Queridos hijos, vosotros no sois conscientes de los mensajes que Dios os envía a través de mí. Él está derramando grandes gracias y vosotros no lo comprendéis. Orad al Espíritu Santo para que os ilumine. Si supierais cuántas gracias os concede Dios, oraríais sin parar. Gracias por haber respondido a mi llamada.