“Poderoso es Dios para bendecirles de mil maneras, de modo que nunca les falte nada y puedan al mismo tiempo cooperar en toda obra buena”.

2º Corintios 9,8

 

Buen día queridos hermanos. Es una alegría para mí, poder encontrarme nuevamente con ustedes a través de estas líneas, que son como un puente espiritual, que nos unen a la distancia, en oración y en un vínculo de amor.

 

Uno de los temas sobre los cuales más me gusta predicar y escribir, es acerca de las bendiciones de Dios, ya que la Biblia permanentemente nos presenta a Dios que bendice y las promesas de bendición que Dios tiene para sus hijos, cuando se abandonan en sus manos, confían en él, y oran insistentemente.

 

También Nuestra Madre, la Virgen María, Reina de la Paz, nos habla frecuentemente de las bendiciones de Dios, de su bendición materna, y de la autoridad espiritual que Dios ha concedido a todos los bautizados para bendecirnos los unos a los otros y ser así canales de bendición, para todas las personas, países, e instituciones del mundo entero.

 

En el Mensaje, del 25 de octubre de 1993, la Reina de la Paz nos enseña el valor del testimonio, como canal de bendición para el mundo y todos sus ambientes: “En este mundo sin paz, den testimonio de Dios y del amor de Dios y Dios los bendecirá y les dará lo que ustedes buscan de Él”.

 

Es hermoso saber que el Magisterio de la Iglesia Católica, anima también a los laicos a orar por las bendiciones de Dios, especialmente cuando a través del catecismo, habla frecuentemente sobre esta forma de oración (CIC 2626. 1671, etcétera.); y fundamentalmente en el número 1669: “Los sacramentales proceden del sacerdocio bautismal: todo bautizado es llamado a ser una “bendición” (cf Gn 12,2) y a bendecir (cf Lc 6,28; Rm 12,14; 1 P 3,9). Por eso los laicos pueden presidir ciertas bendiciones.”

Y también el Bendicional, cuando nos recuerda: “Los laicos -por la eficacia de su sacerdocio común- pueden realizar algunas bendiciones.”  (Cfr. Bendicional, 1º ed. XII-1986,  n. 18).

 

También podemos recordar cómo el 13 de marzo del año 2013, el que hasta ese entonces había sido arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Mario Bergoglio, al haber sido elegido Obispo de Roma y Papa, al salir por primera vez al balcón de la basílica de San Pedro, como Papa Francisco y, ante una multitud atestada de peregrinos, les dijo que oraran por él para que Dios lo bendiga; e inclinando la cabeza en minuto de silencio, esperó que todos, pero especialmente los laicos que son mayoría, oraran por él.

 

Este fue el mismo gesto que habíamos hecho muchas veces sobre su persona, cuando aún era arzobispo de Buenos Aires.

 

Bendecir los medios masivos de comunicación social

 

Pero ahora quiero compartirte un testimonio de algo que sucedió en la última semana en la Argentina, y que según mi opinión es resultado de la oración de bendición que muchos laicos han hecho en los últimos meses, bendiciendo los medios masivos de comunicación social.

 

En repetidas ocasiones somos testigos -con dolor-, como algunos medios de comunicación, se mofan de la Iglesia, o trasmiten solo las noticias negativas relacionadas con sacerdotes, laicos, religiosas u obispos.

 

Fue por eso que los últimos meses yo les pedí a varios servidores laicos de mi comunidad evangelizadora mensajeros de la paz, que orasen e intercediesen, pidiendo liberación, Sanación y bendición, especialmente para los canales de noticias.

 

Cada vez que yo veía una noticia negativa hacia la Iglesia, en lugar de dejarme invadir por la tristeza, o el enojo, comenzaba a orar y a bendecir el programa, el canal, y a las personas que en él trabajan.

 

Lo que yo no imaginaba, es que la respuesta del Señor se iba a hacer sentir de manera tan veloz y milagrosa, ya que al poco tiempo, el personal que trabaja en uno de los canales y de los informativos -a mi entender más críticos hacia la Iglesia-, se pusieron en contacto con un matrimonio de mi comunidad, que son quienes organizan las peregrinaciones a Medjugorje.

 

La petición de ellos era que el informativo del canal quería hacer un programa acerca de Medjugorje, y por lo tanto le pedía a este matrimonio, si ellos podían acompañarlos y hacerles de guía, para trasmitir un informe acerca de las apariciones de la Reina de la paz, en el informativo más visto en la Argentina

 

Debo reconocer que, con los antecedentes de este programa, cuando Diego y María, me hicieron llegar la pregunta acerca de qué hacer, mi respuesta fue que no.  Pero luego, superada la primera reacción, me puse a orar, a discernir, y a preguntarle al Señor cuál era su voluntad acerca de esto.

 

Por un lado tenía el temor de que las apariciones de Nuestra Madre fuesen enfocadas de manera sensacionalista, y generasen escándalo y división aún entre los mismos católicos de nuestro país.  Pero por otro lado, sentía al Señor que me animaba a confiar en todas las bendiciones que él había derramado a través de la oración de numerosos laicos.

 

La voz del Espíritu del Señor era clara: “navega mar adentro”.  Por lo tanto animé a mi amiga María Martín a que acompañase al periodista y al equipo de filmación a esta “aventura”, que no había sido programada en la tierra, sino en el cielo.

 

Debo compartirles que cuando se concretó este viaje, comenzamos hacer una cadena de oración desde Canadá hasta la Patagonia, y redoblamos la oración de bendición sobre el equipo de filmación, sobre el canal y sobre las personas que iban a ver estos informes acerca de Medjugorje, en el horario y en el noticiero más visto en Argentina.

 

Cuando ellos regresaron de Medjugorje, María Martín, nos contó las maravillas que Dios había realizado en los corazones del periodista y de su equipo de filmación. Y cuando con gran expectativa vimos -junto a millones de personas- este informe, hecho en dos entregas, pude ser testigo de algo que sobrepasó todo lo que yo era capaz de imaginar, pues este renombrado periodista -con los ojos húmedos por la emoción-, fue narrando de manera positiva y segura la experiencia que se vive en Medjugorje.

 

En sus palabras no existía, ni un átomo de duda acerca de la veracidad de las apariciones, todo el informe fue enfocado y realizado por él con una gran prudencia, equilibrio, amor y fe.  Y en todo momento se notaba la mano maternal de la Virgen Santísima, guiando los testimonios y moviendo los corazones para que se abran al amor de Dios.

 

No sabemos con exactitud los efectos que puede producir en la vida de las personas (instituciones o países) la Bendición -eso lo dejamos en las manos de Dios-; pero si podemos creer que el orar pidiendo la Bendición de Dios para una persona puede transformarle la vida, y hasta cambiar el camino que llevaba a la destrucción de toda una nación.

 

Quiero finalizar estas líneas recordando las palabras de 1 Pedro 3:9:  “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien bendigan, pues para esto han sido llamados; y de este modo recibirán la bendición.”

 

Por esto, y por tantas otras cosas, yo mismo no tengo palabras para expresar el amor del Señor y de María, y el poder de la oración de bendición, animándome a pedirte que a la distancia me bendigas a mí y a los seminaristas y laicos de mi comunidad.  Gracias.

P. Gustavo E. Jamut,

Oblato de la Virgen María

http://www.mensajerodelapaz.org.ar/

 

P.D. Si quieres ver en Internet las dos partes del informe periodístico sobre Medjugorje:

 

https://www.youtube.com/watch?v=9foB0wZPwCA

https://www.youtube.com/watch?v=tmBeBG71nzo

 

 

“Que el Señor te bendiga y te proteja;   que el Señor te mire con agrado    y te muestre su bondad;   que el Señor te mire con amor y te conceda la paz”

Num. 6, 24-26

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