Queridos hijos, hoy os invito a que en esta semana viváis estas palabras: «yo amo a Dios». Queridos hijos, con amor podéis conseguirlo todo, aún aquello que os parece imposible. Dios quiere que esta parroquia le pertenezca toda a Él. Y yo también lo deseo. Gracias por haber respondido a mi llamada.