“Queridos hijos, con gran alegría hoy os traigo a mi Hijo Jesús para que Él os dé Su paz. Abrid vuestros corazones, hijos míos, y estad alegres para que podáis recibirla. El Cielo está con vosotros y lucha por la paz en vuestros corazones, en las familias y en el mundo, y vosotros, hijos míos, ayudad con vuestras oraciones para que así sea. Os bendigo con mi Hijo Jesús y os invito a no perder la esperanza y a que vuestra mirada y corazón estén siempre dirigidos hacia el Cielo y la eternidad. De esa manera estaréis abiertos a Dios y a Sus planes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”.