Mis más cordiales saludos a todos los que leerán esta reflexión. Quisiera recordarles el último mensaje del 25 de marzo de 1997. Nuestra Señora nos llamó a tomar la cruz y meditar en las llagas de Jesús y pedir la curación de nuestras heridas causadas por nuestros pecados y los pecados de nuestros padres. Ella nos pidió orar por la sanación de nuestra fe y convertirnos en auténticos apóstoles de la fe. Este es un muy buen consejo para todos nosotros, a fin de aprender cómo tratar con nuestras propias heridas causadas por nuestros pecados y los pecados de otros. Ella no nos pide que analicemos la situación sicológicamente, nos pide que tomemos la cruz y descubramos las llagas del amor de Jesús y que, a través de Su amor, seamos capaces de perdonar. El perdón es sanación. Cuando perdonamos podemos amar de nuevo. Si amamos, seremos de nuevo "activos". Espero que todos nosotros y que cada una de nuestras familias hayamos escuchado el mensaje de Nuestra Señora; que durante la Cuaresma y ahora, en este tiempo después de la Pascua, continuemos tomando la cruz y meditemos en las llagas de Jesús y pidamos esta sanación. Pido una vez más y oro para que el Señor, a través de Sus llagas, sane la fe y nos dé la gracia de llegar a ser auténticos apóstoles de la fe. Si escuchamos a Nuestra Señora veremos y experimentaremos cuán maravilloso es este consejo que Ella nos da.
Después de Pascua, ha habido más y más peregrinos. En este momento, hay muchos peregrinos polacos, franceses e italianos, que son los que vienen más a menudo. Hay peregrinos de habla inglesa y alemana, peregrinos de Eslovaquia, Hungría y Corea, que vienen también cada vez más frecuentemente. Continuamente están llegando más y más grupos de peregrinos. Si comparamos Medjugorje actualmente, es como hace diez años, en 1987, cuando más y más peregrinos comenzaron a venir. En este tiempo, hay muchos sacerdotes visitantes y varios obispos. Vino un Obispo de Kiev y esperamos a otros obispos más. Mientras tanto, muchas personas han preguntado, " Por qué el Papa no mencionó Medjugorje?" No sabemos por qué. Sin embargo, es bueno decir que -aún cuando él no haya mencionado Medjugorje- por lo que dijo, resulta claro que estaba pensando en Medjugorje, especialmente durante la audiencia general, el miércoles posterior a su visita. El dijo: " que en Bosnia-Hercegovina, incluso durante la guerra, no cesaron de ir los peregrinos." Resulta claro que no hay otro lugar en Bosnia-Hercegovina a donde vayan peregrinos excepto Medjugorje. Su visita fue un gran acontecimiento para todos nosotros. Oramos y los invito a orar para que las "semillas" que él plantó puedan crecer y dar "fruto".
En este momento, Jakov es el único vidente que está en casa, en Medjugorje. Vicka está en Zagreb con su madre, que está enferma. Marija está en Italia. Ivan está en Estados Unidos y esperamos que retorne a Medjugorje a fines de mes. Según sabemos, los videntes siguen recibiendo los mensajes de Nuestra Señora dondequiera que estén. Este mes se cumplen 15 años y 10 meses desde el comienzo de las apariciones. Debemos estar conscientes de que no sabemos cuánto tiempo más Nuestra Señora continuará apareciéndose de esta manera, pero eso tampoco debe preocuparnos. Nuestra preocupación debe ser tratar de vivir lo que Ella nos dice y tratar de hacer lo que nos pide.
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Primeramente, durante este tiempo después de Pascua, Nuestra Señora nos invita en el mensaje a estar unidos a Dios el Creador:
HOY LOS INVITO A QUE SUS VIDAS ESTEN UNIDAS A DIOS EL CREADOR
Esta unión con Dios el Creador es una condición para que encontremos el sentido de la vida y comprendamos que Dios es amor. Es cierto que en estos tiempos, mucha gente sufre debido a esa "pérdida del sentido de la vida" y especialmente la gente joven. Es fácil entender por qué, cuando estamos aislados de Dios no podemos tener ni encontrar el sentido de la vida. Nuestra Señora continúa en Su mensaje acerca de esto cuando dice:
PORQUE SOLO ASI SU VIDA TENDRA SENTIDO Y USTEDES COMPRENDERAN QUE DIOS ES AMOR
Dios es fundamental para nuestra vida, El es el Creador. El es el Camino, la Verdad, la Vida y El es la Luz. Cuando perdemos este contacto con El, perdemos la Vida, la Verdad, el Camino y la Luz. Bajo tales circunstancias, no podemos tener ni descubrir el sentido de la vida. Al mismo tiempo, si no estamos unidos a Dios, cómo podemos entender Su amor? Cuando estamos en la oscuridad, cuando estamos en la muerte del pecado, no podemos ver la Luz ni tener la Vida. Cuando tenemos odio, no podemos ver el Amor. A fin de que tengamos la condición para la paz, el sentido de la vida, debemos estar unidos a Dios. En este momento, debemos preguntarnos, Qué es realmente lo que nos aisla o nos desconecta de Dios?
Del siguiente al último renglón de Su mensaje, Nuestra Señora nos dice que abandonemos el pecado. El pecado es la realidad que está causando nuestro aislamiento o desconexión de Dios. Es bueno recordar que, en el idioma alemán, la palabra que se usa para "pecado" es "Sünde". Proviene de la palabra "absondern", que significa "aislar". Podemos reconocer el pecado justamente de acuerdo a este aislamiento. Cuando decimos algo malo a alguien, sucede que ya no podemos mirar a los ojos a dicha persona, no podemos darle la mano, evitamos a esa persona–nos hemos "aislado". Para salir de este aislamiento debemos perdonar y ser perdonados. Si aceptamos la responsabilidad del pecado, entonces caemos en la cuenta de qué es lo que nos aisla, que nos desconecta de Dios. El primer pecado que nos aisla de Dios es la soberbia. La soberbia significa en sí misma: " Quién eres tú para decirme esto?" La soberbia causó el primer pecado, el pecado original. Dios dijo a Adán y Eva, "No toquen ese árbol." Al final, ellos se preguntaron: " Quién es Dios para prohibirnos comer del árbol?" Eso fue lo que Satanás les dijo. Ellos aceptaron ese cuestionamiento de Satanás y comieron del árbol. Este es el significado más profundo de cuándo comenzó la soberbia. Nosotros seguimos esas mismas líneas, cuando preguntamos: " Quién eres tú, Dios, para pedirme que ore, que ayune, que perdone o que ame?" Esta es la expresión más profunda de la soberbia. Ese cuestionamiento a Dios está causando las heridas más hondas en el corazón de cada uno de nosotros. Eso mismo sucede con los padres, cuando los hijos les preguntan: " Quién eres tú para decirme que haga esto o aquello?" Es así como cada madre y cada padre puede entender lo que está causando el pecado de soberbia. Cuando estamos llenos de soberbia, cuestionando a Dios: " Quién eres tú para decirme esto o aquello?", nos hacemos como dioses y aceptamos únicamente que nos digan algo aquellos a quienes vemos como iguales. De este modo, cambiamos al Creador por la criatura. Escuchando a la criatura, rechazamos al Creador. En ese momento, comienza la destrucción de nuestra vida, de nuestras familias y del mundo. Debemos recordar lo que nos dicen los Diez Mandamientos. Uno de ellos nos pide que respetemos a nuestros padres; sin embargo, cuando los hijos cuestionan: " Quién eres tú Dios, para decirme esto respecto a mis padres?", es una forma de soberbia. Otro ejemplo más podemos verlo cuando se nos dice "No matarás" y nosotros atestiguamos el asesinato de no nacidos, vemos que otros se matan a sí mismos a través de las drogas y el alcohol o leemos acerca de la violencia cometida contra los demás–con ello, alguien está cuestionando: " Quién eres tú Dios, para decirnos "no matarás"?" Los que se inician en la vida sexual, están preguntando a Dios: " Quién eres tú Dios, para darnos esta orden?" El elemento principal que nos aisla de Dios es nuestra soberbia y de ahí surgen otros pecados–envidia, celos, dependencia a las drogas y al alcohol y al materialismo. Caemos entonces en un desorden total y absoluto.
No es bueno que nosotros, como seres humanos, estemos desconectados, aislados o apartados de Dios. Por esta razón, Nuestra Señora nos dice que abandonemos el pecado, que superemos el pecado y todas las consecuencias del mismo y que estemos abiertos a Dios que quiere ayudarnos. En muchos mensajes, Nuestra Señora nos pide que abramos nuestro corazón y permitamos a Dios que ocupe el primer lugar en nuestra vida. Realmente no debemos tener miedo de Dios. El quiere servirnos. Cuando dice, "Yo soy el pan de vida," quiere nutrir nuestra alma. Cuando dice, "Yo soy el Camino, Yo soy el Buen Pastor"–todo lo que dice, El quiere y desea servirnos. De este modo, por supuesto, entendemos cómo Dios es amor y encontramos el sentido de la vida. María es nuestra Madre. Ella nos conoce y ve nuestra situación. Por esta razón, nos dice:
DIOS ME ENVIA A USTEDES POR AMOR PARA QUE PUEDA AYUDARLOS A COMPRENDER QUE SIN EL NO HAY FUTURO NI GOZO Y, SOBRE TODO, NO HAY SALVACION ETERNA
Esto es lo que debemos realmente tratar de entender–que sin Dios, no tenemos futuro. Es lo mismo que si Nuestra Señora nos dijera: "sin Dios, no pueden tener la Luz, vivirán en la oscuridad." "Sin Dios, que es la Vida, estarán muertos." Es lo mismo que si dijera: "Dios es gozo, sin El, vivirán en la tristeza." En este punto, encontramos el problema más grave de nuestro tiempo, probablemente en todo tiempo para cualquier persona. En nuestra soberbia, tratamos de construir nuestro futuro, obtener nuestro gozo sin Dios. Es el error fundamental. En este momento, sólo podemos decir: "Señor, Te damos gracias por enviarnos a Nuestra Señora, a nuestra Madre María, la Reina de la Paz." Y es que mucha gente ha encontrado el amor, la paz y el sentido de la vida a través de Ella. Mucha gente ha abandonado el pecado y ha encontrado el camino verdadero para su futuro y ha abierto su corazón al gozo que proviene de Dios. De igual modo, mucha gente se está abriendo a esforzarse por la salvación eterna. En una ocasión, el Papa dijo, "Medjugorje ha ayudado a mucha gente a experimentar las realidades ‘sobrenaturales’." Es exactamente lo que Nuestra Señora trata de enseñarnos y ayudarnos a comprender. De nuevo Nuestra Señora nos invita:
HIJITOS, LOS INVITO A ABANDONAR EL PECADO Y ACEPTAR LA ORACION EN TODO TIEMPO, A FIN DE QUE EN LA ORACION LLEGUEN A CONOCER EL SENTIDO DE SU VIDA
La oración es un encuentro con Dios. Encontrándonos con El, descubriremos el sentido de nuestra vida, por qué existimos o cuál es nuestra tarea. Entenderemos por qué debemos amar, cuál es el sentido del sufrimiento, por qué necesitamos perdonar y por qué debemos dar a otros y aceptarlos como son. Estaremos, a través de la oración, en Dios y Dios estará dentro de nosotros y seremos testigos de Su presencia y Su amor. Sólo cuando oramos, podemos llegar a comprender que debemos esforzarnos y mirar hacia la salvación eterna. Cuántas veces nos ha dicho Jesús en el Evangelio, " De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?" San Pablo dice, "el sufrimiento de esta vida no puede compararse a lo que Dios tiene reservado a aquellos que le aman." Cuántas veces encontramos en la Biblia, que esta vida es pasajera. Debemos ser "libres" en este mundo y, en esa "libertad", debemos amar y mirar hacia la salvación eterna. Es algo terrible ser condenados a la "ausencia eterna de Dios y Su amor." Sabemos que el fin existe y que la salvación significa estar en el paraíso por siempre con Dios en el amor y la paz o estar alejados de Dios en un aislamiento eterno. Sólo podemos pedirle a Dios que nos revele este amor y nos dé la gracia de ver continuamente que lo que hacemos es por la salvación eterna de nuestras almas. Al final de este mensaje, Nuestra Señora nos dice:
DIOS SE DA A QUIEN LO BUSCA
Con esta aseveración, Ella toca de nuevo el problema más profundo de nuestra relación con Dios. Dios se da a Sí mismo, El lo dio todo, incluso a Su propio Hijo Jesús para salvarnos. El es rico en paz, en amor, en perdón, en misericordia. El problema es– Lo buscamos o no Lo buscamos? Para nosotros, es importante preguntarnos una vez más, Qué es lo que nos impide buscar a Dios? La respuesta puede ser muy simple–nuestras falsas esperanzas nos impiden buscar a Dios. El hecho de que estemos escuchando a falsos profetas nos impide buscar a Dios. Al escuchar a tales profetas, nuestras pasiones, nuestras ataduras al materialismo, nuestros malos hábitos y nuestros pecados se convierten en los muchos obstáculos que ciegan nuestros ojos cada día, impidiéndonos buscar a Dios. La gracia más grande que Dios da a las personas que vienen a Medjugorje es la de comenzar a buscarLo. Todo aquel que comienza a orar, ayunar, ir a Misa, acudir a los sacramentos, ha sido movido a buscar a Dios. Todos los que Lo buscan, Lo encontrarán. Debemos ser pacientes en buscar y encontrar a Dios. Corremos el peligro constante de ser como el niño que quiere todo lo que pide inmediatamente. También podemos ser tan malcriados, como para ser incapaces de esperar el tiempo de Dios. Cuando nos volvemos impacientes y no estamos dispuestos a esperar el tiempo de Dios, podemos comenzar a tener problemas con nuestra oración. Si Dios no responde en nuestro momento y cuando pensamos que debe respondernos, dejamos de orar. La gracia más grande que podemos recibir y la cual debemos pedir, es la de buscarLo en los tiempos buenos y también cuando sintamos o no el amor de Dios o Su presencia. En uno de los mensajes en que nos enseña a orar, Nuestra Señora nos dice: "Busquen a Dios no según sus necesidades, sino de acuerdo a Su amor." Esta conversión en la oración significa que, si buscamos a Dios sólo cuando Lo necesitamos, esto no es suficiente. Nos cansamos de orar y nos cansamos de Dios. Muy a menudo, no recibimos lo que pedimos en el lapso que queremos y por tanto, nos cansamos y comenzamos a pensar que Dios no nos ama. Cuando comencemos a buscar a Dios a causa de Su amor, jamás nos cansaremos y querremos buscarLo más y más. Esta es la lógica del amor. Cuando amamos, buscamos a quienes amamos y nunca nos cansamos de buscarlos. Dios nos promete el amor auténtico, la paz auténtica, la vida auténtica y la luz auténtica. A través de María, Dios nos está llamando porque Ella es la auténtica Profeta y Reina de los Profetas. En este mundo, hay muchos falsos profetas. Si se nos hacen promesas para una vida mejor, sin cambiar nuestra vida con y en Dios, esto puede considerarse como de un falso profeta. También podemos ser falsos profetas para nosotros mismos, para nuestros hijos– y los maestros para los estudiantes y las esposas para los esposos. Cuando tratamos de que las cosas ‘vayan bien’, sin tratar de ‘hacer el bien’, esto puede ser un problema. Si oramos, si buscamos a Dios, El se revelará a nosotros. Que estas palabras nos conforten y nos consuelen
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Ahora Oremos
Señor, Te damos gracias por ser nuestro Creador. Te damos gracias por el grandioso don de la vida. Te pedimos ahora que nos des la gracia de estar unidos a Ti y que nos liberes de todo lo que nos desune de Ti. Te pedimos que nos reveles Tu voluntad y el sentido de nuestra vida. Danos la gracia de entender Tu amor. Te damos gracias, oh Señor, por enviarnos a la Madre de Tu Hijo y por toda la ayuda que nos das a través de Ella. Danos la gracia de entender que no tenemos futuro sin Ti. Tú lo eres todo para nosotros. Oh Señor, Te pedimos la gracia y la fortaleza interior para superar cualquier pecado y liberarnos de la soberbia, los celos, la envidia, de cualquier dependencia a este mundo. Libéranos del odio, del miedo y de las agresiones, de cualquier sentimiento negativo. Danos la gracia de orar y de buscarte en la oración. Te presentamos a todos los que han perdido el sentido de la vida, que puedan decidirse por la oración, a fin de encontrar el sentido de la vida en Ti y sólo en Ti. Pedimos por todos los que están enfermos para que puedan descubrir el sentido de sus enfermedades y cruces. Dales, oh Señor, esta gracia. Te pedimos ahora que quienes estén llenos de dolor Te busquen y Te encuentren en el gozo. Que quienes vivan en el odio, Te busquen y Te encuentren en el amor. Que quienes estén en la ‘muerte’, Te busquen y Te encuentren como la vida. Que quienes han perdido la esperanza, Te busquen y Te encuentren en la esperanza. Que quienes estén heridos, Te busquen y Te encuentren para pedirte que sanes sus heridas. Que todos los que están en conflicto, Te busquen como el Dios de la Paz para reconciliarse a través Tuyo. Oh Señor, por intercesión de nuestra Madre María, danos Tu paz, danos la gracia de que podamos abrirnos para recibirte tal como Tú te nos das a Ti mismo. Te damos gracias por Tu amor y bendícenos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Fra. Slavko, Medjugorje,
San Marino (Italia), Abril 28 de 1997