¡Queridos hijos! De manera especial os llamo a todos para que recéis por mis intenciones para que por medio de vuestras oraciones se detenga el plan de Satanás sobre esta Tierra, que cada día está más lejos de Dios y en lugar de Dios se pone a sí mismo y destruye todo lo que es precioso y bueno en el alma de cada uno de vosotros. Por eso hijos míos, armaos con la oración y el ayuno para que seáis conscientes de cuánto Dios os ama y podáis hacer la voluntad de Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!