Dicen que el AMOR es la esencia de la felicidad, y es quizás por eso que en la jornada vivida el día 20 de febrero, la palabra “AMOR” fue la más usada y el sentir más presente en las casi 500 almas que nos congregamos a Villa Gospa (casa espiritual de Amor de Déu) para presenciar la Bendición de la Imagen de la Virgen María por parte del Excmo. Y Rvdm. Mons. Sergi Gordo Rodríguez, Obispo Auxiliar de Barcelona y nuestro consiliario Mn. Pere Montagut, acompañados también de 11 sacerdotes, hijos predilectos de María.
A primera hora de la mañana no podíamos más que dar gracias por qué el sol presagiaba un día claro y soleado, y porque muchos voluntarios (y especialmente la familia acogedora que vive a Villa Gospa) ya estaban dispuestos para finalizar los últimos detalles para que todo estuviera preparado para recibir a las familias y hacerlas sentir como en su casa. ¡Cuánto AMOR han puesto estas últimas semanas los y las voluntarias para preparar esta jornada festiva!
A partir de las 11 horas (ya con los jóvenes voluntarios equipados con sus chalecos del color de María y con el texto “AMOR de DIOS”), empezaron a llegar los primeros peregrinos. La delicadeza y la sonrisa de los primeros voluntarios que se encontraban a pie de calle para dar la bienvenida e indicar la zona de aparcamiento, fue la tónica de todo el día. Delicadeza y sonrisa, en definitiva AMOR, que agradecieron y correspondieron todos los peregrinos.
La casa lucía mejor que nunca, y el altar preparado junto a la Virgen María era una muestra de la importancia y dedicación que desde la Asociación se pone en todo aquello que refiere al Señor. Sí, el altar fue el espacio preparado con más AMOR, conscientes que allí es da el misterio más grande que podemos presenciar: ¡la Eucaristía!
Se acercaban pues las 12 horas, y todos los que estábamos nos dispusimos para participar de la Santa Misa que celebró Mn. Xavier Vila. La eucaristía, acompañada con cantos que nos transportaban a Medjugorje, fue simplemente maravillosa. En la homilía, Mn. Xavier se sirvió justamente del AMOR puesto por los que lo prepararon todo, para recordarnos cuánto AMOR nos tiene la Madre Dios y cuánto AMOR hay en su llamamiento. El drama de la vida, nos decía, es no saber contemplar el AMOR que nos rodea, y que se nos muestra especialmente en la participación de la escucha de la Palabra y la Eucaristía. Nos hizo un llamamiento a amar a nuestros enemigos, para pasar del hombre terrenal al hombre celeste, del hombre bueno al hombre que ha experimentado sus pecados y con ellos la gratuidad del AMOR de Dios, amando más allá de nuestros límites.
Después de la eucaristía, que es el verdadero centro de cualquier celebración, y de entonar el Gospa Maika, nuevamente se pusieron en marcha los jóvenes voluntarios para disponerlo todo en las más de 30 mesas, para una comida cocinada con mucho AMOR, que es el ingrediente definitivo que las abuelas ponen en sus guisos para hacerlos exquisitos. Desde el aperitivo hasta las paellas y fideuas, todo estaba buenísimo.
Fue un momento de gran fraternidad, en el que en lugar de 30 mesas parecía que todos comíamos alrededor de una sola. Las conversaciones, los abrazos, las risas, eran la tónica, y los más pequeños disfrutaban jugando en un entorno fantástico. En definitiva, todo era un reflejo de AMOR, de los que se sienten unidos por el verdadero AMOR.
Hubiéramos seguido horas y horas compartiendo la sobremesa, pero había que disponerlo todo para el momento de la bendición, que desde hacía tanto de tiempo esperábamos con ilusión. Ya nos encontrábamos a las 16 horas ante la imagen de la Reina de la Paz traída desde Medjugorje, para iniciar el rezo del Santo Rosario (procurándolo hacer desde el corazón como nos invita la Gospa), que fue dirigido por varios voluntarios, preparado con mucho de AMOR y acompañado nuevamente por música de Medjugorje.
La llegada de nuestro querido Obispo Sergi Gordo fue una alegría enorme, y nos mostró el AMOR que la Iglesia tiene a la Asociación Amor de Déu y a la humilde labor que realiza (la iglesia es una verdadera familia). Nos trasladó el aprecio del Cardenal Juan José Omella.
En la celebración de bendición de la Virgen María nos recordó las palabras del Obispo Antoni Vadell (que nos dejó hace una semana) y que nos invitaba a vivir enamorados del Señor. Nos trasladó el deseo de ir a Medjugroje y que “seguro que la Virgen María nos está esperando a todos”, añadiendo que mientras tanto, en Villa Gospa “formamos un pequeño Medjugorje, donde Ella nos dice: haced lo que Él os diga”.
Acabada la ceremonia disfrutamos de varios testimonios de agradecimiento de personas individuales y familias que expresaron como el AMOR de Dios Nuestro Señor se les ha ido haciendo presente y como este AMOR ha estado y es el motor de transformación de sus vidas.
El Presidente de la Asociación dirigió unas últimas palabras de agradecimiento por tanto AMOR recibido en la jornada festiva vivida en Villa Gospa, e hizo entrega a nuestro Obispo y consiliario de unos pequeños detalles, preparados también con gran AMOR y delicadeza.
Finalmente, pudimos disfrutar de una merienda que hizo las delicias de todo el mundo, y que nos permitió saludar personalmente al Obispo Gordo, que disfrutaba que todas las muestras de aprecio de los que a él se acercaban. El sol ya caía, y los peregrinos partían con el corazón inundado de AMOR. De AMOR sobre todo del Espíritu Santo y de la Reina de la Paz, pero también de todos los voluntarios y voluntarias que, a pesar del agotamiento, no dejaron de entregarse a los demás con AMOR y por AMOR.
Gracias Dios mío por tu AMOR, por este día tan maravilloso, gracias por Villa Gospa (que como dijo la familia acogedora, está abierta a todo aquel que se quiera acercar a ella) y gracias a los que vinisteis a disfrutar del AMOR con mayúsculas.