“Queridos hijos, que este tiempo sea para vosotros tiempo de oración. Sin Dios no tenéis paz. Por eso, hijos míos, orad por la paz en vuestros corazones y en vuestras familias, para que Jesús pueda nacer en vosotros y os dé Su amor y Su bendición. El mundo está en guerra porque los corazones están llenos de odio y de envidia. Hijos míos, se ve en los ojos inquietud porque no habéis permitido a Jesús que nazca en vuestras vidas. Buscadlo, rezad y Él se dará a vosotros en el Niño que es alegría y paz. Yo estoy con vosotros y oro por vosotros. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”