¡Queridos hijos! También en este tiempo de inquietud os invito a la oración. Hijos míos, orad por la paz para que en el mundo cada hombre sienta amor por la paz. Sólo cuando el alma encuentra paz en Dios, se siente satisfecha, y el amor comenzará a derramarse en el mundo. De manera especial, hijos míos, estáis llamados a vivir y dar testimonio de paz; paz en vuestros corazones y familias, y a través de vosotros, la paz se derramará también en el mundo. Gracias por haber respondido a mi llamada.