25 de septiembre de 2000

Nuevamente saludo a todos los que desean seguir los mensajes de María y deseo realmente que todos nosotros aprendamos todo lo que María quiere enseñarnos, es decir comprenderlo y aceptarlo. Pero primero debemos meditar nuevamente lo que Ella nos dijo en el mes de agosto. Este mensaje fue diferente ya que Ella da un resumen de Su presencia aquí en Medjugorje. En él nos dice que desea compartir su alegría con nosotros, e inclusive nos da las razones de su alegría – que muchas personas se han acercado a Ella – y que llevamos de una manera especial el Triunfo del Inmaculado Corazón en nuestros corazones. Nos agradece y con este amor nos alienta para que con la fuerza del Espíritu Santo trabajemos más para Dios y su Reino. También nos asegura que está con nosotros y nos bendice con su bendición maternal. Todos nosotros deseamos la felicidad y vivir con alegría porque hemos sido creados de manera que siempre anhelamos la felicidad. Por eso, para comprender lo que Ella nos quiere decir al expresar su alegría y al compartirla con nosotros, tenemos que tomar conciencia de lo que significa la alegría para Ella. Se refiere a la alegría del Evangelio de la que habla Jesús. Cuando estamos sufriendo, cuando nos va mal, inclusive si morimos por causa de Jesús, también deberíamos tener esa alegría porque nuestros nombres han sido escritos en el Cielo. Para poder aceptar esta alegría, y compartirla con María, debemos creer profundamente en la vida eterna – la vida eterna de alegría, de amor y de paz -. Y deberíamos ver toda nuestra vida a la luz de esta vida eterna. Debemos orar por esta gracia y creer profundamente en ella. Ocurre que fácilmente decimos "Sí, yo creo" pero al mismo tiempo no consideramos realmente la vida eterna. Y así, nos quedamos estancados en este tiempo y espacio y el alma del hombre se asfixia. Nosotros no podemos engañar a nuestra alma, es decir que no podemos llenar nuestra alma con otras cosas y esperar que permanezca en silencio, con alegría y en paz. Las alegrías de este mundo son cortas, vienen y se van, siempre buscamos más y más. La única respuesta es abrirse al amor eterno, a la alegría eterna y a la paz eterna. Otra de las condiciones es dejar de lado todo pecado y todo egoísmo, tal como María nos dijo en el mensaje del mes de julio. Es decir, debemos tomar distancia de nosotros mismos, de los celos, de la gula, de todos los malos hábitos y costumbres que tenemos, liberarnos de ellos, para poder aceptar esta alegría que María quiere compartir con nosotros.

Ser egoísta significa ser adicto a uno mismo, ser el centro de la propia vida. Las personas que son así, esperan que Dios y todos los que los rodean los sirvan, convirtiéndose ellos en la medida de todo. Cuando alguien vive así, no queda mucho lugar disponible, hasta que se entra en conflicto serio con Dios y con los demás porque ni Dios ni los demás desean ni pueden hacer exactamente lo que desea que hagan. Entonces el corazón está triste, agresivo, nervioso, vacío y siempre listo para juzgar, y así juzga a las personas. Generalmente, cuando decimos que una persona es mala o es una mala persona, deberíamos decir: soy egoísta y que por eso digo que es mala. Tenemos dos opciones, tomar la decisión de luchar contra nosotros mismos, contra nuestros malos hábitos y decidirnos por la otra persona, por Dios y por vivir en paz con Dios y con las demás personas, o luchar constantemente contra los demás y contra Dios, en cuyo caso estaríamos decidiéndonos por la lucha y la frialdad eterna del mal, por todo lo malo que nos rodea, por todas las heridas que recibimos. Aquellos que se deciden a luchar contra sus propios pecados y egoísmos, ya son parte del Triunfo del Inmaculado Corazón, y María ve que muchos se han decidido a hacerlo, y por eso Ella está muy feliz. Esperemos que todos los que escuchan y meditan este mensaje lleven diariamente este triunfo en sus corazones para que todos algún día alcancemos también el triunfo eterno. María nos agradece, lo que quiere decir que ve lo bueno que hay en nosotros y nos lo dice. También nos alienta a que con la fuerza del Espíritu Santo trabajemos más aún para Dios y su Reino. Para nosotros esto significa que cuando vemos lo bueno que hay en los demás y en nosotros mismos, y comenzamos a trabajar en ello, el bien tendrá un mayor lugar en todas partes y crecerá al trabajar más para Dios y para los demás. Siempre hay algo bueno en cada persona, por ello siempre existe la oportunidad de trabajar más aún para Dios y su Reino. Pero cuando nosotros sólo vemos lo malo, nos comportamos negativamente y nos alejamos de los demás, y nos alejamos del Creador de todas las cosas buenas. María no quiere que cerremos nuestros ojos a lo malo, sino que abramos los ojos a lo bueno y que nos decidamos realmente por lo bueno. Solo así entraremos en el Tercer Milenio con Jesús y María. Nunca debemos cansarnos de luchar contra todo lo malo y a favor de todo lo bueno porque todos somos hijos de María y al mismo tiempo estamos en la escuela de María. María es LA mujer de quien Dios, después del primer pecado, dijo que será la que conducirá la lucha contra la serpiente, contra el mal, y es por ello que nosotros debemos también, con la fuerza del Espíritu Santo, decidirnos por el bien y luchar incansablemente a favor del bien. María esta con nosotros y sin su presencia especial aquí no podríamos explicar Medjugorje, sin su intercesión y sus oraciones Medjugorje seria totalmente imposible de entender. A través de su presencia especial aquí, Medjugorje se ha convertido en un gran don para nosotros y para todo el mundo, y a través de este don, Dios quiere prepararnos para el Tercer Milenio. Luego Ella nos da su bendición maternal, es decir, Ella misma, como nuestra Madre, como nuestra Maestra y como nuestra Intercesora nos da una bendición, y quiere bendecirnos no sólo a través de una expresión, sino que también nosotros seamos una bendición para los demás.

En este momento, Vicka esta aquí y es la que más habla con los peregrinos. También están aquí Mirjana y Jakov. Ivanka ha empezado a encontrarse con los peregrinos nuevamente después de tantos años de silencio. Ella había tomado la decisión de retirarse en Mayo de 1985, pero ahora lentamente ha comenzado a dar su testimonio a los peregrinos. Marija se encuentra en Italia junto con su familia e Ivan está en los Estados Unidos con la suya.

Durante este mes vino una enorme cantidad de peregrinos. En este momento hay alrededor de 800 peregrinos de habla hispana que han venido a la 4ª Conferencia de Centros de Paz de habla hispana con representantes de unos 20 países. La Conferencia comenzó el 23 de septiembre y terminó el 26 de septiembre. Los padres franciscanos y algunos de los videntes dieron unas charlas. Todas estas personas dan un maravilloso testimonio de su trabajo. Luis Siman está a cargo de todo. Él comenzó este camino con María hacia Jesús en Medjugorje, y desde entonces sigue trabajando. En este momento también hay unos 700 peregrinos provenientes de la República Checa, también de Eslovaquia, Rumania, Rusia, muchos de Italia, muchos peregrinos de habla inglesa y también grupos del Líbano, Brasil, Corea y Australia. Podemos decir realmente que Medjugorje está lleno de peregrinos, el ambiente es realmente bueno y todos estamos muy agradecidos a Dios por lo que todas estas personas están recibiendo de Él, con la intercesión de María.

HOY LOS INVITO A ABRIRSE A LA ORACIÓN. QUE LA ORACIÓN SE CONVIERTA EN GOZO PARA USTEDES.

Ya estamos acostumbrados a este tipo de invitaciones referidas a la oración porque son muy frecuentes. Podemos decir, una vez más, que la oración se puede convertir en gozo con una condición: que tengamos en nuestros corazones un verdadero amor a Dios. Es por ello que es muy importante que no nos olvidemos de orar con María el día 2 de cada mes, y también todos los días para experimentar el amor de Dios. Nosotros sabemos que cuando nos encontramos con alguien que nos ama y a quien nosotros también amamos, nuestro corazón se abre y esto nos trae alegría. Lo mismo ocurre cuando estamos sufriendo, porque cuando una persona a quien amamos nos visita, nuestro corazón se llena de gozo. Esto debe ser así, más aun cuando se trata de Dios. Dios nos ama inmensamente e incansablemente. Cuando Él nos visita se produce un verdadero gozo en nuestros corazones y es triste cuando no experimentamos este gozo. Dios nos ama infinitamente e incansablemente y por ello cada oración debería convertirse en gozo. Es verdad que muchos cristianos no han experimentado este gozo y por eso no oran u oran muy poco y rápido. Esa oración nunca podrá traernos alegría porque para que se produzca un verdadero encuentro, uno necesita tiempo. No debemos esperar recibir este gozo para empezar a orar, sino que debemos comenzar inmediatamente a orar y pronto el amor de Dios estará presente y a través de Él también el gozo.

RENUEVEN LA ORACION EN SUS FAMILIAS

Esto significa que cada una de las personas de una familia debería orar, y aún cuando nadie más se decida a orar, cada uno de nosotros puede orar solo. Este es el principio de toda oración. Podemos no esperar a los demás y comenzar a orar nosotros mismos. En la escuela de María cada uno decide por sí mismo, y cuando esto se convierte en un hábito, se puede seguir con el próximo paso que es la oración en comunidad. Del mismo modo, el primer grupo de oración es el que se crea en la familia. Esto sucede cuando los padres oran con los hijos y los hijos oran con los padres. Al escuchar este mensaje de septiembre, automáticamente pensamos en el mes de octubre que es el mes de María y también el mes del Rosario. Pero aquí en Medjugorje cada día es el día de María y cada mes es también el mes de María y ha sido así desde hace 19 años y 3 meses, porque hemos estado rezando los tres Rosarios en la Iglesia para que todo nuestro tiempo se convierta en el tiempo de María. Es importante que esta oración entre en las familias y espero que todos los peregrinos empiecen nuevamente a organizar la oración en sus familias. La oración por la paz, el amor y la reconciliación dentro de la familia es absolutamente necesaria. Si la familia quiere ser una verdadera familia cristiana, rezará junta el Rosario y también leerá las Sagradas Escrituras. ¡Qué hermoso es cuando una familia unida experimenta el amor de Dios y también comprende las palabras de Dios! Sin la oración en familia, los hijos nunca podrán crecer en la fe, y esta es la gran responsabilidad de los padres de encontrar el lugar correcto para la oración en familia. Todos sabemos cuán difícil puede ser crear este tiempo, y todos conocemos perfectamente las excusas. El trabajo de los padres, la agitación constante y más aún la televisión, y todas esas otras excusas no son una razón válida para no dedicar un tiempo a la oración. Existe en verdad una sola razón por la que uno no ora en familia, y es la falta de amor a Dios y la falta de fe en los corazones. Demos gracias a Dios por todas las familias que han comenzado nuevamente a orar juntas justamente por la presencia de María y sus mensajes aquí en Medjugorje. La oración debe ser parte de todas las familias que desean ser familias cristianas. Si solamente la Misa del domingo es considerada como oración en familia, está bien, pero lejos, muy lejos de ser suficiente. Muchos cristianos van a la Santa Misa los domingos y aún allí no oran, para ellos asistir a Misa se convierte en un simple hábito que por supuesto no es malo, es bueno, pero nunca traerá frutos porque uno puede y debe prepararse para la Santa Misa con la oración. Por eso, oremos todos para que las familias se llenen del amor de Dios, para que todos vuelvan a orar dentro de sus familias. Las familias con hijos pequeños pueden orar inclusive cuando los pequeños aún no son capaces de sentarse quietos durante todo un Rosario, pero sí pueden hacerlo por un rato. Uno puede esperar que estén quietos por un rato, pero luego hay que dejarlos que jueguen con algo, siempre que sean conscientes de que uno está orando o leyendo las Sagradas Escrituras. Esta experiencia es muy importante para los hijos más pequeños y nunca debemos decir que los niños pequeños no entienden, porque ellos entienden muy, pero muy bien cuando sus padres y hermanos mayores están juntos en paz y en oración. Por eso hay que empezar a orar y así el resto de la familia eventualmente se abrirá a la oración. María también nos dice…

FORMEN GRUPOS DE ORACION

Nuestro primer grupo de oración, al que nosotros hoy llamamos el grupo de Ivan, y en el que participan ocasionalmente los demás videntes, se creo el 4 de julio de 1982. También está el grupo de Jelena que María pidió y dirigió a través de las locuciones interiores a Jelena. El grupo de Ivan se reúne dos veces al mes en la colina, pero también se reúne ocasionalmente en la Oficina Parroquial, y actualmente continúa reuniéndose cada martes por la noche. Sin lugar a dudas estos dos grupos sirvieron de modelo para muchos peregrinos en sus hogares. De esta forma, ellos comprendieron el significado de la invitación de María, y hoy sabemos que este ejemplo es seguido en todo el mundo porque los peregrinos de Medjugorje son los que más frecuentemente crean estos grupos. Es muy importante que uno empiece, conocemos muchos grupos que simplemente empezaron con el rezo del Rosario, otros han organizado adoraciones, y en algunos casos han entrado en otras parroquias donde han logrado que otros organicen adoraciones nuevamente donde, con el transcurso de los años, por causas desconocidas, habían dejado de hacerlas. De estos grupos surgieron muchos frutos, como ser llamados al sacerdocio y otros carismas. De hecho es muy fácil formar un grupo de oración, la clave es que una persona se decida a orar y luego busque a otra persona para que se le una. Siempre digo que nunca debemos decir que los demás no quieren orar, sino que cuando nos decidimos a formar un grupo de oración, debemos preguntar alrededor nuestro y ver si los demás quieren unirse a nosotros en esta decisión. Si resulta que los que tienen salud entre nosotros no quieren reunirse para orar, entonces debemos volcarnos a los ancianos o a los enfermos y preguntarles si nos permiten visitarlos quizás una vez por semana para rezar el Rosario con ellos. Seguramente los ancianos y los enfermos estarán muy contentos de tener una visita así y quizás pidan que lo hagamos todos los días. Jesús dice que "cuando dos o tres se reúnen en Mi Nombre, allí estoy Yo entre ellos". Hoy muchos grupos de oración basados en los mensajes de Medjugorje están formando en el mundo entero como una cadena, y con María oramos para que el plan que Dios le encomendó se haga realidad, y especialmente que la paz llegue a todos esos corazones y a través de ellos la paz finalmente llegue el mundo entero, porque sin la oración, esto nunca va a suceder. Luego María dice…

Y ASÍ, EXPERIMENTARÁN EL GOZO EN LA ORACIÓN Y COMUNIÓN.

Ciertamente, la oración, entre otras cosas, es básicamente un idioma y como ocurre con todo idioma, uno sólo lo aprende cuando lo practica con los demás. Por eso, es importante no solamente rezar el Rosario y leer las Sagradas Escrituras en los grupos de oración, sino también hablar abiertamente sobre nuestras experiencias con Dios en nuestras oraciones. Una vez que se ha construido esta confianza, cuando se puede hablar libremente sobre lo que sucede en nuestros corazones, entonces se producirá ese gozo y comunión. Y en ese tipo de ambientes, los carismas tendrán la oportunidad de crecer. Los grupos de oración son necesarios para aprender a orar, pero también como un seguro de que permaneceremos en el camino correcto. También es importante contar con la presencia de un Sacerdote o que por lo menos escuche ocasionalmente lo que hace el grupo, para que las personas y todo el grupo tengan la protección necesaria de una autoridad de la Iglesia, para que permanezca en el camino correcto. Es por ello que María dice…

TODOS LOS QUE ORAN Y SON MIEMBROS DE GRUPOS DE ORACIÓN, ESTÁN ABIERTOS A LA VOLUNTAD DE DIOS EN EL CORAZÓN Y TESTIMONIAN GOZOSAMENTE EL AMOR DE DIOS.

Con este intercambio de experiencias podremos comprender cómo los demás se abren a la voluntad de Dios, y de esa forma ellos también comprenderán más fácilmente cual es la voluntad de Dios para ellos. Es interesante que todos podemos ver y entender fácilmente cual es la voluntad de Dios para los demás, y no cuál es la voluntad de Dios para nosotros. Ellos nos pueden ayudar a través de sus propias experiencias. De esta forma nuestra fe puede crecer, como así también nuestra confianza en Dios, en su Voluntad, y también en los demás. Muchas veces sucede que las personas tienen miedo o desconfían de la voluntad de Dios, y consciente o inconscientemente hacen a Dios responsable de sus problemas o fracasos, o cuando sufren, dicen que es la voluntad de Dios. Siempre tenemos que tener en claro que Dios sólo quiere que seamos felices y que tengamos paz, y que eventualmente todo se transformará para bien. Hablar sobre esto con los demás significa estar más seguros y abrirnos más fácilmente a la voluntad de Dios. Cuando somos tocados de esta forma por el amor de Dios, inmediatamente testimoniamos gozosamente el amor de Dios. Este testimonio, que Jesús espera de todos los cristianos al decir que nosotros somos la sal y la luz del mundo, sólo puede darse cuando hemos recibido primero esa sal y esa luz de Él. Sólo nos convertiremos en sal del mundo cuando primero recibamos este amor de Jesús. Una vez que llevamos el amor de Dios en nuestros corazones, nada ni nadie podrá impedir que testimoniemos el amor de Dios a los demás con alegría, especialmente en el mundo de hoy en donde tantas personas se han perdido, viven en la tristeza, viven en la confusión, porque están lejos de experimentar el amor de Dios. Medjugorje ha ayudado a muchas personas de manera concreta a testimoniar gozosamente el amor de Dios, y todos debemos estar muy agradecidos por ello. Cada vez vienen mas personas aquí, porque una vez que las personas sienten que algo real ocurre en algún lugar, fácilmente se transforman en peregrinos, en personas que buscan a Dios, en personas que tienen carismas especiales o en lugares donde Dios se ha manifestado de manera especial. Sólo el amor de Dios, que encuentra un lugar en las personas, salvará al mundo. Este amor, tal como dice San Pablo, que tiene coraje y es creativo, mostrará a las personas que lo llevan cómo pueden ayudar a este mundo y a las personas que aún deben experimentar el amor de Dios. Esto es la intención de María, y el objetivo verdadero de sus apariciones aquí en Medjugorje. María nuevamente dice…

YO ESTOY CON USTEDES Y LOS LLEVO EN MI CORAZÓN

… Ya hemos meditado sobre esto. Insisto brevemente, que uno no puede explicar Medjugorje sin aceptar la presencia de María aquí, ya hemos meditado sobre ello…

Y LOS BENDIGO CON MI BENDICIÓN MATERNAL.

Todo lo que hace María, todas sus actividades como nuestra Madre y Maestra, son una bendición para nosotros. Ella es en todos sus aspectos una verdadera bendición para nosotros, esto no quiere decir que Ella sólo nos repita una expresión. Debemos aprender y con nuestra conversión y nuestra nueva conducta convertirnos en una verdadera bendición para todos los que nos rodean. Porque al fin y al cabo, es una verdadera bendición encontrarse con otros buenos cristianos y ayudarse mutuamente en el caminar de la vida. Cuando María dice que nos lleva a todos en su Corazón, nos expresa especialmente su amor y aceptación de nosotros. Cuando a nivel humano decimos que alguien está en nuestro corazón o está encerrado en nuestro corazón, y como dice una canción, ha perdido la llave del corazón, quiere decir la misma cosa: que vas a permanecer para siempre en mi corazón. No se puede decir mucho al respecto, simplemente debemos aceptarlo, alegrarnos por ello, y creer que María nos lleva a todos nosotros en su Corazón y nosotros debemos hacer todo lo posible para poder permanecer en él. Seguramente, María también nos diría que ha perdido la llave de su Corazón, que permaneceremos para siempre allí, porque como nuestra Madre, siempre nos va a amar a pesar de que momentáneamente, por algún motivo, seamos débiles y orgullosos, nos alejemos un poco de Ella. Siempre va a estar muy cerca de nosotros. Entonces todos debemos dar muchas gracias por todo lo que Ella es para nosotros, por todo lo que nos dice, por todo lo que hace por nosotros, y por todo ello oramos…

Dios, Padre nuestro, en nombre de tu Hijo Jesús que oró y enseñó a sus Apóstoles a orar, te pedimos junto con María, tu más humilde Sierva y nuestra poderosa Intercesora, que llenes nuestros corazones de amor para que podamos abrir nuestros corazones a la oración y así la oración se convierta en un encuentro gozoso contigo. Padre, te pedimos en nombre de tu Hijo Jesús y con María, enséñanos a orar, enseña a nuestros padres a orar, enseña a nuestras familias a orar, enseña a los grupos de oración a orar, para que así nosotros, los que oramos, podamos experimentar que somos tus hijos; para que en comunión experimentemos el gozo de ser hermanos y hermanas; para que nos encontremos contigo, Padre nuestro, en la oración: para que podamos experimentar que Tú eres nuestro Padre, y para que nos encontremos con todos los demás como hermanos y hermanas y de esa forma, en comunión, experimentemos esa familia que somos. Oh, Padre, revela a través de tu Espíritu Santo a todos tus hijos, tu santa Voluntad para que todos testimoniemos gozosamente tu Amor en este mundo. Te pedimos por todos los bautizados que no oran más y por aquellos que oran pero no tienen un encuentro contigo ni con los demás, para que abran sus corazones a tu Amor. Te pedimos, oh, Padre, que liberes a este mundo, que liberes a todas las personas, a todas las familias de todo mal, y otorga al mundo entero tu Paz. María, gracias por tu presencia aquí en Medjugorje, te damos gracias por tu bendición maternal, y especialmente te damos gracias por llevarnos a cada uno como Madre en tu Inmaculado Corazón. Bendícenos, oh, María, a cada uno de nosotros, a cada familia y a cada grupo de oración y al mundo entero. Ayúdanos y enséñanos, para que podamos junto a Ti, permanecer en el camino correcto hasta nuestro encuentro con Jesús; de esta forma prepara a cada uno de nosotros para entrar en el Tercer Milenio contigo y con tu Hijo Jesús, y para permanecer constantemente junto a Ti a fin de dar testimonio a los demás del amor de Dios. Te pedimos por todos los que en este momento sufren, no tienen alegría, están solos y en consecuencia cierran su corazón a Dios, a su Amor y al amor de los demás. Abre los corazones de todos los que no creen, oh María, para que ellos también experimenten que están en tu Corazón, para que ellos también permanezcan en el camino correcto junto a Ti, hacia Jesús, en la eternidad. Que así sea, Amen.

Fra Slavko Barbaric, OFM
Medjugorje; 27 de septiembre, 2000

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