Queridos hijos, esta parroquia que he elegido es una parroquia especial y se distingue de las otras. Concedo grandes gracias a todos los que oráis con el corazón. Queridos hijos, yo doy los mensajes primero para los fieles de la parroquia y luego para todos los demás. Vosotros debéis ser los primeros en aceptar los mensajes y luego el resto. Vosotros seréis responsables ante mí y ante mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamada.