Queridos hijos, también hoy os invito a la oración. Renovad vuestra oración personal y especialmente rezad al Espíritu Santo para que os ayude a orar con el corazón. Intercedo por todos vosotros, hijos míos, y os invito a todos a la conversión. Si os convertís, alrededor de vosotros todos serán renovados y la oración será alegría para todos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!