 40 países del mundo entero: Perú, Bolivia, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Venezuela, España, Brasil, Curaçao, Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile, El Salvador, Panamá, Paraguay, Bonaire, Malta, Rumania, Estados Unidos, Irlanda, Inglaterra, Canadá, Italia, Polonia, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Alemania, Suiza, Austria, Lituania, Ucrania, Corea, Bélgica, Francia, Hungría, Eslovaquia y Rusia.
En su enseñanza, fray Danko insistió en la conversión, y dijo que también se rezaría por la paz en Ucrania.
“Cuando un hombre emprende el camino de la conversión, lo obtiene todo, pero también algo tiene que perder. Es el pecado lo que se pierde, y el cielo lo que se gana”, dijo fray Danko, mencionando que Medjugorje alimenta al mundo entero con sus frutos, porque los frutos son buenos, y que más de 2.000 vocaciones sacerdotales y religiosas han surgido en Medjugorje.
“Necesitamos aún más grupos de oración, necesitamos imprimir aún más libros, necesitamos difundir aún más los mensajes de la Virgen, porque todos los que venimos a Medjugorje sentimos el amor de Dios y la cercanía de la Gospa. Todas las personas con las que hablé, cuando les preguntaba: ‘¿Por qué vienen una y otra vez?’, decían que venían por el amor de Dios y la cercanía de la Virgen. Nadie dijo que venía por lo bien que se comía, por el hotel, para esquiar en el Križevac o el Podbrdo, nadie dijo que venía a ver una hermosa iglesia del siglo XII”, dijo fray Danko Perutina, recordando que “la oración es la luz y la alegría del alma y que nos hemos alejado de Dios”.
“Pero Dios nunca se aleja de nosotros, excepto cuando nos pone a prueba, como a Job”, dijo fray Danko, explicando la parábola del Evangelio del hijo pródigo, y al final invitó a todos a permanecer en silencio por un tiempo y recordar que “la única razón por la que existimos es porque Dios nos ama”.
Los participantes de este retiro espiritual después de las enseñanzas de la mañana oraron en el Križevac, y luego, como todas las noches, participaron en el programa de oración en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol.
Fray Marinko dio la enseñanza el día anterior, y los participantes del retiro espiritual fueron recibidos por el arzobispo Mons. Aldo Cavalli, visitador apostólico de carácter especial para la parroquia de Medjugorje.
“Aquí he notado la fe y la oración en las personas, pero la fe es algo que no es nuestro. La fe viene de Dios. Obtenemos fe por la revelación. Dios se revela a sí mismo y quita ese velo para mostrarnos quién es, dónde está y cómo vive. Conocemos a Dios, solo porque ha querido revelarse y convertirse en uno de nosotros”, dijo Mons. Cavalli, enfatizando que “las personas que vienen aquí, impulsadas únicamente por la fe, quieren buscar a Dios a través de la Sagrada Escritura”. (FOTO)