Queridos hijos, nuevamente os invito a la oración con el corazón. Hijos queridos, que la oración se vuelva para vosotros el alimento de cada día, especialmente ahora que el trabajo en el campo os absorbe tanto y no podéis orar con el corazón. Orad y superaréis todo cansancio. La oración será para vosotros alegría y descanso. Gracias por haber respondido a mi llamada.