Queridos hijos, éste es un tiempo de gracia para la familia y por eso os invito a renovar la oración. Que Jesús esté en el corazón de vuestra familia. Aprended en la oración a amar todo lo que es santo. Imitad la vida de los santos, que ellos sean para vosotros un incentivo y maestros en el camino de la santidad. Que cada familia se convierta en testigo del amor en este mundo sin oración ni paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!