P. Livio: Queridos amigos, ahora tenemos en directo a Marija desde Medjugorje para el mensaje de la Reina de la Paz del día 25 de Febrero 2017. ¡Hola Marija!
Marija: ¡Hola Padre Livio! Un caluroso saludo desde Medjugorje, donde está lloviznando. Nosotros la sentimos como una lluvia de bendiciones, porque realmente es así. Como cada 25 de mes la Virgen nos ha dado el siguiente mensaje: “Queridos hijos, hoy os invito a vivir profundamente vuestra fe y a que oréis al Altísimo para que la fortalezca, de manera que los vientos y tempestades no la puedan quebrantar. Que las raíces de vuestra fe sean la oración y la esperanza en la vida eterna. Y desde ahora, hijos míos, trabajad en vosotros mismos en este tiempo de gracia, en que Dios os concede la gracia para que, por medio de la renuncia y la llamada a la conversión, seáis personas de clara y perseverante fe y esperanza. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
P. Livio: Marija, este mensaje es realmente muy rico. La primera parte está centrada en el gran tema de la Iglesia de estos últimos años, el de la fe. Pablo VI proclamó el año de la fe y el papa Francisco junto con papa Benedicto también lo hicieron. Marija, ¿es difícil hoy en día conservar la fe?
Marija: Sí, es verdad, yo pienso que en nuestros días la fe, tal como la Virgen nos dice, tal como Ella nos habla de la tempestad de los vientos, esta tempestad está barriendo nuestra fe, ya no tenemos raíces. Tantas veces se habla de que ya no hay las raíces de esa Europa que era la cuna de la fe cristiana y pienso que hoy la Virgen nos ha dado la receta para reforzar nuestra fe. Nos dice lo que hay que tener: la oración, la esperanza y también la renuncia; trabajar en sí mismo, porque si no trabajamos en nosotros mismos, es un desastre. La Virgen nos llama para empezar por esto, realmente desde el inicio, en convertirnos para poder trabajar en nosotros mismos, porque yo no puedo convertir al mundo si no me convierto yo primero. Debo empezar por alguna parte, ¿por dónde tengo que empezar? Por mi propia conversión y después, cuando empiezas a orar, cuando aprendes a orar, es cuando puedes testimoniar y enseñar a orar a los demás.
P. Livio: Dime Marija, este viento y tempestad de la fe, es decir, la fe se pone a prueba, a prueba del mundo, pero también de nuestras debilidades, se pone a prueba también del demonio, es decir, hay como una batalla de la fe, un tesoro que el diablo nos quiere arrebatar.
Marija: En efecto, nos dice que tenemos que orar al Altísimo para que nos la fortalezca. Es decir, nadie puede ayudarnos a crecer en nuestra fe. Sí, con nuestro testimonio podemos testimoniar, pero es Dios quien nos da el don de la fe. Es por esto que nos lo pide. Nosotros aquí en Medjugorje, gracias a Dios, tenemos una cosa muy bella y es que cada día 25 estamos toda la noche en adoración y agradeciéndole a la Virgen su presencia y los mensajes que nos da. Pero también la adoración, una adoración que como se vive aquí en Medjugorje, no se vive en ninguna otra parte del mundo. Esto lo digo con toda la seguridad del corazón porque lo veo, lo vivo y veo las personas que vienen aquí, estoy convencida al cien por cien, de que a uno que va delante de Jesús, Él lo cambia. Como decía el Cura de Ars, que pasaba horas delante del Santísimo y le preguntaban: ¿Qué haces? ¿Qué oraciones rezas? Una vez una señora piadosa le dijo: “¿Pero qué cosas tienes para decirle?”. Y él le respondió: “Yo me pongo delante de Jesús, lo miro y Él me mira y para mí, esto es suficiente”. Es decir, que cuando se tiene el corazón abierto, estar con Jesús proporciona una gran felicidad. Esto es a lo que la Virgen nos llama, llegar a ese momento de estar con Jesús, de estar en la Eucaristía, estar en reflexión, desde el principio, ¿Qué nos dice la Virgen Padre Livio? Convertíos, orad, confesaos, dejad la vida pecaminosa y empezad una vida con Dios, con los Sacramentos, con los Mandamientos.
P. Livio: Sí, Marija, la Virgen une en el mensaje la fe y la esperanza y al final nos dice que seamos personas de clara y perseverante fe y esperanza. Es decir, es como si dijera que hoy la fe se pone a prueba, pero con la esperanza, si tenemos la mirada puesta en la vida eterna y el Paraíso, podemos superar las dificultades del momento.
Marija: Sí, es esto lo que la Virgen nos dice: orad, porque uno que ora se vuelve transparente, si no, permanece oscuro por el pecado. En cambio, si hay una esperanza clara, como dice la Virgen, entonces estamos ya a medio camino. Para quien tenga esperanza y vaya a Jesús, persevere en la fe y en la oración, la Virgen ha pedido que tengan un director espiritual, que nos confesemos, incluso una vez por semana. Nos ha llamado una vez al mes. Deberíamos ver si hay un sacerdote disponible para hacernos de guía espiritual y poder elegirlo, ver si encontramos un santo sacerdote porque a veces vas a una iglesia y quieres tener un guía espiritual y no lo encuentras y esto puede ser un problema. Pero yo he encontrado también sacerdotes que cuentan que algunas personas quieren un guía espiritual, dicen que quieren empezar un camino, pero cuando ellos les dicen que tienen que dejar el pecado, ellos contestan que no son capaces y les repiten siempre el mismo pecado, entonces el sacerdote no quiere continuar siendo su guía espiritual, porque él no puede controlar su libertad.
P. Livio: Sí Marija, es verdad y no lo hemos repetido pocas veces, pero la Virgen, desde el principio de dejarnos sus mensajes cuando nos dice que la fe está indicada en la oración, nos quiere recordar, a nosotros cristianos, que la oración más importante es la Santa Misa, como mínimo la del domingo ya que en Ella tenemos los Sacramentos que es lo fundamental, la confesión, la Eucaristía, no solamente la oración personal.
Marija: Exactamente, nosotros lo sabemos porque al inicio cuando la Virgen se nos apareció, ¿qué hizo con nosotros? Ahora me acuerdo que mi padre ya me decía: “si no vas a misa el domingo, no vengas tampoco a comer”. Mi padre era muy claro en casa. Era la época del comunismo, éramos adolescentes antes de las apariciones, pero después con las apariciones todo se convirtió en felicidad. La Virgen nos decía: “donde está Jesús, allí estoy yo” Para nosotros, cada vez era un descubrimiento. Por otra parte, rezando, igual que comiendo, se aprende a diferenciar los distintos ingredientes que hay en una comida, también en la oración. Al principio la oración era una costumbre, después, poco a poco se sentía más profundamente, después la Virgen nos dijo que nuestra oración debía volverse gozosa. ¿Hemos vivido esta experiencia? Si no la hemos vivido todavía, empecemos, oremos hasta que se vuelva verdaderamente gozosa para nosotros también. Yo puedo deciros que he tenido la experiencia de que muchas veces rezando he sentido la necesidad de rezar todavía más, porque es bonito orar, no es un esfuerzo. Puede que al principio lo sea porque no tenemos experiencia, pero cuando tenemos experiencia, buscamos la oración, buscamos el silencio, porque buscamos llegar a lo más profundo, a estar con Jesús, con la Virgen, con los santos. Como la Virgen ha dicho: “Leed la vida de los santos e imitadla”. Mirad, san José de Cupertino, él estaba solo y sus frailes lo recogieron y lo pusieron en una parroquia perdida donde hay un santuario en medio del campo. Allí no había nadie, solo ovejas y él dijo: “las hermanas ovejas, criaturas de Dios. Alabemos a la Madre de Dios”. Y cuando él decía: “Santa María”, las ovejas decían: “beee”. Esto está escrito en los testimonios del santuario que los pastores oían que las ovejas cantaban allí donde estaba san José de Cupertino y decían que las ovejas, después de cada una de las alabanzas que él dirigía a la Virgen, balaban y cuando terminaba la letanía, cada oveja volvía a su lugar. ¡Fíjate! Si nosotros no tenemos fe, hablarán las piedras.
P. Livio: Tienes razón Marija, sabes, estaba pensando que nosotros decimos que Medjugorje es el confesonario del mundo. Realmente, este aspecto lo has puesto tú muy bien en evidencia. Desde el principio, cuando yo llegué a Medjugorje, lo que más me sorprendió fue ver la gran explanada llena en plena oración. Allí siempre se ha sentido viva la oración desde el principio, pero creo que también ahora se siente muy viva.
Marija: Pues te diré, yo he vivido una experiencia en estos días: ¿no sé si te has enterado de la muerte del padre Tomislav Ivancic, un sacerdote que desde el principio ha sostenido Medjugorje, venía como teólogo, como profesor, una persona que desde el principio apoyó a los videntes y que fue amigo personal nuestro. Yo me acuerdo que cuando él venía cada año para hacer el retiro en invierno, hasta hace poco, después ya enfermó, decía que venía a hacer el retiro a los parroquianos de Medjugorje y en ellos sentía que la Virgen estaba presente aquí. La presencia de la Virgen aquí en Medjugorje no es una cosa antigua, no es una cosa a la cual nos hemos acostumbrado. Es esto lo que más le sorprendía. La Virgen da siempre aquella efervescencia, aquella novedad, aquella frescura, aquella primavera. Esto es lo más bello de Medjugorje, esta frescura…
P.Livio: Podríamos decir, esta eterna primavera…
Marija: No tan solo, sino también nueva evangelización. Porque aquí, la gente llega y se convierte. Hoy mismo, un grupo de jóvenes, debes saber que yo una vez, hace un año más o menos, di un testimonio y les dije: “jóvenes, vosotros debéis hablar a vuestros amigos, debéis convencerlos y traerles aquí, después la Virgen ya hará el resto”. En el grupo de hoy, un joven se me ha acercado y me ha dicho: “Marija, tu habías dado este testimonio y yo lo escuché y hoy junto a mi han venido mis amigos. Un joven de 21 años muy feliz y me ha dicho que habían creado un grupo de oración. Él les había hablado, dado testimonio, habían empezado a rezar juntos y finalmente habían podido ahorrar para poder venir juntos a Medjugorje. ¡Qué bonito ver a un joven que te habla con ese entusiasmo y alegría compartiéndolo con sus amigos. También él puede tener esa nueva experiencia, esta experiencia de Dios porque hoy en día, si no damos a Dios, no damos nada ya que la cosa más bonita es dar a Dios.
P. Livio: Ciertamente. Dime Marija, en la segunda parte del mensaje, según mi opinión la Virgen hace referencia al hecho de que el miércoles que viene empieza la Cuaresma, dice que tenemos que trabajar en nosotros mismos en este tiempo de gracia que Dios nos concede, por medio de la renuncia y la llamada a la conversión. Aquí parece que la Virgen nos invita a entrar en este tiempo de gracia de la Cuaresma a través del camino de la conversión con el ayuno y la renuncia. El ayuno y la renuncia al pecado, la renuncia al mal. La Virgen nos impulsa a preparar, a vivir bien la Cuaresma, creo yo.
Marija: Sí Padre, la Virgen muchísimas veces ha unido las festividades como la Navidad, la Pascua, la Cuaresma en sus mensajes sin decir “tiempo de Cuaresma” sino diciendo “tiempo de gracia” también ahora diciendo: “Dios os da la gracia a través de la renuncia y la llamada a la conversión” ¿Qué es la renuncia y la llamada a la conversión? Pues es la Cuaresma, el tiempo de gracia. La Virgen lo llama “tiempo de gracia” para nosotros. Yo digo que en primavera tenemos que hacer una limpieza más profunda en casa, tenemos necesidad de abrir bien las ventanas, de limpiar cortinas y alfombras, de pintar la casa. Pues esto, también debemos intentar hacerlo con nuestro corazón, con nuestra vida, porque muchas veces estamos envejecidos por dentro, ya no tenemos fe, ni esperanza, ni caridad, nos hemos vuelto peor que tibios.
P. Livio: Pero, Marija, me parece que así como Jesús en el desierto oró y ayunó, la Virgen en Medjugorje pide ayuno así como también la Iglesia lo pide, pero un poco más ligero. En cambio la Virgen e Medjugorje pide un ayuno más difícil.
Marija: Sí, aquí con la Virgen el ayuno fue un descubrimiento. Ya se ayunaba antes, pero no tan fuerte, pero la Virgen nos dijo: “el mejor ayuno es a pan y agua”. Al principio nos pidió el viernes y después nos pidió también el miércoles como renuncia. Yo me acuerdo que mi madre estaba muy contenta porque decía que así el viernes la cocina permanecía limpia (ya que tenía varios hijos). Pero para mi madre el ayuno era algo más profundo porque estando en casa, en la mesa comiendo pan y agua, o a veces una tisana o un té caliente, significaba un descubrimiento porque uno no se concentraba en la comida y era un tiempo para conversar todos juntos y el estómago se llenaba igual, porque la Virgen no decía cuánto pan debíamos comer. La Virgen decía que estábamos demasiado aferrados a las cosas. Además el ayuno nos va bien, lo dicen los especialistas, que una vez a la semana nos va muy bien para el organismo. Para nosotros, es mucho más porque también fortalece nuestra fe. El ayuno fortalece nuestra fe y la identidad de la persona. Tal como Jesús dice: “sí, sí o no, no”. Nosotros nos volvemos más fuertes para poder renunciar al pecado, a todas las tentaciones pecaminosas. Renunciamos también al diablo con la renuncia. La Virgen ha dicho que con el ayuno y la oración incluso las guerras podemos evitar. Jesús en las Sagradas Escritura dice que algunos espíritus malvados solo los podemos alejar con el ayuno y la oración.
P. Livio: Sí Marija, pero yo me acuerdo que cuando llegué a Medjugorje también los peregrinos comían pan y agua los miércoles y viernes, pero después, por otros muchos motivos, tengo la impresión de que hoy en día el ayuno de la Virgen lo cumple solo una minoría en el mundo. ¿Me equivoco, Marija?
Marija: Sí, esto es cierto. Al principio, aquí era muy severo, no se cocinaba nada en absoluto en esos días. Ahora en cambio no se es tan estricto. Pero la Virgen no ha dejado nunca de decir que debemos ayunar, al contrario, lo repite siempre y dice: “orad por mis intenciones y ayunad”. Y gracias a Dios, aquí llegan personas que hacen el ayuno a pan y agua pero sin decirlo. Sí, hay muchas personas que lo hacen. Los que han empezado un camino, lo hacen en la intimidad.
Te cuento que esta noche para la aparición, ha llegado un sacerdote joven recién ordenado cuya vocación la obtuvo en Medjugorje y yo decía bromeando: “este es otro joven guapo” y además había otro sacerdote muy alto y fuerte y yo decía: “se parecen a Marco Antonio”. La verdad es que era muy bonito verles allí con esa alegría, les hemos pedido su bendición y ha sido muy emotivo para todos, para ellos y para nosotros. Nuestra fe crece con estos sacerdotes que el Señor ha llamado a través del manto de la Virgen y que están a nuestro servicio. Porque son nuestros sacerdotes, ya no son de la familia sino que son nuestros, porque nuestra familia ya no es esa pequeña, pequeña, sino la familia de la Iglesia y cuando pienso en eso, me conmuevo.
P. Livio: Marija, te hago una última pregunta algo maliciosa.
Marija: Je, je, je (se ríe)
P. Livio: Pronto llegará el enviado del Papa, ¿estáis contentos?
Marija: Sí, muy contentos porque se hablará y estaremos juntos y eso para nosotros es una dicha inmensa. Además ya sabéis que este Papa sorprende siempre. ¿Sabéis en que día se supo?
P. Livio: Sí, el 11 de febrero
Marija: Y ¿qué se celebra el 11 de febrero?
P. Livio: Nuestra Señora de Lourdes
Marija: ¡La Virgen nos ofreció otro regalo!
P. Livio: De verdad.
Marija: Sí es una gracia. Lo estamos esperando con mucha alegría. No será responsable de nosotros, los videntes, como ya habréis oído. Será responsable de todos los fieles y peregrinos. Además hay una cosa preciosa: es un gran entusiasta de san Juan Pablo II. Y además ya se sabe que el papa san Juan Pablo II había dicho que si no fuera Papa, hubiera estado en Medjugorje confesando.
P. Livio: ¡Es verdad! Digamos que este es un don que nos ha dado la Virgen a través del Papa.
Marija: Sí, nosotros lo consideramos una gracia porque para nosotros es un bien muy grande y para Medjugorje significa que el Papa ha querido decir que no nos ha olvidado. Nosotros debemos alegrarnos, orar y alabar al Señor y esto lo hacemos de todo corazón. También le queremos dar una calurosa bienvenida ya que para nosotros será como un hermano mayor que podrá ayudarnos si nos hemos equivocado, con el corazón humilde para arreglar lo que se deba arreglar. Rezaremos más y siempre hay que convertirse más como dice la Virgen. También Jesús nos llama en este tiempo de Cuaresma. Por lo tanto, vamos hacia delante con las velas desplegadas como en la tempestad.
P.Livio: Con la esperanza.
Marija: Sí, con la esperanza que nos fortalece la oración, la fe y nos da también esta alegría que nosotros vivimos cada día durante la aparición cuando llega la Virgen.
P. Livio: ¿Os habéis acostumbrado a la Virgen?
Marija: No, no nos hemos acostumbrado a la Virgen. ¿Quién podría acostumbrarse al Paraíso? Hace unos días llegó la hermana del padre Slavko y también un sacerdote francés que viene desde hace ya mucho tiempo y quería saber de ese sacerdote de la familia porque tenía una tía que lo había conocido. La hermana del padre Slavko le dijo: “tengo muchas ganas de ir al Paraíso”, nosotros nos pusimos a reír y ella continuó: “al menos allí podremos conversar bien, porque aquí no nos entendemos”.
P. Livio: Bien Marija, te agradecemos mucho tu hermoso testimonio y deseamos a todos un buen camino de Cuaresma.
Marija: Gracias al buen Dios. Para mí es un placer decir a todos que, en estos días que nos estamos preparando para la Cuaresma, os invito a tomar papel y lápiz y a empezar a hacer pequeñas o grandes renuncias, a rezar con más frecuencia y veréis que el Señor estará cerca de vosotros y escuchará vuestras oraciones. Yo, como siempre, rezaré por vosotros, de modo especial por los enfermos, ancianos y afligidos. No estáis solos. Estamos juntos, rezamos juntos, creemos en la unidad de la fe, la unidad de la oración. Oremos juntos hasta que esta oración nos dé la fuerza que nos dice la Virgen.
Ahora nos uniremos en la oración.
Traducción del italiano a cargo del equipo de www.virgendemedjugorje.org
Fuente: Radio Maria Italia.