“¡Queridos hijos! Os invito a ir a la Naturaleza y a orar para que el Altísimo hable a vuestro corazón y sintáis el poder del Espíritu Santo, con el fin de que podáis testimoniar el amor que Dios tiene por cada criatura. Estoy con vosotros e intercedo por vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada”.