Queridos hijos, no busquéis vanamente la paz y el bienestar en cosas y lugares equivocados. No dejéis que vuestros corazones se endurezcan amando la vanidad. Invocad el nombre de mi Hijo. Recibidlo en el corazón. Solo en el Nombre de mi Hijo experimentaréis el verdadero bienestar y la verdadera paz del corazón. Solamente así conoceréis el amor de Dios y lo difundiréis. Os invito a que os volváis mis apóstoles.