Queridos hijos, hoy, cuando el cielo está de manera especial cerca de vosotros, os invito a la oración, para que a través de la oración pongáis a Dios en primer lugar. Hijos míos, hoy estoy cerca de vosotros y os bendigo a cada uno con mi bendición maternal, para que tengáis fuerza y amor para todas las personas que encontréis en vuestra vida terrena y que podáis dar el amor de Dios. Me regocijo con vosotros y deseo deciros que vuestro hermano Slavko ha nacido al Cielo y que intercede por vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada.